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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Alberto Garzón deja la coordinación de IU y abandona la primera línea de la política

Alberto Garzón, en la reunión de la Coordinadora Federal de Izquierda Unida, el 4 de junio de 2023.

Andrés Gil

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Alberto Garzón (Logroño, 1985) deja la primera línea de la política. El exministro de Consumo, diputado desde noviembre de 2011 hasta las pasadas elecciones, ha comunicado este viernes en una carta a la militancia que deja la coordinación general de Izquierda Unida una vez completada la sesión de investidura de Pedro Sánchez que dará paso a un nuevo Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar.

Garzón ya anunció el 2 de junio pasado que no concurriría en las listas electorales de Sumar del 23 de julio, lo que suponía un primer paso al lado. El hasta ahora líder de IU, no obstante, se ha mantenido al frente de la coalición de izquierdas hasta la revalidación del Gobierno. Y, a partir de ahora, explica que seguirá contribuyendo políticamente a IU y Sumar pero desde otro lugar.

“Ahora la política española pasa a una nueva fase, con un nuevo gobierno y con muchos retos que abordar”, escribe Garzón a la militancia a las pocas horas de confirmarse que habrá un nuevo Ejecutivo de coalición presidido por Pedro Sánchez: “Con este cambio de fase quiero completar el paso al lado que anuncié en junio. Eso significa que no solo cederé el testigo dentro del Consejo de Ministros, sino que también cesaré mi responsabilidad como coordinador de Izquierda Unida. Se trata de una decisión muy meditada y que formaba parte de la hoja de ruta que personalmente asumí hace tiempo. He esperado a este momento para sincronizar mi decisión final con el cambio de fase política”.

A partir de este momento, se abrirá un proceso interno a partir de la próxima Coordinadora Federal –máximo órgano entre Asambleas de IU, que tiene previsto reunirse en los próximos días– que aprobará un camino que desembocará en una Asamblea que se celebrará en los próximos meses, en la que IU deberá elegir su nueva dirección.

Tanto en el proceso transitorio como en la nueva dirección que alumbre la próxima Asamblea, se prevé que desempeñen un papel relevante el grupo dirigente actual de IU federal, en torno a la portavoz, eurodiputada y ministrable, Sira Rego, y el secretario de Organización, Ismael González; así como la dirección del PCE, con el secretario general y diputado Enrique Santiago al frente; y la federación con más peso de la coalición, IU Andalucía.

“Ha sido un gran honor poder representar a una organización como IU, que me ha brindado la oportunidad de conocer a personas maravillosas”, reconoce Garzón, que fue elegido coordinador por primera vez en junio de 2016: “Cuando me afilié con 18 años lo hice con la convicción de que había que sumar manos y mentes a la tarea de transformar nuestras sociedades. Aunque en mi corazón ya latía la rabia por las injusticias cometidas en todas partes del mundo, la decisión específica de militar en IU vino empujada por el ejemplo de quienes estaban luchando, asumiendo un gran coste personal, contra una burbuja inmobiliaria que a comienzos de siglo atropellaba las vidas y la naturaleza de la costa malagueña. Pronto comencé a conocer muchos otros ejemplos similares por toda la geografía española. Esas luchas rojiverdes alimentan mi espíritu militante todavía hoy”.

El hasta ahora líder de IU reconoce que “nunca” habría imaginado asumir la dirección de IU: “Una responsabilidad que habían aceptado antes que yo otras personas que eran para mí una referencia con mayúsculas, como el compañero, y luego amigo, Julio Anguita”.

El liderazgo de Garzón, explica él mismo en la carta, “vino de manera atropellada”, en un momento post 15M en el que irrumpieron Podemos y los Ayuntamientos del cambio, y después de haber sido el candidato electoral el 20D de 2015, en “unas elecciones generales que muchos hubieran querido que fueran las últimas para IU”.

“Creo que cada una de nosotras todavía vibra cuando recordamos cómo abordamos aquellos determinantes días de finales de 2015”, rememora Garzón, unos comicios que podrían haber supuesto el fin de una IU cuya candidatura encabezaba un joven diputado de 30 años recién cumplidos: “Desde entonces hemos pasado juntas momentos muy difíciles, y tuvimos que asumir tareas que parecían imposibles. Reconozco que he visto el abismo muchas veces durante todos estos largos e intensos años, como os habrá pasado a la mayoría. Sin embargo, en cada uno de esos momentos hemos sido capaces de reponernos y de construir algo útil y bello al mismo tiempo”. 

El exministro de Consumo explica a la militancia que “sin las movilizaciones del 15M y sin la ruptura del tradicional sistema de partidos en 2014, las cosas hubieran sido muy distintas. Aquellos acontecimientos pusieron a IU en un inmenso aprieto, porque nuestra fuerza política encarnaba en gran medida los valores y principios que querían abrirse paso en nuestra sociedad, sobre todo en las generaciones más jóvenes, pero no éramos nosotros como fuerza política quienes rentabilizábamos electoralmente esas nuevas aspiraciones”. 

“No nos ha faltado pericia ni voluntad, pero la situación siempre ha sido sumamente complicada”, conviene Garzón: “Y, sin embargo, gracias a nuestros esfuerzos colectivos la situación hoy dista mucho de parecerse a la de hace diez años.[...] IU está hoy no sólo consolidada, sino que es una fuerza con un capital político imprescindible para el futuro de este país. La seriedad, la experiencia y la responsabilidad de IU es una garantía para nuestra sociedad, pero también es una herramienta fundamental para ensamblar nuestro tan complejo ecosistema de fuerzas de izquierdas. Ojalá todas estas fuerzas no olviden en lo venidero la importancia de una unidad bien construida. Y, a ser posible, tejida sobre la fraternidad y no sobre la simple y bruta correlación de fuerzas”.

Garzón termina apuntando a que su “contribución personal a todo esto no ha estado exenta de costes y ello también ha influido de manera determinante” en su decisión de dejar la primera línea de la política: “La militancia es muy sacrificada, y la primera línea de la política no es sino su versión exponencial. Durante todos estos años he visto lo mejor y lo peor de la política, y ambas cosas me han atravesado implacablemente. He empleado demasiado tiempo en tratar con gentes que no cuidan a sus semejantes y para los cuales la política es sólo una forma de aplastar al que piensa diferente. No es esa mi concepción de la política. Por eso creo que uno de nuestros retos para el futuro será el de construir espacios que integren las enseñanzas feministas de manera integral, esto es, asumiendo el papel central que tienen los cuidados en la reproducción de la vida en todas sus dimensiones”.

“En lo personal, me encuentro muy contento al dar este paso y por poder dedicar más tiempo a cuidar a mi familia y a mis hijas”, concluye Garzón: “Como dije hace unos meses, ellas han sufrido más que nadie mis desasosiegos y penas, mis ausencias continuadas y mi irritabilidad estacional. Quiero ahora recuperar tiempo y energía también para poder dedicarme a otras muchas actividades que siempre me han producido más placer y que han estado aparcadas durante demasiados años. Como no puede ser de otra forma, seguiré haciendo política, que es para mí el noble arte de transformar la sociedad, desde la humilde y necesaria trinchera que ofrece el militante de base de una organización como la nuestra. Intentaré, con tantas herramientas como pueda, seguir contribuyendo a construir una sociedad ecosocialista; el único freno viable y democrático ante el avance de la barbarie y la destrucción ambiental”.

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