El Ayuntamiento de Barcelona cifra en 4,5 millones la licencia de obras de la Sagrada Familia
La teniente de alcalde de Urbanismo de Barcelona y número tres de la candidatura de Barcelona en Comú, Janet Sanz, ha cifrado este jueves en 4,5 millones de euros lo que la Sagrada Familia deberá pagar por su licencia de obras. “La licencia más importante que se ha pagado en esta ciudad en toda la historia democrática”, ha celebrado.
Lo ha dicho en un acto de campaña electoral del partido frente el templo, con los arquitectos Josep Bohigas y Carme Ribas. Con esta licencia, el templo regularizaría la situación de sus obras, que se han promovido durante más de 130 años sin los permisos pertinentes, después de que la Junta Constructora solicitara la licencia en marzo y el Ayuntamiento haya estudiado la cantidad que debe pagar.
“Se han acabado los privilegios. Hoy la Iglesia católica, como cualquier otro, para hacer obras tendrá que pagar la licencia”, ha proclamado, y ha criticado que esta situación no se haya resuelto hasta ahora. Desde la Junta Constructora del templo aseguran que no han recibido ninguna notificación la licencia.
El Gobierno de Ada Colau y la junta de la Sagrada Familia alcanzaron un acuerdo en octubre por el cual el templo se comprometió a pagar 36 millones en diez años para compensar los gastos municipales que genera su actividad, y el Ayuntamiento se comprometió a promover los planes para regularizar las obras.
El pleno municipal de febrero aprobó los dos planes urbanísticos necesarios como paso previo a la solicitud de la licencia -en ellos no se concreta una solución para la fachada de la Gloria, en la calle Mallorca, donde está prevista una gran escalinata que afecta a los edificios de delante del templo-. Sanz ha señalado que hasta ahora las licencias de obras más importantes de la ciudad habían sido la del Hospital de Sant Pau y la de Diagonal Mar, y ha avisado de que el urbanismo no es neutro: “Quien lo diga es de derechas”.
Sanz ha rechazado un anterior “urbanismo de barra libre que se olvidaba de barrios” como los del Besòs, porque quienes gobernaban no tenía ningún interés en ellos, y ha defendido que el Gobierno de Colau los ha vuelto a poner en agenda.
“No nos hemos olvidado de nadie”, ha subrayado, y ha dicho que el ejecutivo municipal ha tenido muy claro que debía impulsar un urbanismo al servicio de los vecinos que evitara privilegios de los poderosos, mediante políticas valientes y a la vez eficaces.
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