Ucrania, como guerra civil
La de Ucrania tiene algunos elementos que la asemejan a una guerra civil, e introducir esta lente ayuda a entender lo que está ocurriendo. Aunque es un conflicto armado en el que hay poca información militar por ambas partes, sí hay muestras del ensañamiento ruso (Bucha, Mariupol, etc.) que recuerda a algunos acontecimientos pavorosos de las guerras yugoslavas, o, como ha dicho el propio Papa Francisco, a lo ocurrido en las matanzas de Rwanda.
Desde luego el liderazgo ruso lo ve como una guerra civil. Ahí están los escritos y declaraciones de Putin declarando que rusos y ucranianos son un solo pueblo. De hecho, Rusia empezó a utilizar en 2014 con la ocupación de parte del Donbás, el lenguaje guerra civilista al hablar de “rebeldes” y cosas por el estilo. Pronto empezarán a acusar a los resistentes ucranianos atacados de “terroristas”, tras llamarlo “nazis”, como ha hecho Putin en su desafiante discurso de este 9 de mayo. “¡Para Rusia! ¡Para la victoria! ¡Hurra!”, proclamó.
La guerra del relato por el carácter ruso o no de Ucrania, es parte del uso de la historia como arma (weaponization, dicen los anglosajones). Putin ha reivindicado la victoria rusa sobre los nazis en la Gran Guerra Patriótica, manipulando el relato, y haciendo caso omiso del papel que cumplieron otras nacionalidades de la entonces Unión Soviética de Stalin.
Los ucranianos, naturalmente, no lo ven así, pese a sus relaciones estrechas sociales y culturales con Rusia: ni en la consideración del actual conflicto como una guerra civil, ni en la reivindicación histórica de la Gran Guerra Patriótica. Viven un ataque, invasión y ocupación de una parte de su territorio por su poderoso vecino, con el que, sin embargo, compartían muchas cosas. Es verdad que la identidad nacional ucraniana es relativamente reciente, pero eso no le quita fuerza a la idea del nacimiento de una nación, que se ha reforzado con la agresión rusa. Cabe recordar que la de Vietnam fue también en parte una guerra civil, y sobre todo nacional, lo que EE UU comprendió demasiado tarde. Aunque no hay que apurar las comparaciones. El desafío de Rusia no es solo a Ucrania, sino a Occidente y global.
El tratamiento de las potencias occidentales a Ucrania y a Rusia, también tiene mucho de enfoque de guerra civil, con la pretensión de no beligerante mientras se entregan armas a la parte ucraniana, además de inteligencia y fondos, sin todo lo cual el país atacado se habría hundido hace tiempo. La crisis de los refugiados tiene mucho de guerra civil, aunque su acogida en la UE ha levantado críticas en el mundo musulmán al compararla con la resistencia a acoger a los sirios que huían de su guerra civil. Y es que esta guerra de Ucrania la estamos también viviendo como una guerra civil europea, si consideramos -hay que hacerlo en el pasado, presente y sobre todo futuro- a Rusia como parte de una Europa a la que pertenece Ucrania.
La Administración Biden ha decidido echar el resto, y reforzar este tipo de ayuda militar a Ucrania (como están haciendo otros países de la UE, solo que mas). Como indica Laurence Nardon investigadora del IFRI, en parte responde a la visión que tiene la Administración de lo que está ocurriendo en el seno de la propia sociedad y sistema estadounidense, que algunos califican de nueva guerra civil, solo que sin ejércitos por medio. Responsables de esta administración consideran que la guerra en Ucrania es una etapa más de la lucha entre populistas y defensores de la democracia liberal que se libra en Estados Unidos desde la elección de Trump en 2016. Y parte de un conflicto más global entre democracias y autocracias. Aunque el intento de Biden de presentar así esta guerra choca con una parte importante del Sur Global, incluidas algunas democracias como India o parte de América Latina. En esta visión estamos, una vez más, ante un conflicto entre grandes potencias (algunas ex coloniales o imperiales), en las que ambas son responsables. De hecho, las sanciones impuestas a Rusia, son sanciones de Occidente. Casi ningún país del Sur Global le ha seguido en esto. Pero la política americana hacia Ucrania proyecta al mundo el conflicto civil interno que está viviendo la gran potencia estadounidense. Y puede que en parte la europea también.
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