Los penitentes del Valle de los Caídos
El Palacio de la Moncloa está en la carretera de A Coruña, lo que agradaba a Feijóo porque parecía fácil ir a su tierra cuando tuviera morriña. Así lo indicó en alguna entrevista con la foto del palacio detrás. Todo estaba preparado para su traslado, a falta del pequeño detalle de celebrar unas elecciones cuyo resultado ya era conocido por todos.
No ha sido así. No es seguro que Sánchez siga ocupando el susodicho palacio, pero sí lo es que, esta vez, el candidato popular no va a ver la correspondiente carretera desde su residencia.
Pero en la carretera de A Coruña el tráfico ha aumentado: hay penitentes, alguno prestigioso y conocido, que caminan de rodillas hasta el Valle de los Caídos para purgar todo lo que han escrito desde la convocatoria de unas elecciones que iban a mandar a Sánchez al basurero de la historia y que, sin embargo, han reforzado su reputación de luchador infatigable. Alguno ha reconocido el error; otros, como el buen periodista José Antonio Zarzalejos, han anunciado su retirada al “rincón de pensar” hasta que se encuentre seguro de entender lo que ha pasado. El Valle, alejado del ruido, es un buen lugar para meditar.
También circulan por esa carretera asesores del presidente frustrado que, con la cara llena de heridas, regresan a su Galicia natal a analizar qué es lo que no han entendido de Madrid y a escribir miles de veces que en un debate electoral no se deja vacía la silla de un candidato.
Camino de las montañas de León van algunos dirigentes de empresas demoscópicas cuyos resultados, en general, curiosamente, no se han desviado de las previsiones más allá del margen de error, sino que ellos las interpretaron solo con el ojo derecho. Al frente figura el más conocido: Narciso Michavila, un oráculo para los populares y para algunos medios como Tele 5. En vísperas del 23 J presagió una “noche aciaga” para el PSOE, que en Galicia o Madrid sacaría solo la mitad de los escaños que el PP, que este podría alcanzar los 160 escaños y que obtendría cómodamente la mayoría absoluta con Vox.
Otros, sin embargo, van a preferir la carretera de Barcelona, camino del aeropuerto, como la mayoría de los corresponsales extranjeros, que necesitan respirar profundamente en su país para relajarse e intentar descubrir desde la distancia cómo es posible que sigan sin entender lo que pasa en España.
Si ya estaban confusos con las declaraciones del candidato que ha conseguido una “casi victoria”, como señalaba el matutino de Estocolmo Dagens Nyheter , les vuelve a sumir en la confusión que insistiera: “En Europa no entenderían que el ganador de unas elecciones no formara gobierno”. Una frase que ya había pronunciado al poco de entrevistarse con el Primer Ministro sueco, el conservador Kristofersson, que había quedado tercero en las elecciones de septiembre pero consiguió mayoría parlamentaria con aliados, sin que la vencedora socialdemócrata, con 11 puntos más , mostrara ni siquiera su extrañeza. A lo mejor sí están extrañados en Extremadura o en Canarias y en tantas ciudades en las que el PP ha conseguido gobernar sin ser el maillot amarillo.
También sorprende al asegurar que le toca gobernar porque ese es el “sentimiento mayoritario del pueblo español”, cuando resulta que Sánchez y sus “socios”, según su propia definición, han sacado un millón de votos más que él y los suyos.
Como decía Keynes, “lo inevitable nunca sucede, siempre viene lo inesperado”. Un poco exagerado, pero bueno.
Desde un punto de vista informativo, lo inevitable no tiene interés, pero sí lo inesperado; ya saben lo del hombre que muerde perro como noticia, pero perro muerde hombre como hecho .
Por eso la prensa europea ha destacado la resistencia de Sánchez y ha dejado en segundo lugar el “casi triunfo” del popular. La foto elegida es la del socialista. 'Sánchez frenó a la derecha', tituló en primera plana, a cuatro columnas, el rotativo turinés La Stampa. O 'Bruselas respira después de estar temerosa de la extrema derecha', señaló el columnista del Financial Times Henry Foy.
Ese era también el miedo de la prensa alemana o del New York Times. El temor a un cambio a favor de los partidos “iliberales” en las elecciones del próximo año se había extendido en la Comisión. Los resultados en España, especialmente la caída de Vox, les ha tranquilizado.
Otros medios destacaban a toda plana, en primera, el fracaso independentista, sin duda la otra noticia de este domingo. Es el caso del romano La Repubblica, cuyo editorial llevaba por título 'Un respiro para Europa pero los riesgos están ahí'.
Un Parlamento sin una mayoría clara produce intranquilidad. Por eso están nerviosos los inversores, especialmente en empresas reguladas como bancos o eléctricas, que necesitan claridad.
Parodiando a Gramsci, estamos en ese momento en el que ni lo viejo ha muerto ni lo nuevo ha nacido. Confiemos en que no dure demasiado.
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