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Feijóo cree que el PP “tiene un gran futuro” si está “moderado” y huye de la política “frívola, de tuit y populista”

Feijóo, Casado e Iturgaiz, este miércoles en la sede nacional del PP.

Iñigo Aduriz

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El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado este martes que su formación política, el Partido Popular, “tiene un gran futuro” si se mantiene en sus “principios” y “centrado y moderado” yn dice no “a la política frívola, de tuit y populista”. A las puertas de Génova, justo antes de entrar en el Comité Ejecutivo Nacional de los populares, Feijóo ha considerado, además, que las elecciones del pasado domingo, en las que logró su cuarta mayoría absoluta, “dejan atrás el populismo, de un lado y de otro”, de “extrema derecha y de extrema izquierda”, haciendo así alusión a que tanto Vox como Unidas Podemos no hayan entrado en el Parlamento gallego.

“El PP es un partido de estado. No vamos a cambiar nuestros principios por las modas”, ha sentenciado.Unas pocas horas antes del inicio del Comité Ejecutivo Nacional en el que la dirección de Pablo Casado se reúne con los principales barones del partido para valorar los resultados de las elecciones gallegas y vascas del 12J, Feijóo había reconocido que se ha creado “un problema” en torno a la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, porque esta ha entrado “en la mediocridad y la descalificación” que a su juicio marcan en estos momentos la agenda política española.

En una entrevista en la Cadena Ser, Feijóo ha asegurado lo siguiente cuando se le ha preguntado por Álvarez de Toledo: “Es muy difícil hacer de portavoz en el Congreso, en este Congreso donde hay tanto ruido y tan poca política. Es muy difícil expresar pensamientos y propuestas e ideas cuando lo que hay son tantas descalificaciones, tanto insulto y tanta mediocridad. Por tanto a veces uno entra en esa mediocridad y en esa descalificación y automáticamente se crea un problema en torno a un portavoz”.

“A mí me ha pasado”, ha proseguido. “Yo estaba en la oposición en Galicia cuatro años y han sido duros. Y a veces yo decía cosas que al acabar decía 'para qué he dicho esto si no aporta nada'. Pero yo nunca he visto un Congreso de los Diputados como este. No he visto nunca que un Gobierno vaya a insultar a la oposición”, ha zanjado.

“Créame, a mí no me gusta la política nacional que tiene mi país en este momento y lo lamento porque el espectáculo que estamos dando a los ciudadanos es de una mediocridad impropia de los últimos 40 años de democracia”, ha añadido, reconociendo que la responsabilidad de ese clima también la tiene su propio partido, el PP.

Sobre Álvarez de Toledo, Feijóo ha añadido que “nunca” han trabajado juntos, pero la ha considerado “necesaria” en la labor de “unir al centro derecha” en torno al PP. “Nosotros o conseguimos unir el centro derecha o no gobernaremos y para unir el centro derecha necesitamos que haya distintas sensibilidades en un partido muy amplio, que aglutinó con éxito a la derecha durante mucho tiempo y al centro. Tenemos que volver a conseguirlo, porque si no no vamos a ser un partido de gobierno. La figura de Cayetana es muy necesaria en este contexto”, ha matizado.

Las declaraciones del máximo dirigente gallego, que ha vuelto a apelar a la “moderación” y la “centralidad” de su partido, se producen mientras distintos dirigentes populares presionan a la dirección de Casado para que gire al centro después del contundente triunfo de Feijóo, que en las elecciones del domingo logró su cuarta mayoría absoluta consecutiva con más escaños que nunca, y el batacazo que sufrió la coalición PP+Cs en Euskadi, encabezada por Carlos Iturgaiz, que pasó de nueve a solo cinco escaños de los 75 en liza.   

Lo sucedido en las urnas vascas y gallegas supuso una derrota clara de la estrategia de Casado, que se implicó de lleno en Euskadi imponiendo la coalición con Ciudadanos –una de sus grandes obsesiones desde que ganó las primarias–, fulminando al líder de los populares vascos, Alfonso Alonso –del ala más centrista– y colocando a un candidato afín, Iturgaiz, de la corriente más conservadora del partido. El líder del PP, en cambio, no consiguió exportar ese modelo de alianza a Galicia por el peso de Feijóo, de un perfil más moderado, que siempre sostuvo que en este territorio el centro derecha ya estaba unido en el PP.

Por eso desde la misma noche electoral los principales barones populares –como el propio Feijóo, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla o el castellano y leonés, Alfonso Fernández-Mañueco– presionan a Casado para que abrace la estrategia del presidente gallego, dé un giro al centro, y deje de lado el discurso bronco y crispado que le ha caracterizado durante su mandato al frente del PP y al que desde su designación como candidato se sumó también Iturgaiz.

Pese al fracaso de PP+Cs del 12J, Casado mantiene su intención de nombrar a Iturgaiz presidente de los populares vascos. A esta maniobra se opone el sector moderado del partido que sigue controlando el PP vasco, con la sucesora de Alonso, Amaya Fernández, a la cabeza. A las puertas de Génova, el propio Iturgaiz ha considerado que “hay que reconstruir” el PP vasco, que está en “interinidad” y dice haber “tomado las riendas” al ser elegido como candidato También ha asegurado que en su opinión el PP vasco ha “tocado suelo”, por lo que tiene “toda la fuerza para remontar”.

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