Rivera sigue a la busca de fichajes 'estrella' tanteando a descontentos de PP y PSOE: ahora Paco Vázquez
Albert Rivera intenta atraer a su proyecto a independientes que han destacado dentro de la sociedad civil en algún área y a exdirigentes políticos que han acabado alejándose de sus antiguos partidos. El último nombre que ha saltado a la palestra es el del exalcalde socialista de A Coruña, Paco Vázquez, que el próximo martes participará en un coloquio en esta provincia junto al líder de Ciudadanos.
En el partido no desvelan el papel que va a jugar Vázquez a partir de ahora ni si se le ha ofrecido participar en las próximas elecciones municipales de 2019 o en las autonómicas gallegas -que serán en 2020- y en donde no repetirá el anterior fichaje independiente: la periodista y escritora Cristina Losada. Galicia es uno de los territorios en donde Ciudadanos no logró representación parlamentaria y tampoco tiene casi arraigo municipal.
Fuentes consultadas de la dirección del partido se limitan a recordar que “en Ciudadanos hay primarias”. Y los intentos de eldiario.es por contactar con Vázquez han sido infructuosos: no responde al teléfono.
El aviso de Rivera: “No hay que tener miedo al talento”
El deseo de atraer “talento” a sus filas ya fue anunciado por Rivera el pasado mes de abril en un acto con sus dirigentes autonómicos celebrado en El Escorial.“No tengamos miedo al talento sino a la mediocridad”, “espero que lo entendáis y me ayudéis”, les dijo aquel día a los suyos, inquietos ante ese afán de traer estrellas de fuera.
Desde entonces, esos fichajes han ido surgiendo con cuentagotas y, por el momento, la lista de los que han aceptado una colaboración electoral no es muy abultada. La figura más rutilante es la de Manuel Valls, el exprimer ministro francés que encabezará la candidatura para el Ayuntamiento de Barcelona con una plataforma transversal pero sin las siglas del partido de Rivera; también Joan Mesquida, exdirigente del PSOE que fue mando único de la Policía y de la Guardia Civil, y ahora con muchas papeletas para ser el candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Palma de Mallorca; o Javier Imbroda, exselecionador nacional de baloncesto, que figura como número uno de la lista por Málaga en las próximas andaluzas. En las listas a esas autonómicas figuran otros independientes de menos relumbrón.
En fase de reflexión está el exministro del PSOE, Celestino Corbacho, a pesar de haber descartado optar a la acaldia L'Hospitalet, como le están intentando convencer en Ciudadanos. Corbacho, que ocupó la cartera de Trabajo en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sí ha dado apoyo al proyecto de Rivera participando a través de un vídeo en un acto de la plataforma España Ciudadana.
Otro de los nombres que planeó para Madrid -sacado a relucir por OKdiario-, fue el del nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, ante el asombro de muchos ya que, como se ha visto, Rivera tenía ya prácticamente decidido que tanto Ignacio Aguado como Begoña Villacís repitieran tándem en 2019, previas primarias, claro.
También salió a colación la posibilidad de incorporar al partido a Manuel Pizarro, expresidente de Endesa y excandidato del PP, un dirigente muy próximo a Pablo Casado. Y según publicó el diario ABC, en 2015 Rivera también intentó atraer para las anteriores elecciones autonómicas al exministro del Aznar, Manuel Pimentel, que abandonó el PP por discrepancias con su línea política, pero éste declino la oferta.
En Ciudadanos recuerdan que hay una amplia tradición de captar independientes. De hecho, ni Juan Carlos Girauta, ni Javier Nart, ni Carolina Punset -la eurodiputada que acabó enfrentada al partido- era militantes cuando se presentaron a las europeas. Tampoco lo es el periodista Nacho Martín Blanco, que ocupó el sexto lugar en la lista de Inés Arrimadas en las elecciones catalanas de 2017.
La polémica figura de Paco Vázquez
El pasado lunes fue el propio Albert Rivera el que confirmó que Paco Vázquez, participará el próximo martes, 6 de noviembre, en un acto organizado por Ciudadanos en A Coruña, la ciudad que gobernó como alcalde entre 1983 y 2006 con resultados apabullantes, hasta que el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, lo envió como embajador de España ante la Santa Sede.
“Haremos un coloquio abierto en Coruña que va a buscar los puntos comunes que nos unen a los constitucionalistas”. El líder naranja ensalzó la figura del exdirigentes del PSOE resaltando que “fue alcalde durante tantas décadas y socialista de pro”.
“Sería bueno -añadió- que el PSOE y Sánchez, en vez de descartar a sus constitucionalistas y a aquellos que tienen experiencia, les escuchara un poco más”.
Junto a Vázquez y al exministro Corbacho Rivera citó como ejemplo de “constitucionalistas” y a otro histórico socialista: Nicolás Redondo.
Lo cierto es que Vázquez ya había mostrado sus simpatías por Ciudadanos hace años. En febrero de 2014 acudió a la presentación en A Coruña del Movimiento Ciudadano -la plataforma embrión del partido-, ocupando un asiento en primera fila junto a Rivera para apadrinar el proyecto.
Sin embargo, pese a haber sido un histórico militante del PSOE (se dio de baja en 2014), quien fue el primer secretario general del PSOE en Galicia ha ido alejándose en los últimos años del partido con unos planteamientos conservadores. Como católico, no está de acuerdo con el aborto y rechaza la ley de Memoria Histórica. Hace años intentó ser Defensor del Pueblo para relevar a Enrique Múgica, pero ya no consiguió el apoyo del PSOE.
Su fervor contra los nacionalismos periféricos le llevó a pedir respaldo al Gobierno de Rajoy ante la crisis en Catalunya afirmando que los catalanes y los españoles estaban siendo “coaccionados” por los partidos nacionalistas que estaban exhibiendo la vertiente “más totalitaria y fascista”, y a los que acusó de ser “los causantes de los grandes males de la humanidad en los siglos XIX y XX”, como la “horrorosa matanza de la Segunda Guerra Mundial”.
Su figura y sus declaraciones han provocado un sinfín de polémicas internas en el PSOE y fuera del PSOE. Estos días, Vázquez ha vuelto a dar que hablar no solo por haber calificado de “dislate absoluto” y “operación muy burda” la visita de la vicepresidenta Carmen Calvo a la Santa Sede para negociar la salida al conflicto de la exhumación de Franco. También, y sobre todo, por haber criticado la ropa que llevaba Calvo: “Iba inapropiada, aparte de una estética bastante discutible”, señaló tras ver las fotos de la vicepresidenta.
