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Cómo apoyar y ayudar a la lucha feminista: las nuevas masculinidades

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Posiblemente a muchos hombres se nos ha pasado muchas veces por la cabeza cómo podemos apoyar al feminismo y aportar nuestro granito de arena al movimiento. Pero muchas veces surgen muchas incógnitas. Lo que pienso muchas veces, y es un pensamiento recurrente en cuanto a mostrar ayuda, es que puedo estar inconscientemente poniendo mi voz por encima de ellas. Todos y todas sabemos que los hombres están construidos por la sociedad para estar por encima de las mujeres. En todos los ámbitos. Incluso en una simple conversación de recreo, el que lleva la voz cantante es el hombre.

¿Qué es lo que debemos hacer los hombres para cambiar esto? La respuesta es: “nuevas masculinidades”. Para muchos sonará extraño, por eso lo voy a explicar de una forma sencilla. Las nuevas masculinidades son aquellas que pretenden romper con los roles de género y desprenderse de ellos, poniendo contra la pared las masculinidades tradicionales.

No olvidemos que luchar contra el machismo también nos compete a los hombres. El machismo además de crear desigualdades entre hombres y mujeres también la genera entre hombres. Si no eres un hombre cis-hetero, por ejemplo, el patriarcado crea diferencias entre los cis-hetero y tú. Además, todos los comportamientos que no son tradicionalmente masculinos, como, por ejemplo, la atracción por el futbol, la necesidad de llevar todo al ámbito sexual (sobre todo con las mujeres), hacer bromas machistas, la forma de hablar, de reírse, el tipo de peinado que llevas, incluso la sensación de creer que siempre estas sobre cualquier mujer en todo. En una discusión entre un hombre tradicional y una mujer, en el que la mujer es más conocedora del tema a discutir, generalmente sigue el siguiente patrón: la mujer argumenta y el hombre, siempre con condescendencia, intenta dar lecciones a la mujer sobre sus argumentos. Si una mujer habla de fútbol, piensa que sabe más que ella, si habla de cocina, sabe más que ella, etc. ¡EN TODO SABES MÁS QUE ELLA SIEMPRE!

Absolutamente todo está condicionado por el patriarcado. Todas nuestras acciones, incluso tu postura en una silla, están condicionadas (manspreading). Lo más importante de estos comportamientos es darse cuenta. Ese es el primer paso para empezar a deconstruirte.

Ahora, os voy a proponer soluciones. Como dije, lo primero es darse cuenta, pues un gran problema de los hombres tradicionales es no darse cuenta de que ellos también forman parte del patriarcado, y eso conlleva que el primer paso (darse cuenta de los comportamientos tóxicos) no se lleve a cabo. Muchos hombres dicen que ayudan en casa con las tareas, que cobran lo mismo que sus compañeras de trabajo, que no le pegan a su mujer ni que son violentos… y no se ven dentro de la masculinidad que llamamos tradicional. Esto es una mirada bastante individualista, y no es lo que se necesita, ni lo que se reivindica. Si en vez de tener esta mirada, ampliamos y miramos al colectivo, a la sociedad, vemos que hay unas grandes diferencias estructurales.

Yo, estudiante universitario, veo como los grados que están dedicados a los cuidados como educación, enfermería o trabajo social; tienen todas más de un 70% de mujeres, pese a estar viviendo en una sociedad que es supuestamente igualitaria, como dicen algunos. A la no reacción e indiferencia de los hombres ante estos problemas, pero que dicen lo que comente antes (ayudar en casa, cobrar en igualdad…), la llamamos masculinidad cómplice. Es decir, todos esos hombres que se consideran igualitarios y que, sin embargo, muchas veces forman parte del sistema porque no son conscientes de las situaciones de desigualdad. Una de las más importantes, por no decir la que más, y la que menos intentan darse cuenta y entender los hombres: la violencia de género.

Uno de los instrumentos sociales más importantes del patriarcado, y que se lleva muchas mentes con salud mental por delante es la homofobia. El hecho de que tú como hombre, te muestres sensible, débil, triste, comprensivo, atento, cariñoso… hace que automáticamente los demás hombres pienses que eres un “maricón”. Justamente esto, que se piense que eres homosexual, (lo seas o no lo seas), tiene un coste mental y social, ya que te expone a los insultos de otros hombres, al menosprecio o a la humillación, a su vez actos que son tradicionalmente masculinos, con los cuales el hombre demuestra su gran masculinidad, como cuando los pavos reales abren sus plumas para que la hembra las vea...¡Si es que somos animales!

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