Hasta el gorro
Y a nosotros ¿en qué situación nos dejan? Sí, a nosotros, a los ciudadanos, a sus votantes. ¿Se lo han preguntado? Si no aprovechan estos dos meses y nos llevan a nuevas elecciones ¿qué es lo que pretenden? Estamos desconcertados. ¿Quieren que cambiemos de opinión y de voto no en función de nuestros deseos y legítimas aspiraciones sino desde el posibilismo de solucionar lo que ustedes no han podido o no han querido?
Es cierto que de producirse nuevas elecciones habrá cambios. No en vano unos nos han desconcertado, otros nos han frustado, alguno nos ha cabreado. Habrá cambios pero apenas leves movimientos de aquí a allá que probablemente arrojen una situación muy similar. Estamos desolados. Supongo que, sobre todo, los votantes de izquierda. Me da igual como lo llamen. Izquierda, abajo, progreso, cambio. Lo que prefieran. Nos ponen en una situación comprometida. Unas nuevas elecciones no cabe duda que mejorarían las posibilidades de la derecha de gobernar. Su voto es muy pragmático y hasta miedoso. Harán lo que tengan que hacer para evitar lo que quieren evitar.
¿Y nosotros? ¿Nosotros qué hacemos? Insisto, nuestro panorama es desolador. Seamos de Pedro, de Pablo, de Alberto, de los confluyentes o de ninguno en especial. ¿Cómo solucionamos esto si nos dicen que no son capaces de armar nada juntos? Todos sabemos que ninguno tiene nada que hacer en solitario. No se si el mensaje es que mantengamos la ilusión de que algún día unos se comerán a otros y nos podrán ofrecer sólo una opción y que mientras tanto sigamos viviendo bajo un gobierno de derechas y austericida que no va a dibujar el tipo de sociedad que deseamos.
Aquí estamos. Los que votaron a Pedro sabiendo que no tendría mayoría pero pensando que podría gobernar con otros partidos de izquierda. Los que votaron a Pablo sabiendo que no podría gobernar pero pensando que le pondría las pilas a un PSOE aburguesado. Los que no votaron a UP porque pensaron que con esta ley electoral era tirar un voto de izquierdas y pretendieron ser pragmáticos. Aquí estamos. Incluso los que votaron a una opción porque no la variarían nunca, pasara lo que pasara, aunque sepan que repetirán lo harán con menos entusiasmo o, simplemente, dejaran de hacerlo. Y no será defección sino decepción.
Quiero que sepan que sus animadversiones personales nos importan una higa. Que el hecho cierto de que uno desprecie al otro porque lo considera un endeble intelectual y otro crea que el uno es un arrogante prepotente y el de más allá crea que las estructuras del otro están instaladas y que el otro es poco de izquierdas y el otro muy y mucho revolucionario... Los problemas individuales de cada uno con el poder, con conseguirlo o perderlo o pretenderlo en el futuro, no nos importan. Nos importa más nuestro futuro y cómo alcanzarlo.
En realidad cada uno a su manera está igual de saturado. Alguno quizá sea tan fanático de ustedes como ustedes mismos. A los demás o Podemos les ha irritado o el PSOE les ha dejado pasmados o siguen mirando con ternura los esfuerzos mediadores de Garzón. o todas las anteriores a la vez. Muchos, la mayoría, han/hemos votado cambio pero no para verles mostrar la prodigiosa capacidad de matices de la izquierda sino también para ver gestión. Eso, en mi opinión, rige también para ayuntamientos como el de Madrid donde pasados los momentos iniciales desearíamos ver no sólo gestos sino acciones.
La ideología sola no cambia las cosas.
Perdónenme pero si no son capaces de resolver esto vamos a tener que empezar a pensar que nos están diciendo que no son los indicados. No será culpa nuestra sino suya.
Supongo que todo esto lo saben pero tenía que decirlo. Estamos hasta el gorro.