Correa describe cómo contrató como asesor al exvicepresidente de Repsol Ramón Blanco Balín y lamenta que no pudiera acogerse a la amnistía fiscal por estar en la cárcel: “Al final tuve problemas con Luis de Miguel, una excelente persona, y él tuvo un registro en sus oficinas. A mí no me gustó porque era un poco negligente, tenía carpetas que no debería tener. Yo le decía que era imprudente, teniendo carpetas en esta oficina. No me podía imaginar que iba a tener un registro. Me presentaron a Ramón Blanco Balín, vicepresidente de Repsol, asesoraba a grandes empresarios españoles. Y decido cambiar de asesor porque él me garantiza que yo voy a estar cubierto. De hecho, yo me ofrecí a regularizar. Hubo una amnistía en 2010 o 2011, pero yo estaba en la cárcel y no me puede acoger a ella”.