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La otra Francia

La vicepresidente electa Francia Márquez en Bogotá, tras la victoria electoral

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Hubo un tiempo en que nos mirábamos en una Francia con el pelo garçon, pensadora, elegante, avant-garde. Era la Francia de la filosofía y la chanson, del debate interminable y la novela imprescindible, la Francia que había sido resistente, la Francia donde estaba París. Y en París se refugiaban Cortázar y Pizarnik. Era la Francia de Camus, está dicho todo. La élite de la conciencia. La quintaesencia de la Europa que combatía el totalitarismo.

Pero también era la Francia colaboracionista, la Francia colonialista, la Francia que torturaba en Argelia. Es la Francia de Marine Le Pen, la del triunfo electoral inesperado -dicen- hasta para sí misma. Como si no se hubiera visto venir, urna tras urna. Ahora Francia entera habla del fracaso del cordón sanitario, aunque lo que fracasa es una especie humana que no aprende de lo peor, ni Camus ni Sartre ni Beauvoir ni Weil mediante. Ahora la Asamblea Nacional no tendrá más remedio que abrir las vetustas puertas de su conciencia a 89 diputados de la extrema derecha, cuando antes de las elecciones legislativas solo tenía 8, que ya es bastante.

Esta Europa en guerra, esta Europa triste que respira con alivio si en Andalucía los señoritos sirven de cortafuego de sus primos más brutos, esta Europa cuyo único ideal es otra vez la OTAN, podría tener, sin embargo, un espejo en el que mirarse. Otra Francia. Está lejos, es negra, se apellida Márquez. Es la primera mujer afro que ocupará la vicepresidencia de Colombia. Representa la esperanza, no ya en América Latina sino en el mundo. En Europa también. Francia Márquez. Mientras Europa enferma de racismo, plegada al neoliberalismo, Colombia pide poder a una mujer que limpió las casas de los blancos, acaso casas francesas, una mujer que ha sido amenazada de muerte y ha hecho campaña con chaleco antibalas para transformar “la Colombia patriarcal, hegemónica, racista y clasista”. En Brasil ya se están mirando en el espejo de esa Francia. Y en Ecuador. Con Colombia de avanzadilla, América Latina se rearma de feminismo, conciencia medioambiental, justicia social y dignidad histórica. Mientras, Europa se militariza, España se entrega a la industria armamentística. Espejito, espejito.

La Francia en la que mirarse ya no está en Europa. La Francia en la que mirarse está en Colombia. En Europa está la Francia del miedo, la Francia racista, fascista, militar. En Colombia está la Francia que encarna a una verdadera izquierda, la Francia que da la espalda a las élites y viene a cerrarles el grifo de su privilegios, la Francia negra e indígena, la Francia de un feminismo diverso, tan distinto al francés, la Francia inclusiva, la Francia pobre y trabajadora que no se deja engañar, como en Francia, por sus principales enemigos, la Francia de la comunidad, tan distinta del individualismo comunitario, la Francia sabrosa, tan distinta de la indigesta cuisine. La otra Francia. Ojalá se vuelva Francia toda América Latina. Ojalá que la Francia de Europa se apellidara Márquez.

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