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Una gestora con la credibilidad bajo mínimos decidirá las alianzas y candidatos de Ciudadanos en Galicia y Euskadi

Ciudadanos envía cartas al PP y PSOE para proponerles alianzas en Galicia, Euskadi y Catalunya

Carmen Moraga

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El adelanto electoral que han decretado por sorpresa primero el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, y después, en Galicia, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha cogido a Ciudadanos a contrapié y sin apenas margen de maniobra para materializar el cambio de estrategia de Inés Arrimadas: una coalición con el PP y otras fuerzas autodenominadas “constitucionalistas” en dos autonomías donde no tiene representación. Las dificultades para cerrar un acuerdo global que incluya en unos meses también a Catalunya, como exige la portavoz parlamentaria de Ciudadanos y aspirante a suceder a Albert Rivera, ya han aflorado en la primera reunión que han mantenido las dos formaciones.

En el PP ven posible un pacto pero solo en Euskadi y más adelante en Catalunya, mientras en Ciudadanos muestran su “preocupación” e insisten en que el acuerdo englobe también a Galicia, a lo que Núñez Feijóo se niega con el argumento de que allí el centro derecha ya está unificado en torno al PP gallego, que tiene 41 diputados y Ciudadanos ninguno.

Aunque la gestora de Ciudadanos asegura que se estaban preparando desde hace tiempo para afrontar la triple cita electoral fijada para este año en estas tres comunidades, nadie en el partido se esperaba la fecha del 5 de abril, que dificulta enormemente la posibilidad de cerrar un acuerdo exprés en tan solo diez días. La Ley Electoral Vasca plantea que las coaliciones tendrán ese plazo para formarse y registrarse, contando desde el mismo día de la convocatoria electoral.

Las dificultades para que las negociaciones fructifiquen no se limitan solo a las condiciones que ponen uno y otro partido sobre la mesa. Los dos formaciones tienen problemas internos. Ciudadanos vive un delicado momento, a escasas semanas de su congreso: sin líder aún elegido, con dos modelos de partido enfrentados, y una gestora con credibilidad bajo mínimos después de que sus miembros se hayan alineados sin tapujos a favor de Arrimadas, e incluso decidieran destituir a los pocos dirigentes discrepantes que quedaban dentro de las direcciones autonómicas.

La semana pasada, cuando Arrimadas anunció en rueda de prensa que iba a pedir a la gestora que se abrieran a “estudiar una alianza transversal y constitucionalista” para frenar el auge de los nacionalistas en estas tres autonomías, como una medida “excepcional”, el sector crítico que lidera el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, se le echó encima. Igea alertó de que acudir a estas citas con los de Casado supondrá la disolución de su marca y subrayó que un órgano provisional no está legitimado para tomar estas decisiones, como tampoco creen que lo está el Consejo General, “heredado de la era Rivera”.

De hecho, ahora también cuestionan que este órgano -el máximo entre Asambleas- sea el que vaya a aprobar en su próxima reunión del día 20, la nueva estrategia de alianzas, justo un día antes de que finalice el plazo para registrar coaliciones.

En aquella comparecencia, Arrimadas desveló que ese grupo que iba a trabajar para buscar ese acuerdo ya estaba formado desde el 16 de diciembre y lo componían 10 miembros, todos ellos de la propia gestora. Ahora también se sabe que la marca “Mejor Unidos” que propugna frente a la de España Suma lleva tiempo registrada, aunque la portavoz parlamentaria aseguró este martes en rueda de prensa desconocer si han sido miembros de la dirección del partido quienes la han registrado.

Malas vibraciones en la primera cita entre PP y Cs

Los primeros contactos formales entre el equipo de Arrimadas, que capitanea el secretario de Acción Institucional, José María Espejo-Saavedra, y el PP, representado por el secretario general, Teodoro García Egea, han comenzado este mismo martes. Tras esa primera toma de contacto desde Ciudadanos han mostrado su “preocupación” por los escasos resultados. “No tenemos una respuesta clara por parte del PP. Esto es preocupante”. “Queremos saber -añadían- qué piensa el PP y el señor Casado de esta iniciativa y nos preocupa que se puedan plegar a las tesis de aquellos que prefieren poner las siglas y los intereses partidistas por encima de los intereses generales de los ciudadanos en estas comunidades”.

Los de Arrimadas avisan de que van “a dar la batalla por que los constitucionalistas puedan ir unidos en el País Vasco, Galicia y Cataluña”. En la nota remitida tras ese primer encuentro dicen que volverán a hablar con el PP pero también que “se han iniciado contactos con personas y entidades de la sociedad civil para participar en la fórmula de Mejor Unidos”.

Desde Génova 13, la sede nacional del PP, se muestran todavía optimistas: “Se ha avanzado en la necesidad de que el centroderecha vaya unido a las elecciones, como siempre ha defendido el presidente Casado, en País Vasco y Cataluña”. “Hemos coincidido en la necesidad de establecer mecanismos para que el centroderecha vaya unido en estos territorios para que las izquierdas radicales independentistas no aprovechen la fragmentación de voto”, señalaban en su comunicado, convencidos de que es posible cerrar en breve una candidatura en Euskadi.

Las prisas han obligado a Génova a ratificar a Alfonso Alonso como cabeza de cartel, como quería la dirección del PP vasco, evitando así avivar la tensiones internas. La posibilidad de que la lista la abriera la exdirigente de UPyD, Rosa Díez, como intentó la portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo, no disgustaba a un sector de Ciudadanos al considerar que representaba los valores del denominado “constitucionalismo” que ellos propugnan, pese a que la exdirigente del partido magenta nunca quiso pactar con Albert Rivera.

La noticia del adelanto electoral en Euskadi y Galicia se conoció en la sede del partido poco antes de que la portavoz de la gestora, Melisa Rodríguez, informara a los periodistas de que habían enviado una carta a Pablo Casado y a Pedro Sánchez, a los líderes autonómicos de sus dos partidos en Galicia, País Vasco y Catalunya, así como a UPyD y a diversas entidades de la sociedad civil, para invitarles a formar coaliciones electorales en estas comunidades. Fuentes del sector crítico se mofaron del envío de la misiva al líder del PSOE. “Es un despropósito. Han perdido el norte”, lamentaban.

Finalizada la rueda de prensa, Melisa Rodríguez y el secretario de Comunicación de la gestora, Guillerno Díaz, se congratulaban por haber tomado la iniciativa. Poco después, la propia Arrimadas se felicitaba en Twitter igualmente por la decisión e insistía en defender su idea de cambiar el “España Suma” por la fórmula de “Mejor Unidos”.

Núñez Feijóo da portazo a Arrimadas en Galicia

El principal escollo para que las conversaciones fructifiquen es que Arrimadas quiere que ese hipotético acuerdo con los de Casado no solo se materialice en Euskadi, sino también en Galicia y en Catalunya. Pero los de Casado no admiten el 'pack'. Feijóo se ha negado ya en redondo a sumar a Ciudadanos en su candidatura puesto que en Galicia son un partido residual y sin tirón que nunca ha tenido representación autonómica ni parece que logre tenerla en abril. En las generales del 28A consiguieron dos diputados en el Congreso que después perdieron el 10N. En esa nueva cita con las urnas Ciudadanos cosechó el 4,3% de los votos mientras la formación de Abascal, Vox, casi les dobló.

La cerrazón del barón gallego ha irritado a Arrimadas que este martes le advertía de que podría perder la mayoría absoluta por “uno o dos diputados”. Si Ciudadanos, presentándose con sus propias siglas, sigue sin lograr representación autonómica como apuntan las encuestas, el dirigente del PP no tendría allí con quien pactar y “podría dar paso a un gobierno de izquierdas y los nacionalistas”, alertan. Así que consideran que es “mejor unirse” en una sola candidatura.

“Me ha sorprendido mucho el portazo de Feijóo a la primera de cambio. Les pido humildad”, dijo Arrimadas en su comparecencia en el Congreso. La portavoz parlamentaria ha recordado que en Catalunya -en donde la hegemonía de su partido peligra ahora seriamente- el PP tiene en cambio la puerta abierta para presentarse en esa coalición de 'Mejor Unidos' en la que quieren incluir a miembros de Sociedad Civil Catalana. “No se puede pactar solo donde a uno le conviene”, se quejó la dirigente de Ciudadanos.

Con ello Arrimadas intenta presionar a Casado para que haga recapacitar al presidente gallego y no anteponga “sus intereses partidistas” y su “egoísmo”. “Si hay voluntad política, será posible”, zanjó Arrimadas.

Este empeño de Arrimadas de unirse al PP en estas tres citas con las urnas ha hecho reaccionar a los miembros de Compromiso Ciudadano, la plataforma crítica alineada con Igea, que prefiere que el partido renuncie a presentarse en donde no tiene fuerza. “La maniobra de reunir al Consejo General justo un día antes de que expire el plazo para presentar coaliciones es totalmente innecesaria, ya que lo adecuado sería no presentar candidaturas en estas regiones, en las cuales mantenemos una presencia insignificante, además de que una alianza con el PP en Euskadi sería totalmente contraria a nuestro ideario, que considera a todos los españoles iguales y el PP defiende el foralismo”, recuerdan en un comunicado.

Tampoco están de acuerdo en cerrar alianzas en Catalunya. “Condicionar estas negociaciones al escenario catalán, donde Cs debe mantener su total integridad e independencia electoral, supone un claro gesto de sumisión y rendición al Partido Popular, dónde parece que muchos ya se sienten cómodos”, afirman.

Finalmente, concluyen que “los afiliados de Cs, en la antesala de una Asamblea, deben ser los que marquen el futuro de Cs, y no decisiones precipitadas de una Gestora que debería ceñirse exclusivamente a los asuntos administrativos del partido”.

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