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De los incendios de Valencia al accidente de Spanair: las causas que abraza Casado en su primer mes de oposición a Sánchez

Pablo Casado ha protagonizado un intenso verano de actos y viajes.

Iñigo Aduriz

Nada más resultar elegido presidente del PP en el XIX Congreso del partido el pasado julio, Pablo Casado ya advirtió de que este verano no iba a haber vacaciones. El líder de los conservadores ha cumplido su palabra y ha dedicado su primer mes como jefe de la oposición a recorrer el país abrazando distintas causas sin dejar pasar la oportunidad de fotografiarse con todo tipo de víctimas para utilizar como munición frente al Gobierno de Pedro Sánchez. Además de la inmigración o ETA que han monopolizado su discurso, Casado ha tenido tiempo para programar actos sobre los incendios de Valencia o el accidente de Spanair del que se cumplían diez años, y que según recordó tuvo lugar con un Gobierno del PSOE, el que presidía José Luis Rodríguez Zapatero.

En medio, Casado también se hizo hueco para una visita exprés a Colombia en busca del apoyo de la derecha de aquel país. 

El líder del PP comenzaba su mandato en Catalunya, adonde llevó a su primer Comité Ejecutivo Nacional tratando de buscar la recuperación de su partido en la comunidad y arañar votos a Ciudadanos, primera fuerza en las últimas elecciones catalanas con su áspero discurso contra el independentismo. “El PP ha vuelto a Catalunya y lo ha hecho para quedarse, para estar presentes en la sociedad mediática, en la sociedad civil, en los debates que se tienen que trasladar. Queremos ser representantes de esa ola ciudadana que el 8 de octubre llenó las calles para pedir algo tan sencillo como libertad, legalidad y concordia. Queremos ser la fuerza útil”, dijo entonces. 

Casado regresó a Catalunya la pasada semana, con motivo del primer aniversario de los atentados de la Rambla y Cambrils, donde aprovechó para responsabilizar al Gobierno de Sánchez de las pancartas contra el rey Felipe VI colocadas por grupos independentistas. Preguntó al Ejecutivo si iba a responder “a esos ataques”, “ultrajes” e “insultos al rey” porque, advirtió, el PP no iba a tolerar este tipo de actuaciones y manifestaciones. Tras las palabras del president de la Generalitat, Quim Torra, llamando a “atacar al Estado”, el líder de los conservadores comenzó a pedir la intervención de la comunidad, solicitando al Gobierno la aplicación de un nuevo artículo 155

“Papeles para todos”

Tan solo una semana después de ganar las primarias a Soraya Sáenz de Santamaría, el nuevo líder conservador se apuntaba al discurso antiinmigración que ha mantenido durante todo el verano. “No es posible que haya papeles para todos, no es posible que España pueda absorber millones de africanos que quieren venir a Europa y, como no es posible, tenemos que empezar a decirlo aunque sea políticamente incorrecto”, aseguraba el pasado 29 de julio, durante un acto en Ávila.

Desde entonces, Casado ha puesto en marcha toda una campaña que le ha llevado a viajar a las ciudades fronterizas de Algeciras (Cádiz), Ceuta y Melilla en varias ocasiones. A la ciudad gaditana se desplazó el pasado 1 de agosto. Allí, en el puerto, una veintena de jóvenes recién llegados en pateras durante la madrugada esperaban sentados en el suelo y cubiertos con mantas de Cruz Roja. El líder del PP se acercó a ellos rodeado de una nube de cámaras y periodistas para estrechar sus manos, uno a uno, y preguntarles sus nombres y edades. También conseguía la foto en las vallas de las dos ciudades autónomas, la última en Melilla esta misma semana.

El 6 de agosto se conocía la exposición razonada que enviaba la jueza Carmen Rodríguez-Medel al Tribunal Supremo para que imputara a Casado por prevaricación y cohecho al apreciar irregularidades en su máster. Las sospechas acerca de estos estudios han perseguido al líder del PP especialmente desde que fue nombrado presidente en julio.

Ese mismo día 6 el líder del PP viajaba a Colombia, a pesar de que tuvo que retrasar el vuelo para comparecer ante la prensa. En el país sudamericano se sumó a los dirigentes conservadores del continente al respaldar al uribista Iván Duque en su toma de posesión como presidente. Allí también mantuvo reuniones bilaterales con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, y los presidentes de Chile, Sebastián Piñera, y Honduras, Juan Orlando Hernández, en un claro posicionamiento a favor del giro a la derecha que se vive en Latinoamérica. 

La política antiterrorista

ETA aparecía en la agenda del líder conservador unos pocos días después. “El PP se va a oponer frontalmente al acercamiento de presos etarras a cárceles del País Vasco. No vamos a apoyar esta política antiterrorista del Gobierno”, aseguraba el 9 de agosto, haciendo alusión al desplazamiento de dos exmiembros de la banda que estaban en tercer grado que se produjo ese mismo día. A pesar de que Casado intentó jugar la baza de la defensa de las víctimas del terrorismo, éstas no compraron su discurso al negar que se hubiera producido cesión alguna a los terroristas como sostuvieron los conservadores. 

Las declaraciones sobre los presos de ETA las hizo en Santa Pola (Alicante). El líder del PP aprovechó entonces su presencia en la Comunidad Valenciana para desplazarse hasta Llutxent (Valencia) donde se estaba produciendo uno de los incendios más graves del verano. “La política de prevención y extinción de incendios no admite la confrontación política y tenemos que venir todos juntos”, aseguraba, si bien pedía al Gobierno y a la Generalitat Valenciana que “estén muy presentes en estas cuestiones” y que la extinción “también dé paso a una prevención”.

La semana siguiente Casado se desplazó hasta Almería, donde pasó unos días en la localidad de Roquetas de Mar. Allí aprovechó para hacer campaña electoral de cara a los próximos comicios andaluces. “Tras cuarenta años de políticas fracasadas, Andalucía necesita un cambio urgente, ilusionante y con ambición de futuro”. Frente al problema “de pesimismo y de conformismo, de resignación, de cuarenta años y blanco y negro” que a su juicio vive Andalucía, el PP ofrece “un tiempo nuevo y una revolución fiscal, como se ha hecho a escala nacional”. “Necesitamos un cambio ya y lo necesitamos cuanto antes”, aseguró.

El lunes pasado el presidente de los conservadores se sumaba a la causa de las familias de las víctimas del accidente de Spanair de 2008. Casado asistía a los actos centrales de homenaje mostrando el compromiso de que el PP trabajará para que “nunca más vuelvan a suceder este tipo de accidentes”. “Desde el PP apoyaremos cualquier actuación administrativa o gubernamental para mejorar las seguridad aérea y para esclarecer todas las causas del accidente que tuvo lugar en el año 2008, cuando también gobernaba el Partido Socialista. Por eso, pensamos ahora que el Ministerio de Fomento puede ayudar en esta comisión de investigación a los afectados, a las víctimas”, sostenía.

El martes el líder del PP proseguía con su campaña contra la inmigración en Melilla, una visita que aprovechó para asegurar que España “está viviendo un proceso de radicalización islamista”. Sus palabras llegaban un día después de que se produjera un ataque de un hombre a una comisaría de los Mossos d'Esquadra de Cornellà que se saldó con la muerte del presunto atacante que fue abatido por una de las agentes. 

El PP quiere intensificar aún más la actividad de su líder a partir del inicio del nuevo curso político. Como dijo el propio Casado nada más ganar las primarias, el objetivo es “intentar reconquistar el corazón de todos los españoles” para volver a ser un partido de gobierno en el ciclo electoral que comienza la próxima primavera, con los comicios municipales y autonómicos.

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