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Por qué votaré a Podemos y por qué no lo votaré

La candidata de Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto.

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Los votantes de izquierdas de muchas poblaciones de nuestro país se verán empujados a tener que decidir entre varias listas a la izquierda del PSOE sin saber muy bien cuáles son las diferencias en ideología y programa y la razón por la que no acuden juntos haciendo frente a las políticas de la reacción. Ninguna de las personas que acudirán a las urnas en menos de un mes son responsables de que esa estrategia cainita pueda provocar un retroceso de derechos. Pero sin serlo recae sobre ellas la decisión de qué hacer después de la irresponsabilidad de los dirigentes de los partidos progresistas. Una parte de los votantes de izquierdas actuará con disciplina a su formación, otra movida por la emoción y otros muchos diferenciando lo local, lo autonómico y lo estatal hasta haciendo números. Todos tendrán que elegir cuando la mayoría querría que todos concurrieran unidos. 

Una parte de la izquierda, con la que me vinculo, entiende los partidos solo como instrumentos para la mejora de la vida de la clase trabajadora y la mayoría social más vulnerable. Estos pueden serlo desde un punto de vista revolucionario o reformista, pero son solo instrumentos, en España solo los hay reformistas. De concertación o de confrontación dialéctica, pero solo reformistas. Y muy suavemente reformistas. En el momento en el que estos partidos se convierten en una secta pierden su razón de ser. Es el caso de Podemos, que se ha convertido en un partido de familia, vertical y autoritario, con el único objetivo de subsistir sea como sea aunque de manera minoritaria, para garantizar el statu quo de sus dirigentes. A pesar de esto, les votaré en la Comunidad de Madrid. Soy contradictorio, pero tengo mis razones. El partido con el que más cercanía tengo es con el PCE, es al único al que considero serio en sus planteamientos, estructura y organización a pesar de que creo un delirio absoluto su política internacional. Solo un demente acrítico puede pretender pertenecer a una organización colectiva por compartir todas y cada una de las decisiones que toma. Somos personas complejas, atravesadas por multitud de circunstancias, identidades y valores y los partidos son un colector de esas identidades para ponerlas en común y otorgarnos principios compartidos generales poniendo en valor lo que nos une. Un partido sin disensión y capacidad para canalizarla es solo una recua de zombis. 

Mi máxima prioridad es castigar a los partidos que rehúyen la unidad popular y los frentes amplios. Soy un seguidor convencido de la doctrina de Eric Hobsbawm que dicta que lo que más teme el capital es la unidad de la izquierda y sancionaré al partido que mire más por sus propios objetivos que por el bien común. Comparto las palabras del historiador marxista: “Con todas las críticas de que han sido objeto, los frentes populares siguen siendo la estrategia socialista que más temor causa al enemigo. A este no le asustan las barricadas levantadas en Milán o en París, pero siempre han considerado que el principal enemigo era la unidad […] Temen la estrategia de una coalición amplia. Prefieren con mucho que los revolucionarios se aíslen; cuanto más sectario sea su espíritu, mejor [… ] A veces resulta bueno recordar qué es lo que más teme el enemigo”.

Llegados a este punto hay que sancionar a quien trabaja para el patrón impidiendo la unidad de la izquierda. Existen tres razones fundamentales por las que votaré a Podemos en la Comunidad de Madrid. La primera es sancionar a Más Madrid y su decisión de no aceptar ningún tipo de alianza con Podemos e Izquierda Unida por considerar que al ser la formación más fuerte no tiene que unirse al resto. No importa que comprenda o no sus razones estratégicas, no puedo aceptar la prevalencia de una estrategia de parte ante el frente común. El segundo motivo es premiar a quien busca acuerdos, ententes y no se dedica a perseguir a aliados dentro del espectro ideológico. En eso Alejandra Jacinto es una referente. Alejandra Jacinto acudió a los actos de Sumar con Yolanda Díaz, nunca levantó la voz contra nadie dentro de la izquierda y ha trabajado sin descanso para la confluencia. Como candidata de Podemos en la Comunidad de Madrid jamás ha dirigido una mala palabra contra nadie de Sumar, ni contra compañeros dentro del entorno ideológico de la izquierda. Si todas las personas dentro de Podemos fueran como Alejandra Jacinto la confluencia se daría mañana, pero por desgracia no tiene fuerza para dictar una estrategia en su propia formación. El tercer motivo es apoyar a la coalición que más riesgo tiene de no tener representación. Si Podemos-IU no alcanza el 5% de los sufragios y no entra en la Asamblea de Madrid lo que tendremos los próximos cuatro años es a Isabel Díaz Ayuso arrasando la sanidad pública con un bulldozer. 

Estas razones para considerar mi voto tienen un condicionante moral que me hará replantearme la decisión y que hasta hoy no había tenido que añadir a la ecuación. Es una derivada de la segunda razón, premiar a quien no acosa al compañero de viaje. Ahora considero necesario ir más lejos y pedir valentía, así que añadiré una exclusión de moralidad, empatía, fraternidad y compañerismo. Este voto está condicionado a un posicionamiento público en contra de las campañas de acoso, difamación e insultos contra compañeros y compañeras del mismo espacio. No se puede construir un proyecto de fraternidad que vele por los intereses de las personas vulnerables fomentando el acoso y el bullying contra quienes defienden las mismas ideas desde diferentes movimientos. La cúpula de Podemos se ha convertido en un agresor que no duda en utilizar la persecución política contra quienes piensan igual desde diferentes lugares. Alejandra Jacinto es una mujer valiente y mostrar coraje también es ponerse de frente contra el comportamiento abusivo de sus compañeros de partido. A veces es más difícil posicionarte contra la injusticia frente a quien tiene poder en tu organización que contra un fondo buitre. Podemos en la Comunidad de Madrid tiene hoy mi voto porque espero que Alejandra Jacinto haga frente a lo que sabe un delirio. Por la misma razón que votaré a Podemos-IU en la Comunidad de Madrid, como herramienta para defender los servicios públicos y actuar como dique contra la extrema derecha y el desmantelamiento de la sanidad, se me hace imposible apoyar a Podemos en cualquier otro lugar. La izquierda es combativa con la reacción, heredera de una historia de dientes apretados, labios mordidos y fuego en las calles, pero también es ternura con los propios, camaradería, compañerismo, brazos entrelazados y sonrisas cómplices en la trinchera. ¿En qué momento olvidaron quién es el enemigo? 

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