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Los niños y adolescentes necesitan límites
Sobre los trágicos incidentes de esta mañana en el instituto de Jerez, se está hablando del acoso escolar en todos los medios como si esto fuera algo que sólo ocurre cuando hay un apuñalamiento.
En el día a día, se ven como normales conductas deleznables que sólo nos escandalizan cuando llegan a esto.
En mis años como docente, me he encontrado a bastantes padres y alumnos que nos informaban de casos de posibles acosos que desconocíamos, pero también a padres y alumnos que veían como cosas de niños cualquier barbaridad.
Creo que hacemos mucho daño a los niños y adolescentes cuando construimos un mundo en el que hay que ser continuamente divertido y ocurrente para ser líderes, para ser los mejor considerados del grupo. Cuando, si eres simpático o cariñoso, ser “sinvergonzones” o “caraduras”, está bien visto.
Es normal que un hermano “se pase de la raya” con otro para provocarlo, porque eso lo divierte, incluso con los padres delante, así que nos podemos imaginar qué puede ocurrir en el patio de un instituto cuando en manada se acercan a un chico más débil por alguna razón.
Es un comportamiento deleznable; pero, si lo normalizamos, los chicos saben que hacen algo que no está bien, mas no saben la gravedad que esto tiene, no se hacen una idea del daño que hacen a la víctima, de cuánto ésta sufre.
Estamos dejando llegar la situación a tal extremo que, cuando queramos revertirla, sólo nos será posible hacerlo con una fuerza excesiva, con un rigor y una inflexibilidad excesivos. Y lo haremos, porque llegará un momento en que será insostenible; sólo que, cuanto más tiempo tardemos en tomar medidas, más exageradas tendrán que ser éstas.
Y es que niños y adolescentes necesitan límites, no les podemos hacer vivir la niñez y la adolescencia que a nosotros nos hubiera gustado vivir sin límites, sin disgustos, porque eso sólo provoca disgustos mayores más adelante. Es profundamente insolidario con ellos, como sociedad, no ponerles esos límites, porque los necesitan. Quizás una sociedad individualista como ésta, la sociedad del “sálvese quien pueda” (del más fuerte en el fondo), esté contribuyendo mucho a todo esto.
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