La culpa fue del chachachá
Faltan aún seis días para que se abran las urnas. Muchos catalanes no han decidido aún su voto o si votarán y, sin embargo, ya tiemblan los cimientos en la sede del PP. No es para menos. Luis [Bárcenas] ha vuelto. Ha dejado de ser fuerte. Ha resucitado el pasado remoto, pero también el reciente. Y parece que Casado tiene intención de parapetarse tras él para justificar su probable desastre electoral. No hay más que escucharle para comprobar que ya se ha puesto en el peor de los escenarios que, en su caso, sería que Vox obtuviera más escaños y más votos, algo que pronostican casi todas las encuestas y que abriría un nuevo cisma en el actual liderazgo del sucesor de Mariano Rajoy.
Lejos de ahondar en los motivos reales por los que los catalanes hace años que no ven en el PP a un partido votable, Casado ya ha encontrado un culpable para todos sus males. Y no, no es haber hecho de Catalunya y sus instituciones una fuente de confrontación permanente con la que sumar votos en el resto de España. No es haber recogido firmas en contra de un Estatut que votaron mayoritariamente los catalanes. No es el “a por ellos”. No es el 1-O. No es la corrupción sistémica de un partido que se financió ilegalmente durante 27 años. No es el cobro de sobresueldos ilegales de los miembros de las direcciones anteriores. No es el reparto a manos llenas de dinero negro. No es la lluvia de millones en B con la que varios empresarios regaban sus campañas a cambio supuestamente de ser beneficiados de obra pública. No es haber utilizado la estructura del Estado para ocultar pruebas de la financiación ilegal. No es el uso fraudulento de los fondos reservados. No es el espionaje contra el adversario. Es el extesorero maldito. Bárcenas, convertido en la última excusa tras la que camuflar las vergüenzas de tantos años. Y Pedro Sánchez, ¿acaso lo dudan?, el culpable de que el pasado vuelva a explotar en la cara de los populares.
Casado ha calificado de “injusto” tener que responder “en campaña electoral” a la confesión ante la Fiscalía del extesorero del PP y ha culpado al presidente del Gobierno de intentar perjudicar a su partido una semana antes del 14F. “No es la primera vez que la Fiscalía arremete contra el PP desde que está Sánchez en el poder”, ha afirmado tras añadir que el Ministerio Público está “jugando con información” y su partido está sufriendo la “pena de telediario” coincidiendo con la campaña catalana. Para el presidente del PP, nadie duda de “la instrumentalización de las instituciones por parte de Sánchez”, ya que antes de que llegara al poder había una “norma no escrita” para que este tipo de casos no “coincidieran” en campaña.
La Fiscalía Anticorrupción ha negado la filtración de la carta de Bárcenas a los medios en una nota en la que, además, resta valor jurídico a las confesiones del extesorero, pero para Casado toda la culpa de la enfangada historia de los populares es de Pedro Sánchez, de la Fiscalía General del Estado, de Dolores Delgado, del PSOE, de otro PP que no es el suyo y hasta del chachachá.
Lo que haga falta con tal de no hacer un reconocimiento expreso de lo que hicieron durante décadas y quedarse en que la actual dirección “no tiene información”, “no trata con delincuentes” y no alberga entre sus filas “a ninguna persona ni cargo electo sobre el que haya sombra de sospecha”. ¿Está seguro de ello? Igual no debería haber sido tan osado. ¿Conoce a Javier Arenas? ¿Y a García Escudero? Ambos son cargos electos. ¿Quién es el jefe de la asesoría jurídica de Génova? ¿Dónde está hoy el senador Cosidó, que presumió de controlar por detrás la Sala Segunda del Supremo? ¿Para quién trabajaba el actual tesorero de la calle Génova? Alguna respuesta tendrá Casado porque sus críticos internos defienden que ni este PP es tan distinto ni el otro ha dejado de existir aún. Ese partido del que usted me habla y Casado dice no conocer sigue vivo. Pero la culpa no es de Aznar, ni de Rajoy, ni de Casado, ni de las sucesivas direcciones del PP, sino de Sánchez y, ya saben, del chachachá. El caso es que ya hay relato ante el resultado del próximo domingo. Otra cosa es que les sirva a los críticos.
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