La defensora del Pueblo pide combatir la corrupción con la severidad de la ley

La defensora del Pueblo, Soledad Becerril, ha condenado la corrupción como el “gran mal” de la sociedad y ha abogado por combatirla con la severidad de la ley y con educación y pedagogía en valores y comportamientos.

Becerril ha hecho estas consideraciones en Granada, donde ha participado en la IX edición del seminario Luis Portero de Derechos Humanos, en el que ha explicado que la ejemplaridad en la conducta de políticos y administradores de bienes públicos es una “norma esencial” cuyo quebranto debe ser castigado “con severidad”.

La defensora ha considerado que la sociedad en general debe saber que no existe impunidad, que “no hay tolerancia” y que existen las penas y el total rechazo social a la corrupción.

“La corrupción es un gran mal para la sociedad porque rompe la regla básica del Estado de derecho, que es el cumplimiento de la ley, y hace desconfiar a los ciudadanos de las personas o instituciones en las que ha depositado su confianza, fundamentales en un estado social y democrático de derecho”, ha reiterado Becerril.

Ha insistido en que la ejemplaridad en la conducta de los políticos es una “norma esencial” y ha abogado por castigar con severidad los casos de corrupción, porque, según ha argumentado, defraudar a la hacienda pública es defraudar a los ciudadanos y “malversar fondos públicos es un fraude a los ciudadanos”.

Becerril ha apostado por enseñar valores cívicos en las escuelas y universidades para que se conviertan en normas de vida ampliamente aceptadas y compartidas.

Ha subrayado además que el mantenimiento del Estado social y democrático de derecho merece el esfuerzo, ya que la democracia representa a su juicio una garantía de derechos y libertades que permite actuar a la justicia.