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Casado aparca su plan para derogar la ley de Memoria Histórica y evita un debate sobre Franco en la campaña catalana

Adolfo Suárez Illana, Javier Maroto, Teodoro García Egea y Pablo Casado, en enero de 2019.

Iñigo Aduriz

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El pasado 3 de noviembre, el líder del Partido Popular, Pablo Casado, anunció ante su Comité Ejecutivo Nacional –que reúne al medio centenar de integrantes de la dirección de la formación conservadora– que, antes de que finalizara el 2020, el PP registraría en el Congreso de los Diputados su proyecto de Ley de Concordia anunciada por el propio Casado en 2018, apenas unos meses después de ganar las primarias. Con ellla, los populares pretendían derogar la Ley de Memoria Histórica de 2007, así como la de Memoria Democrática aprobada en septiembre por el Gobierno progresista, aunque previsiblemente la propuesta quedaría en todo caso en papel mojado por el rechazo de las fuerzas del Gobierno y sus aliados parlamentarios..

Casi dos meses después de lanzar su promesa, el líder del PP ha aparcado sine die la presentación de esa nueva norma. Así, Casado evitará un debate sobre el franquismo, uno de los asuntos que la dirección popular reconoce que más le perjudican electoralmente, durante la campaña de los comicios catalanes del próximo 14 de febrero que comenzó el jueves.

En su intervención ante el Comité Ejecutivo de noviembre, el líder de la oposición justificó la redacción de una normativa que derogara la de Memoria Histórica con el objetivo de “reforzar el sistema constitucional y el legado de la Transición” que, a juicio de los populares, lleva siendo “atacado” por el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos desde que llegó a la Moncloa. Pero en la dirección de Casado han asumido que cualquier debate acerca del franquismo “beneficia a los extremos”, donde Génova 13 sitúa tanto a la formación de Pablo Iglesias como a Vox, y perjudica al PP.

El propio líder de los populares lleva meses asegurando en público y en privado que si en las generales del 10 de noviembre de 2019 el partido de Santiago Abascal consiguió situarse como la tercera fuerza política del país, con 52 escaños, mientras el PP lograba el segundo peor resultado de su historia –89 diputados, 23 más que los obtenidos en abril de ese año, cuando los populares tocaron suelo–, fue gracias al debate político que había surgido solo dos meses antes por la decisión del Gobierno de exhumar al dictador Francisco Franco de su mausoleo del Valle de los Caídos.

Casado: “Sánchez ayudó a Vox con la exhumación de Franco”

Casado considera que el traslado de los restos de Franco al cementerio de El Pardo enardeció a los sectores sociales de extrema derecha, decantando su voto hacia Vox y no hacia el PP, que hasta hace dos años presumía de integrar en sus siglas a un amplio electorado que iba del centro derecha a la ultraderecha y que ahora no logra remontar en las encuestas por la división de los votantes tras la implantación estatal de Ciudadanos y la fundación del partido de Santiago Abascal.

Este viernes, el máximo dirigente de los populares llegaba a asegurar en una entrevista en Antena 3 que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “ayudó” a Vox en la campaña de las generales de noviembre 2019 “con la exhumación de Franco” y que, en contraprestación, ahora Vox “ayuda a Sánchez en su campaña vital catalana”, por ejemplo, cuando el jueves la extrema derecha decidió abstenerse en la votación de la convalidación del decreto del Ejecutivo sobre los fondos europeos, facilitando su aprobación en el Congreso pese al 'no' de PP, Ciudadanos y Junts, así como de ERC, uno de los socios habituales de PSOE y Unidas Podemos.

En este contexto, la dirección del PP ha decidido esperar a que los catalanes voten el próximo 14 de febrero para retomar su proyecto de Ley de Concordia, que consideran que podría generar un debate similar al que causó la exhumación de Franco, polarizando al electorado y beneficiando, según sus tesis, a Vox. Las fuentes de la cúpula del partido consultadas por elDiario.es reconocen, no obstante, que ahora no se han fijado una fecha concreta para llevar la nueva ley al Congreso, aunque sí aventuran que será “en breve”. “Estamos ahora centrados en las catalanas”, insisten en Génova 13.

Dirigentes populares conocedores del proceso de la elaboración del texto explican a este diario que uno de los principales miembros del PP que están trabajando en la redacción de la ley es Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez y al que Casado convirtió en uno de sus fichajes estrella nada más ganar las primarias de 2018. Gracias a la confianza del líder de los populares, Suárez Illana es actualmente el secretario cuarto de la Mesa del Congreso y preside la Fundación Concordia y Libertad creada ad hoc por Casado para colocar al abogado, sin apenas presencia pública en el día a día del partido.

“La sectaria reescritura” de la Ley de Memoria

En Génova 13 evitan dar detalles del contenido de la nueva norma que en septiembre de 2018 fue anunciada por Casado para derogar la “irresponsable e innecesaria” ley de Memoria Histórica. “En la Transición ni hubo ocultación, ni sometimiento, ni miedo. Hubo grandeza moral, sentido de la historia, reconciliación y concordia”, señaló entonces el líder del PP, que consideró, con unos argumentos muy similares a los de Vox, que la actual normativa de memoria supuso “la sectaria reescritura de la historia que arroja paladas de rencor sobre la sociedad española”.

“Lo de llamar ley de Concordia es para entendernos. Al final no se puede regular ni la memoria ni la concordia”, añadió después en una entrevista en EsRadio con Federico Jiménez Losantos, para explicar que el PP lo que busca es crear un “compendio que toca educación, espacio público y este tipo de cuestiones”, en alusión a la regulación de símbolos como las banderas.

A juicio de Casado, no hacía falta una Ley de Memoria Histórica para “hacer algo que ya se estaba reconociendo”, como las ayudas a las víctimas del franquismo, porque se hizo con la Transición. “La estimación que hacemos es que desde que hay democracia en España a los represaliados por el franquismo se ha otorgado 16.000 millones de euros en fondos, se han rehabilitado pensiones de oficiales del Ejército y las pensiones de viudedad se han reconocido”, insiste el líder del PP.

“La grandeza de la Transición española en la que comunistas y los que venían del régimen anterior se dieron la mano para mirar hacia el futuro, también incluyó esos presupuestos y las ayudas para buscar los restos de los familiares”, añadió. “Preferimos hacer las políticas en positivo. La ley de Memoria Histórica no es buena”, recalcan una y otra vez desde la dirección popular.

Para el PP, una Ley de Concordia tiene sentido también por la “degradación institucional” que a su juicio está perpetrando el Gobierno progresista, al que acusa de “atacar” a la monarquía o el Poder Judicial o de querer instaurar una nueva “dictadura” en España. Asimismo, la dirección de Casado se considera “enraizada” en “la mejor historia de España, que no es una historia de miedos, ni rencores, ni saltos al vacío al pasado, sino de encuentros, de libertad, de instituciones, de progreso, de tareas y de orgullo compartidos”, apunta Génova 13, para tratar de diferenciarse de la extrema derecha de Vox, gracias a la que gobierna en comunidades y ayuntamientos y que, sin embargo, es uno de sus principales rivales en los comicios catalanes del 14F.

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