A los diez años del día más negro para el pueblo español

Decía Julio Anguita en una televisión ultraconservadora: ¿A usted quien le ha dicho que este país es respetado y respetable? Cuando un país cambia la Constitución por la amenaza de un gobernante como la Merkel, ese país ya no tiene dignidad, ni sus gobernantes la conocen. Decir que pagar la deuda a los bancos es primero que los gastos de los españoles eso es traición, y ese es su nombre. Lo que pasa es que estamos tan acostumbrados a ceder y a humillarnos que otra humillación más, nos da igual. Aquí es donde yo quiero ver a los “patriotas”, a los que se emocionan ante un desfile, los que veneran la bandera, sin embargo se callan cuando su país se está vendiendo al extranjero“.

El 2 de septiembre de 2011 fue un día negro para el pueblo español, que al cumplirse los diez años seguimos soportando. El Congreso de los Diputados aprobó una reforma constitucional de calado, para introducir de manera urgente en la Constitución Española (C.E.) el principio de estabilidad financiera para limitar el déficit: la reforma del art.135, que prioriza el pago de la deuda a los gastos sociales. Fue a iniciativa del PSOE, con nocturnidad y alevosía, ya que la propuesta de reforma fue realizada el 23 de agosto de 2011 por el entonces presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, y aprobada en diez días. Salió adelante con los votos de PSOE y PP: con 316 votos a favor y 5 en contra, superando con creces los 3/5, o sea los 212 votos necesarios del Parlamento. El resto de grupos: CiU y PNV, presentes en el hemiciclo, no votaron, e IU, ERC, NBG, ICV y Nafarroa Bai directamente se ausentaron durante la votación. Ver.

Se trataba de dar cumplimiento a las exigencias del Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza (TSCG) de la Unión Europea. Acuerdo firmado por 25 países (todos salvo Reino Unido, República Checa y Croacia).

La modificación del artículo 135 de la C.E. no significaría nada sin la Ley que la desarrolla: la llamada Ley Austericida o Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LOEPSF). Ver.

En este artículo, me voy a referir sólo a lo que supuso la puesta en marcha de dicha Ley en cuanto a recortes, pérdida de derechos y desigualdades sociales, no en otros aspectos de la misma que merecerían un análisis más amplio.

AVISO A NAVEGANTES: CASADO Y LA VUELTA DEL CALCETÍN

Cuando el presidente del Partido Popular (PP), Pablo Casado, habló recientemente de “darle la vuelta como un calcetín a España”, nos está señalando el camino que tomaría, de llegar al gobierno con o sin el apoyo de Vox: aplicar la misma receta neoliberal que Mariano Rajoy en la crisis de 2008, cuya salida de la misma fue aplicando la denominada Doctrina del Shock, impulsadas por Milton Friedman. Las medidas, como dice Naomi Klein, en su ensayo “La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre” son: aprovechando que hay una gran crisis, “actuar con rapidez” con sus tres principios inspiradores e históricos que utilizó Rajoy y que llevaría a cabo Pablo Casado de nuevo sin lugar a dudas: privatizaciones, desregulación gubernamental y recortes en el gasto social y Estado de Bienestar. Con el objetivo último del trasvase de las rentas de la clase trabajadora a las rentas más altas y del capital.

La LOEPSF fue el instrumento que el PP con su mayoría absoluta utilizó para imponernos en muy poco tiempo una serie de leyes: Reforma Laboral RDL 3/2012; Reforma Sanitaria RDL 16/2012; Reforma del Sistema Educativo: RDL 14/2012; derogación prácticamente de la Ley 39/2006 de Dependencia; Ley reguladora del Factor de Sostenibilidad y del Índice de Revalorización del Sistema de Pensiones de la Seguridad Social 23/2013; y ante las movilizaciones que se estaban dando, la Ley Mordaza, L.O. 4/2015.

Aunque algunas de estas reformas el Gobierno de Coalición las ha revertido y otras están en proceso de reversión, no dudarían en volverlas a reeditar, en detrimento de la clase obrera y clases populares. Como en la anterior crisis.

POR LA DEROGACIÓN DE LA LOEPSF

El neoliberalismo, que en su fase actual contiene dos nuevos gérmenes nocivos, el neoconservadurismo y el neofascismo, entiende sólo de propiedad privada, libre mercado y Estado a su servicio, sin intervención del mismo, salvo cuando a ellos les interesa. Es lo que ocurre ahora con las grandes corporaciones económicas y financieras y el IBEX 35, que esperan como aves de rapiña la parte del pastel de los 140.000 millones de euros que vienen de Europa, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Esperemos que el Gobierno de Coalición tenga en cuenta a la hora del reparto y adjudicaciones las prácticas corruptoras y corruptas de la mayoría de dichas empresas y empresarios, y asimismo, apliquen el criterio de si contribuyen a envenenar o no el planeta.

Lo más justo para la clase obrera y clases populares, a quienes dice defender el Gobierno de Coalición, sería la derogación de la LOEPSF, porque sigue siendo la espada de Damocles que pesa sobre nuestras vidas, porque ha sido la causante de tantos recortes y desigualdades sociales y porque las derechas no dudarían en utilizarla si gobernaran. Se puede derogar por mayoría absoluta en el Congreso, es decir, por 176 votos. Sin ella, la reforma del art. 135 de la C.E., quedaría en papel mojado.

Dentro del Gobierno de Coalición, Izquierda Unida y Podemos han planteado la derogación de la misma. Su derogación serviría para devolver a España la soberanía nacional perdida.

Preguntas finales: ¿Por qué no se plantea la derogación de la LOEPSF? ¿Es que hay un consenso de todo el arco parlamentario para que no se derogue?