Casado y Rivera se vuelcan en la campaña andaluza frente a la presencia limitada de Sánchez e Iglesias
No es una campaña más. PP y Ciudadanos se baten por el liderazgo de la derecha un año después de que los conservadores fueran borrados del mapa en Catalunya por el partido de Albert Rivera. Pablo Casado afronta su primera convocatoria electoral y, por tanto, el primer examen interno en un partido que mide sus éxitos por el poder que acumula y el Gobierno de Pedro Sánchez se pone a prueba en el territorio de quien fue su principal enemiga interna. Algo parecido a lo que sucede en Adelante Andalucía con Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias, otro matrimonio de conveniencia electoral.
La principal incógnita de la noche del 2 de diciembre será saber si la actual presidenta autonómica, Susana Díaz, que reivindica “una campaña con acento andaluz”, puede revalidar el poder o si las derechas suman para desbancar por primera vez en cuarenta años al PSOE de la Junta. Pero lo que está en juego es mucho más que eso: las alianzas postelectorales en caso de que no se produzca una mayoría absoluta (que descartan todas las encuestas) y sobre todo, los efectos secundarios que la noche electoral puedan tener en los distintos partidos.
Los dos candidatos de las formaciones conservadoras, PP y Ciudadanos, llevan semanas dejándose acompañar por sus respectivos líderes nacionales, Pablo Casado y Albert Rivera, respectivamente, conscientes de que en estas andaluzas los dos partidos –y ellos mismos– se juegan mucho de cara a las futuras citas con las urnas.
Los socialistas andaluces no hicieron ascos a la presencia de Pedro Sánchez durante la precampaña ni lo harán cuando el presidente acuda al único mitin previsto en otra escenificación más para hacer ver que tanto él como Díaz hace tiempo que enterraron el hacha de guerra.
En Adelante Andalucía, la confluencia de Unidos Podemos y de IU, tampoco pondrán mala cara a las visitas puntuales de Pablo Iglesias, Alberto Garzón y otros líderes nacionales como Iñigo Errejón.
Sin embargo, ambos partidos quieren dejar claro que la batalla se juega en clave andaluza y no nacional, por lo que intentarán que los mensajes que prevalezcan sean sus soluciones a los problemas que creen que sigue teniendo Andalucía.
Pedro Sánchez y Susana Díaz aparcan su guerra
“Pedro Sánchez es un tipo con mucha más capacidad que yo. A la vista está, me ganó en las primarias”, reconoció este jueves la presidenta regional en la comisión de investigación del PP para la investigación de los partidos políticos en el Senado, donde el PP le tenía preparada una emboscada a las puertas de la campaña para hablar de los ERE.
La prueba de que ahora Díaz y Sánchez se toleran, o que al menos se necesitan, está en que el presidente del Gobierno no ha dudado en acudir desde “el primer minuto” a arropar a la candidata socialista en Andalucía. Participó en el Comité Director en el que Díaz fue designada oficialmente cabeza de cartel. Además, Ferraz no ha puesto ningún impedimento para la elaboración de las listas –fuentes socialistas apuntan a que la batalla se dará para que Sánchez tenga a sus afines en las papeletas de las generales–.
Los socialistas están convencidos de que la imagen de Sánchez, ahora que preside el Gobierno, suma en Andalucía, donde ahora sí le dan la bienvenida con los brazos abiertos.
No obstante, más allá de las visitas que ha hecho –entre ellas una reunión en el Palacio de San Telmo–, el presidente tendrá una escasa presencia en la campaña en Andalucía debido a su agenda internacional. De hecho, estos días tiene un viaje para asistir a la cumbre Iberoamericana en Guatemala, una visita oficial a Cuba y la cumbre del G-20 en Argentina.
Lo que sí tiene previsto es un acto junto a Díaz –que ha disculpado su presencia en el Comité Federal de este sábado en Madrid– durante un fin de semana que es el ecuador de la competición. Tanto el PSOE andaluz como Ferraz insisten en que también habrá presencia de los miembros del Gobierno, aunque por ahora no desvelan una agenda concreta.
Casado: “Toda la carne en el asador” y campaña paralela
En el PP, su líder Pablo Casado, vive la cita de las andaluzas como su primera prueba de fuego desde que llegó a la presidencia del partido. Pese a que todas las encuestas vaticinan que los populares tendrán complicado gobernar la Junta, Casado ha decidido volcarse en la campaña para apoyar al candidato Juan Manuel Moreno que, paradójicamente, respaldó a su rival en las primarias, Soraya Sáenz de Santamaría.
Génova lleva semanas remarcando que el partido está poniendo “toda la carne en el asador” para las elecciones andaluzas y así se lo ha transmitido a todos los cargos del partido a través de distintas reuniones internas. El adelanto electoral decidido por Susana Díaz provocó que Casado tuviera que modificar su calendario de renovación, retrasando su convención nacional a mediados de enero, si bien estaba prevista para diciembre. El objetivo, apunta la dirección del PP, es que “todos los esfuerzos estén centrados en Andalucía”.
Casado tendrá una caravana electoral propia y paralela a la que mantendrá Juanma Moreno, si bien ambos dirigentes coincidirán en unos pocos actos aún por concretar. Esa presencia en Andalucía ya se ha reflejado durante la precampaña. El líder del PP ha llevado en las últimas semanas a esa comunidad tanto la reunión de la Interparlamentaria, que tuvo lugar en Sevilla, como la de la Unión Intermunicipal, que se celebró en Málaga. Antes de que el próximo viernes comience la campaña, Casado irá a Almería el martes.
La fórmula de la caravana paralela ya la empleó Mariano Rajoy en las elecciones gallegas para ayudar a ganar a Alberto Núñez Feijóo, pero en este caso Casado busca marcar su propia agenda de líder nacional, sobre todo ante la previsible debacle del PP que auguran las encuestas. Además, el presidente de los conservadores dio un golpe encima de la mesa durante la elaboración de las candidaturas, al imponer como cabezas de lista a sus afines en cuatro provincias.
Rodríguez y Maíllo no despreciarán la ayuda de Iglesias y Garzón
En Adelante Andalucía, la candidatura que aglutina a Podemos e IU, se preparan desde hace tiempo para una candidatura de ámbito estatal. La presencia de Pablo Casado o Inés Arrimadas durante el mes de octubre en la región ya anticipaba a los estrategas de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo una realidad que chocaba con sus planes previos.
Su intención es intentar llevar el debate al ámbito andaluz, hablar de los problemas que afectan a las personas y de sus condiciones materiales de vida, que en buena medida dependen de la Junta. “Vamos a hablar de Andalucía, por mucho que vengan Casado y Rivera”, apuntan desde la candidatura.
Pero no cierran los ojos al desembarco de líderes estatales que harán los demás partidos y, además, reconocen el tirón de sus principales rostros, con Pablo Iglesias y Alberto Garzón a la cabeza. La idea es, también, “que hablen de Andalucía”. Pero no solo. Este jueves, Iglesias participó en Sevilla junto a Rodríguez en la presentación del acuerdo presupuestario firmado con Pedro Sánchez.
Los actos concretos de campaña están por determinar, pero el líder de Podemos asistirá al menos a tres mítines, con Málaga y Sevilla como principales plazas. En la capital andaluza se celebrará el acto central, el 24 de noviembre a las 12.30. En la principal ciudad de la Costa del Sol será el cierre, el día 30 a las 18.30.
El papel del líder de IU será similar al de Iglesias en el ámbito estatal. Pero, además, Alberto Garzón tiene una vertiente autonómica al haber pasado la mayor parte de su vida en Málaga.
El coordinador de IU y el secretario general de Podemos coincidirán el sábado 24 de noviembre en Sevilla, según informan desde su equipo. Garzón, además, multiplicará su apoyo a Rodríguez y Maíllo en la última semana de campaña, con especial presencia en Málaga y en la capital andaluza.
Además de Garzón e Iglesias, otros referentes estatales de la coalición como Íñigo Errejón también participarán en la campaña.
Rivera y Arrimadas, se volcarán con Juan Marín
La apuesta de Ciudadanos es no dejar solo a su candidato, Juan Marín, un dirigente político aún poco conocido entre los andaluces, según ha reflejado las encuestas, pero bien valorado entre aquellos que dicen saber quién es.
La presencia de Albert Rivera y de Inés Arrimadas será tan constante como lo ha sido hasta ahora bien para acudir a actos del propio partido en la precampaña o bien de la plataforma España Ciudadana. El origen andaluz de Arrimadas –es de Jerez de la Frontera– está siendo ya uno de los factores más explotados por Ciudadanos. En el partido saben que la líder en Catalunya “suma” y es una dirigente que sabe ser “cercana” a la gente.
El partido ya eligió Jerez para reunir a su consejo general, máximo órgano entre Asambleas, y dar el pistoletazo oficioso a su campaña con la aprobación del Programa electoral.
Rivera –que también tiene vínculos con Andalucía como otros dirigentes del partido– y Arrimadas arroparán a Marín en numerosos actos, empezando por el de la apertura oficial de la campaña, que será el próximo jueves, en Málaga, y el de cierre, que tendrá lugar en Sevilla el viernes 30.
Uno de los 'descubrimientos' ha sido el del exseleccionador nacional de baloncesto, Javier Imbroda, el fichaje de Rivera para encabezar Málaga, con el que están encantados. Su presencia será también habitual junto a Marín en muchos de los actos sectoriales pero también centrales de la campaña
Según cuentan fuentes del partido, las encuestas internas que manejan les dan la posibilidad de escalar a la tercera e incluso a la segunda posición, por encima del PP, aunque en la dirección de la formación no se quieren llamar a engaños y simplemente hablan de que los resultados “van a a estar muy apretados” entre las tres primeras fuerzas (PSOE-A, PP-A y ellos). Sea como sea, el listón mínimo que se ponen es duplicar los 9 escaños actuales.
Respecto a la campaña, aseguran que quieren lanzar un mensaje “en positivo”, “ilusionante” y “de esperanza”, poniendo en valor lo “bien hecho” durante los años que han dado apoyo al PSOE con el pacto de investidura que firmaron con Díaz. Según explican, los votantes están satisfechos con su trabajo en este sentido, pero ahora les piden que den “un paso adelante”, que “intentemos gobernar” y propiciar un “cambio” porque están “cansado después de 40 años de socialismo”.
¿Con quién? El dilema no lo aclaran aunque ya han rechazado volver a dar respaldo a una nueva investidura de Susana Díaz. Y con Adelante Andalucía son sumamente críticos y están en las antípodas de sus políticas. Así que por descarte solo les queda el PP de Juanma Moreno. “Ya veremos, tendremos que esperar a ver los resultados”, contestan.
Vox, el quinto partido en liza con PP y Ciudadanos
En el panorama político de Andalucía ha surgido un quinto 'invitado' a estas elecciones autonómicas: Vox. El partido ultraderechista de Santiago Abascal ha decidido probar suerte en Andalucía animado por el éxito del macroacto que celebró en la madrileña plaza de Vistalegre y los vaticinios de algunas encuestas que les aseguran representación en el Congreso.
Aunque sus rivales más cercanos, PP y Ciudadanos, auguran que Vox no logrará entrar en la Cámara regional, el candidato popular, Juanma Moreno, alertó el otro día de que los votos de aquellos ciudadanos que “de buena fe” depositen su confianza en la formación de Abascal pueden resultar estériles porque podrían darle “un escaño más a Podemos” debido a los efectos de la ley D'Hondt.
Las provincias en donde los de Abascal tendrían más posibilidades de conseguir representación son Sevilla y Málaga. Una de las bazas con las que cuenta Vox es el apoyo que ya ha hecho público el padre de Marta del Castillo.
Mientras los conservadores parecen muy preocupados por la posibilidad de que la formación ultraderechista divida al “centro derecha” y les robe a ellos votos, en Ciudadanos han optado por seguir con la estrategia de ignorar a una fuerza extraparlamentaria.