Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

'La manada', los ultras y la Iglesia frustraron mi año zen

El Twitter del líder del PP, Pablo Casado

Carlos Hernández

Como todos y todas, en el arranque de 2019 hice muchos propósitos de enmienda. Al margen de objetivos tan saludables como irrealizables, me comprometí a tomarme las cosas con más calma y más sentido del humor. Estaba y estoy harto de cabrearme a los diez segundos de entrar en Twitter, de encender la radio o de abrir el navegador. Estaba decidido a tener un año zen.

Me fue difícil guardar las formas el 'día uno' al contemplar al nuevo presidente de Brasil, durante su toma de posesión, haciendo bromitas sobre las armas de fuego o declarando la guerra a todo aquel que no sea hombre, facha y heterosexual. Me costó contenerme ante unos medios de comunicación que dedicaban minutos y minutos al radical musulmán que había herido con un cuchillo a tres personas en Manchester y, sin embargo, o bien ignoraban o bien despachaban en 20 segundos el atropello masivo de inmigrantes perpetrado por un ultraderechista en dos ciudades alemanas diferentes.

¿Cuándo Europa, también sus periodistas, empezará a reconocer y a tratar como terrorismo la violencia neofascista? ¿Por qué se persigue al imán que llama a la yihad contra los infieles y no al político o al “periodista” ultra que siembra el odio contra negros, árabes, mujeres, gays, lesbianas o transexuales? No quise tirar la toalla y me dije: “Quizás este año todo sea diferente”. Al fin y al cabo, cómo decía el famoso póster que decoraba el despacho del agente Mulder en Expediente X, “I want to believe”.

El 'día dos' lo sobrellevé algo mejor, gracias a las últimas ocurrencias de los líderes del Partido Popular. De Faemino y Cansado hemos pasado a un dúo con mucha menos gracia, pero que también da mucha risa: García Egea y Casado. Ambos dirigentes siguen dispuestos a ofrecernos momentos tan gloriosos como patéticos para intentar parecer más españoles y más ultras que Santiago Abascal. Tal y como argumenté hace dos semanas esa estrategia va a llevar al PP a un desastre electoral de proporciones bíblicas, pero ellos siguen a lo suyo. Que Vox elabora vídeos criminalizando a los independentistas catalanes… Teodoro García Egea se graba tocando en un órgano el himno español. Que Abascal trata de politizar y apropiarse del aniversario de la toma de Granada… Casado lanza a sus militantes a repartir 4.000 banderitas de España para celebrar esa efeméride.

Sí, el presidente del Partido Popular sacando pecho, reivindicando y entusiasmándose por un suceso bélico –en este caso una rendición– ocurrida hace 527 años. Sí, el mismo presidente del Partido Popular que nos decía aquello de que quienes tratábamos de acabar con los símbolos y otras herencias del franquismo éramos unos carcas porque estábamos todo el día con la guerra del abuelo. Parece que a Casado le molan más las batallitas contra los árabes del siglo XV que los crímenes perpetrados por una dictadura que siguió matando, encarcelando y torturando hasta 1975. Le parece más carca recordar a su propio abuelo que a Don Pelayo. De hecho, al líder popular le gusta hablar de todas las guerras menos de la que inició Franco con su golpe de Estado contra la democracia republicana.

Este miércoles, mientras sus huestes trataban de repartir en Granada más banderas rojigualdas que Vox, el propio Casado visitaba Melilla, agitaba el miedo a la inmigración y participaba en un homenaje a “los Héroes de la Guerra de 1921”. ¡Chúpate esa Abascal! ¡Dos guerras patrióticas a una y peleando por el empate en xenofobia!

Ya sé que no era para tomárselo a broma. Lo que está haciendo el PP es, además de un suicidio político, una irresponsabilidad que tendrá consecuencias irreparables para nuestra ya debilitada democracia. Casado y su dirección continúan blanqueando tanto el franquismo como el discurso racista, machista, totalitario y homófobo que está colonizando el planeta. Sabía que era así, pero quise creer que en 2019 alguien sensato del Partido Popular, quizás, trataría de pararle los pies a esos carcas que tienen como jefes.

El 'día tres' la realidad acabó mis sueños.

'La manada', pese a haberse ratificado su condena, continuará en libertad. La noticia llegaba al mismo tiempo que la del primer asesinato machista del año perpetrado en Laredo. Violadores en la calle y otra mujer al cementerio.

El prior del Valle de los Caídos niega el acceso al Gobierno para exhumar al dictador. El penúltimo acto de chulería de ese sacerdote franquista se conocía horas después de desvelarse que El Vaticano protegió durante 63 años al pederasta que fundó los Legionarios de Cristo. Curas fascistas, curas pederastas, papas cómplices.

Pablo Casado celebra un acto a lo Trump en la frontera de Ceuta. La fiscalía pide exonerar a diez de los once neonazis de Hogar Social de Madrid procesados por el ataque contra la mezquita de la M-30. Unos cachorros ultras destrozan el monumento que recordaba a los vecinos de Alhama de Murcia deportados a campos de concentración nazis. Abascal exige reunirse con Ciudadanos y con el PP para formalizar un acuerdo de Gobierno en Andalucía que pasaría por la derogación de las medidas encaminadas a proteger a las mujeres. Casado rechaza el ultimátum, pero curiosamente atribuye a la “violencia doméstica” el feminicidio de Laredo. ¡Making España Ultra Again!

No. Definitivamente no. Ni tres días me ha durado el rollito zen y el “I want to believe” del agente Mulder. Y eso que, en este país, en este mundo, ya es más difícil creer en la sensatez y la bondad del ser humano que en los ovnis.

Etiquetas
stats