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“Me dijo que estaban aplicando el protocolo de seguridad”

Mar Esquembre.

Ana Requena Aguilar

Madrid —

Mar Esquembre es profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Alicante y una reconocida activista feminista. El miércoles pasado, cuando visitaba el Congreso, fue sometida a un cacheo integral en el que dos mujeres policía la dejaron en sujetador y con los pantalones bajados hasta los tobillos. Esquembre está redactando ahora la denuncia que presentará contra las dos policías que la registraron, sus superiores, y contra el presidente del Congreso, Jesús Posada.

¿A qué acudías al Congreso el miércoles, era la primera vez que ibas?

He ido muchísimas veces, aunque era la primera vez que acudía como invitada a la tribuna. Ese jueves y viernes tenía un congreso de derecho constitucional en Madrid y aproveché que me desplazaba para quedar con amistades mías que trabajan en el grupo socialista del Congreso. Me invitaron a ver la sesión ordinaria de aquel día. Llegué a Atocha y me fui andando tranquilamente al Congreso. Cuando llegué, subí al despacho de mi amiga a dejar mi maleta, en el edificio de enfrente del hemiciclo. Allí entré con normalidad, pasé por el arco detector, como todo el mundo.

¿Qué pasó después?

Bajé con mi amiga, que me acompañó hacia la entrada del Congreso que hay por la calle Zorrilla, es la entrada por la que se accede a la tribuna. Delante de nosotras había otro señor que iba como invitado. Él hizo sus trámites, enseñó su DNI y entró. Cuando me tocó a mí, el ujier me dijo que mi segundo apellido no coincidía con el que él tenía en el listado. Mi amiga, a la que conocen, dijo que era culpa suya: he cambiado de segundo apellido y ella, al acreditarme, dio el nuevo pero en mi DNI éste aún no aparece. Si entonces me hubieran dicho que no podía pasar, lo hubiera entendido. Pero la policía nacional que había me dijo que, si quería entrar, tenía que someterme a un cacheo integral. Yo dije que sí, no podía imaginarme lo que iba a suceder, pensé que era un cacheo por encima de la ropa.

¿Fue entonces cuando te llevaron a un cuarto y te pidieron que te desnudaras?

La chica se puso unos guantes de látex y me llevó a un cuarto anexo. Entonces, entró otra policía, aunque no iba de uniforme. Entonces, me pidió que me quitara la americana. Lo hice. Me dijo que me sacara la camiseta, me la quité y me quedé en sujetador. Le pregunté por qué tenía que hacerlo y me dijo que estaban aplicando el protocolo de seguridad. Estuvieron revisando las prendas y mirando las costuras. En ningún momento me tocaron ni fueron desagradables. Entonces, me dijeron: “se tiene que quitar usted los pantalones”. Les dije que no, pero sí me los bajé hasta los tobillos. Tocaron el contrafuerte de la cinturilla del pantalón. La situación era muy humillante. Yo había decidido colaborar, porque no tenía nada que ocultar, pero ahí yo ya sabía que habían traspasado los límites. Me dijeron que me vistiera y me agradecieron mi actitud.

¿Ahí acabó todo?

No, la segunda policía que había entrado me acompañó a la tribuna. Se quedó conmigo todo el rato, con un asiento en medio de distancia. Solo estuve media hora en la tribuna, y ella estuvo todo el rato junto a mí.

¿Cuándo comunicaste a tus conocidos en el Congreso lo que había sucedido?

Una vez que entre al cuarto para el cacheo, mi amiga se fue. Bajé de la tribuna porque habíamos quedado a comer y ya se lo conté todo. Alucinaron, y se lo contaron a la gente del grupo socialista. Más tarde me llamó Carmen Montón y quedamos esa misma noche. Le conté lo sucedido y se escandalizó. Ella y Gabriel Echávarri, diputado por Alicante, comenzaron a hacer indagaciones el jueves y a preparar preguntas parlamentarias y un escrito.

¿Tú has denunciado? ¿Lo vas a hacer?

El jueves y el viernes yo tenía una ponencia en el congreso y estaba ocupada. Comenté el asunto con compañeros, y hubo gente que me dijo que había que estudiar qué fórmulas legales existían para denunciar esto. El viernes por la tarde regresé a Alicante y me puse a escribir mi artículo. Era algo indignante y quería darlo a conocer. Ahora estoy preparando la denuncia y su fundamentación jurídica, estudiando cuál es la mejor vía. La presentaré esta semana o la siguiente, contra esas dos policías, sus superiores y contra el responsable último, que es el presidente del Congreso, Jesús Posada.

¿Crees que fue una medida desproporcionada y que quizá tuvo que ver con la protesta de Femen la semana anterior?

Fue una medida desproporcionada y una vulneración del derecho a la intimidad. No solo el cacheo, sino que una policía estuviera ya a mi lado permanentemente. No sé qué se pensaba que iba a hacer. No puedo evitar pensar que tiene que ver con lo sucedido con Femen. Tenían mi nombre con antelacion y creo que antes buscan información e investigan, y vieron entonces que mi perfil era claramente feminista. Que yo sepa ser feminista no es delito, pero yo me sentí como una delincuente. ¿Cuáles son los criterios para hacer eso? Es pasmoso cómo están actuando, no podemos permitir esta criminalización constante. Esto es solo un caso, pero hay muchos otros y da miedo ver lo que sucede. En Alicante, por ejemplo, están multando a personas por participar en una manifestación contra el AVE a la que en realidad no acudieron.

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