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Juego de cromos

El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias (i), abandona la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros

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"En toda la sala no había nadie dispuesto a reflexionar serena y objetivamente, más bien estaban nerviosos por si se dañaba a su partido"

Bernard Von Brentano

Supongo que ya no se estila el juego, pero la mayoría saben de qué hablo. Yo tenía mi magnífica caja de cromos -grandes, pequeños, cuadrados, con brillantes, usados, nuevos y unos llamados “momias”-  y de ahí sacaba para poner en el montón y esperar que fuera mi palma curvada la que consiguiera voltearlos y hacerse con un buen botín. Yo era más bien tonta para esto. No tenía la malicia de intentar colar los usados, esos a los que casi no les quedaba brillantina, para llevarme con mi pericia los recién comprados. Me solía pasar al revés. Se me llevaban los más chulos a cambio de otros verdaderamente mugrientos. De todo se aprende, o no. 

Veo ahora cómo los devotos de los juegos de tronos se van amoldando al juego de cromos y cómo van metiendo en su cajita particular desde verdaderas joyitas troqueladas a momias de desecho que intentarán colar en el montón por si nos hacen ilusión. Es una mierda lo de las elecciones en Madrid. ¡Luego dicen que somos centrípetos! Lo cierto es que nos solemos llevar los descartes y en el montón, antes de jugar, nos cuelan algunos cromos lucidos, de colores alegres y llenos de brillo, que luego cuando vas a dar el palmetazo y los ganas nunca acaban en tu caja porque desaparecen. ¿A qué viene este ridículo espectáculo del casting para las listas de Madrid? Todos sabemos de qué va esto. Arribada de rostros espectáculo y de nombres para dar lustre a las listas y retirada masiva de los mismos si no se pilla cargo, y aunque se pille, porque a fin de cuentas ¿quién quiere hacer política local viviendo en Madrid si puede aspirar a estar en la pomada que cuenta? Ese es el problema. O bajan para figurar o figuran para subir o figuran y se esfuman. ¡Pobre Madrid y pobres madrileños! Lo mismo predico de los catalanes. ¿Se ha hablado algo de sus necesidades y demandas y problemas cuando se intenta pactar un gobierno con la tensión de si mandará Puigdemont desde Bruselas o no y sin poner sobre la mesa más programa que el independentismo? ¡Pobres, todos!

Postulaba Revel que el maquiavelismo de los políticos modernos era de chichinabo y así lo dijo ya en la época de Mitterrand. Pensar que el fin justifica los medios puede tener problemas morales, pero supone asumir que existen unos fines por los que uno está dispuesto a pelear aún a costa de dejar los escrúpulos por el camino. Incluso supone admitir que hay escrúpulos. Esa postura se nos aparece como una bendición política, ahora que los políticos ya no esgrimen otros fines que su propia permanencia o su supervivencia o su arribada al poder. El poder por el poder. Ahora los medios justifican los medios y los otros medios, los de comunicación, lo jalean. No hay finalidad política, no hay realmente una pugna entre diversas soluciones a los problemas de los ciudadanos. 

Por eso sigue el baile de cromos. Iglesias se inmola en el ara de su partido -después de que otras personas se negaran a hacerlo, como hemos sabido- y Llop concurre obligada por su designación como senadora autonómica, ya que si no, no podría seguir presidiendo la cámara, Almeida se aviene a ir de cierre por mostrar unidad pero ¿y el resto? Las secretarias de Estado, los portavoces parlamentarios que no dejan sus escaños ¿han sentido repentinamente la llamada de lo castizo? Lo de Cantó hablando con Ayuso, no precisa explicación. Otro cromo.

Gestionar es sufrir. Miren a Angela Merkel. Está avejentada, llora, pide perdón cuando rectifica e intenta llevar a puerto a ese gran país verdugo de la anterior crisis y sufrida víctima en esta. La vida te da la vuelta. Gestionar es una tarea cuya magnitud casi espanta en un mundo cada vez más complejo y sometido a amenazas nunca vistas sobre las que no hay manuales ni instrucciones de uso. ¿Hemos hablado lo suficiente de que nuestros parados y otras personas con subsidios vayan a tener problemas para cobrar y estén fastidiados porque han tumbado los recursos informáticos del SEPE, al parecer en un ataque coordinado ruso, según cree nuestro servicio de espionaje? ¿De verdad nuestros retos son comunismo o libertad? La propia geopolítica y las amenazas a nuestro futuro que se derivan de la globalización, la robotización, la minería y el tráfico de nuestros datos, los algoritmos, los robos y ataques a nuestros sistemas democráticos, son tan complicados de entender, y de explicar, y por tanto de gestionar que no sé si han abandonado la tarea de hablar de ello con sus votantes o si es que ellos mismos han tirado la toalla porque ni lo entienden ni pueden controlarlo. 

Jugar a los cromos en solitario es un ejercicio baldío. En este juego de cromos hay un segundo elemento que somos los votantes. Nada de lo que explico es una forma de disuadirles o de recomendarles que no se impliquen. Muy por el contrario, mi reflexión les anima a salir del letargo, de la hinchada, de la barra y a constituirse en votantes animados por el más puro afán racional de votar sus propios intereses y a aquellos que ofrezcan las soluciones que buscan. Votar a los que nos hablen de lo nuestro. Castigar a los que le han maltratado o abandonado. Premiar a los que han estado a su lado. Objetivamente, con todo el egoísmo del votante que es el único que nos asegura una democracia sana. En ese mirar por los propios intereses del elector reside la lógica del sistema. 

Por lo demás se nos viene encima una campaña de basura y estercolero. Voy a intentar no comentar lo que no tiene comentario, no dejarme llevar por su guion y establecer el mío. No entrar al trapo que nos señalen. Igual que no veo programas masivos los domingos. 

Recuerden, la agenda y el voto nos pertenecen. Es cívico defenderlo.  

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