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La política de bloques en Catalunya

El candidato a la presidencia de la Generalitat por el PSC, Salvador Illa, acompañado por Miquel Iceta (i), valora los resultados electorales. EFE/Toni Albir

Antonio Franco García

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En las elecciones autonómica catalanas no se hace el análisis desde los resultados obtenidos por los bloques ideológicos de izquierdas y derechas. En Catalunya los bloques son nacionalistas y no nacionalistas.

Si comparásemos por bloques ideológicos, se puede observar que los partidos de izquierdas ganan por goleada a los de derechas. Tanto la derecha nacionalista catalana, representada principalmente por los de Junts, como la derecha no nacionalista, representada por Vox, PP y Ciudadanos, son opciones muy lejos de las preferencias de la ciudadanía catalana con respecto a los partidos de izquierdas.

Pero, ya sabemos que muchos catalanes votan no sólo en función de sus preferencias ideológicas, sino también de sus anhelos independentistas. Si un ciudadano catalán es de izquierdas pero no es nacionalista votará al PSC o a En Comú Podem. Si, en cambio, es de izquierda e independentista elegirá la opción de ERC o la de CUP.

Los partidos independentistas catalanes firmaron un pacto para no gobernar con el PSC, partido dado como ganador en todas las encuestas previas. Por lo tanto, es presumible que los partidos independentistas unan sus fuerzas en el Parlamento catalán tras los resultados electorales para formar gobierno. El nacionalismo une a la izquierda y a la derecha catalana por encima de principios políticos ideológicos bajo el objetivo común del independentismo.

El número de votos nacionalistas ha superado al de los no nacionalistas, aunque por apenas cien mil votos, y los partidos independentistas presumen de una clara victoria por ese motivo. Un millón cuatrocientos mil frente a un millón trescientos mil. La fragmentación ideológica es manifiesta.

En estas elecciones se ha dado un factor que conviene analizar: la alta abstención. Lo más sencillo ( y quizás también lo más acertado) es achacar que casi dos millones y medio de votantes no hayan hecho uso de su derecho al voto por temor a la pandemia. Si es así, se puede afirmar que a más del 46% de los catalanes les ha importado más su seguridad que los anhelos independentistas o su españolidad; han antepuesto su seguridad en materia sanitaria a sus preferencias ideológicas.

La abstención también puede haberse debido a otros factores como el hartazgo hacía las prácticas políticas, al pasotismo ante una repetitiva situación.

No voy a entrar a analizar la tesitura de los resultados de los distintos partidos. Cada cual examinará los resultados obtenidos y obrarán (o no) en consecuencia. Cada uno considerará en qué se han equivocado y actuarán (o no) como resulta de los propios errores cometidos.

Cupido el domingo deparó de todo, como siempre: vencedores y vencidos. En cualquier caso, hay que aceptar que ha sido la voluntad de la ciudadanía catalana la que expresó su sentir. Se llama Democracia.

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