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El PP ultima un proyecto de Ley de Concordia para intentar derogar la de Memoria Histórica

Pablo Casado y Cuca Gamarra durante una declaración ante los medios del líder del PP en el Congreso.

Iñigo Aduriz

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El Partido Popular ultima la redacción de la Ley de Concordia anunciada por su presidente, Pablo Casado, en 2018 con la que los populares pretenden derogar la Ley de Memoria Histórica de 2007 así como la de Memoria Democrática aprobada en septiembre por el Gobierno progresista. El plan de Casado es iniciar su tramitación parlamentaria en las próximas semanas.

La intención de la dirección del PP, expresada por su propio líder en su discurso del pasado día 3 de noviembre ante el Comité Ejecutivo Nacional del partido, es registrar el nuevo proyecto de ley en la Cámara Baja antes de las Navidades, con el objetivo de “reforzar el sistema constitucional y el legado de la Transición” que, a juicio de los populares, está siendo “atacado” por el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos.

Dirigentes populares conocedores del proceso de la elaboración del texto explican a este diario que uno de los principales miembros del PP que están trabajando en la redacción de la ley es Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez y al que Casado convirtió en uno de sus fichajes estrella nada más ganar las primarias de 2018. Gracias a la confianza del líder de los populares, Suárez Illana es actualmente el secretario cuarto de la Mesa del Congreso y preside la Fundación Concordia y Libertad creada ad hoc por Casado para colocar al abogado, sin apenas presencia pública en el día a día del partido.

En Génova 13 evitan dar detalles del contenido de la nueva norma que en septiembre de 2018 fue anunciada por Casado para derogar la “irresponsable e innecesaria” ley de Memoria Histórica. “En la Transición ni hubo ocultación, ni sometimiento, ni miedo. Hubo grandeza moral, sentido de la historia, reconciliación y concordia”, señaló entonces el líder del PP, que consideró que la actual normativa de memoria supuso “la sectaria reescritura de la historia que arroja paladas de rencor sobre la sociedad española”.

Medidas en educación y para el espacio público

“Lo de llamar ley de Concordia es para entendernos. Al final no se puede regular ni la memoria ni la concordia”, añadió después en una entrevista en EsRadio con Federico Jiménez Losantos, para explicar que el PP lo que busca es crear un “compendio que toca educación, espacio público y este tipo de cuestiones”, en alusión a la regulación de símbolos como las banderas.

A juicio de Casado, no hacía falta una Ley de Memoria Histórica para “hacer algo que ya se estaba reconociendo”, como las ayudas a las víctimas del franquismo, porque se hizo con la Transición. “La estimación que hacemos es que desde que hay democracia en España a los represaliados por el franquismo se ha otorgado 16.000 millones de euros en fondos, se han rehabilitado pensiones de oficiales del Ejército y las pensiones de viudedad se han reconocido”, insiste el líder del PP.

“La grandeza de la Transición española en la que comunistas y los que venían del régimen anterior se dieron la mano para mirar hacia el futuro, también incluyó esos presupuestos y las ayudas para buscar los restos de los familiares”, añadió. “Preferimos hacer las políticas en positivo. La ley de Memoria Histórica no es buena”, recalcan una y otra vez desde la dirección popular.

Para el PP la nueva normativa tiene ahora más sentido por la “degradación institucional” que a su juicio está perpetrando el Gobierno progresista, al que acusa de “atacar” a la monarquía o el Poder Judicial o de querer instaurar una nueva “dictadura” en España. Cuando los populares hablan de esos “ataques” al rey se refieren al apoyo de Unidas Podemos a las investigaciones judiciales a Juan Carlos I o a su defensa de un “horizonte republicano”.

La nueva ley también se enmarca en el enésimo intento de Casado por girar al centro y la moderación anunciado durante el debate de la fallida moción de censura de Vox de octubre y repetido en sus sucesivas declaraciones, rompiendo con el partido de Santiago Abascal y en busca del electorado de Ciudadanos e incluso de socialistas “descontentos” con la gestión de Pedro Sánchez.

“Ni rencores ni saltos al vacío al pasado”

“Tenemos una agenda realista, con los pies en la tierra, claramente europeísta y comprometida con los valores, con los principios y con las actitudes de la democracia moderna. Estamos enraizados en la mejor historia de España, que no es una historia de miedos, ni rencores, ni saltos al vacío al pasado, sino de encuentros, de libertad, de instituciones, de progreso, de tareas y de orgullo compartidos”, concluye Casado, para justificar esta nueva ley de Concordia que previsiblemente quedará en papel mojado por el rechazo de las fuerzas del Gobierno y sus aliados parlamentarios.

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