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El Podemos de Ione Belarra: dejar atrás el liderazgo de Pablo Iglesias, pero seguir adelante con su proyecto político

La candidata a la Secretaría General de Podemos, Ione Belarra, durante un acto de campaña en Getafe (Madrid)

Aitor Riveiro

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“Nuestra fuerza política debe dejar atrás la fase protagonizada por el liderazgo y la personalidad de Pablo. Una fase que ha culminado éxitos indiscutibles. Pero, a partir de ahora, y precisamente para ser coherentes con su legado, es necesario construir un nuevo Podemos, con un protagonismo más colectivo, cuyo liderazgo sea asumido mayoritariamente por compañeras y que represente una España que es mucho más que Madrid”. Este párrafo del documento político de la candidatura de Ione Belarra a la Secretaría General de Podemos marca el parteaguas con el que el partido afronta la IV Asamblea Ciudadana, que entra en su tramo final a partir de este lunes y hasta el domingo, cuando se conocerá el resultado de las primarias que definirán su próxima dirección estatal, la primera sin Pablo Iglesias.

Belarra, que tiene todas las papeletas para hacerse con el liderazgo de Podemos, ha presentado una lista al Consejo Ciudadano Estatal continuista. En ella aparecen destacados nombres que ya han tenido un papel relevante en los últimos años, aunque también hay incorporaciones. Si por algo destaca la propuesta de la actual ministra de Derechos Sociales es por la importante presencia de mujeres en los primeros puestos, lo que permite aventurar que la próxima ejecutiva será también de marcado carácter femenino en sus puestos más relevantes.

Pero además de la candidatura, los inscritos también tienen que elegir las directrices políticas y organizativas de Podemos para el próximo mandato. El prolijo documento político de Crecer, como se ha bautizado la candidatura de Belarra, dedica su primera parte a defender el legado del cofundador y primer secretario general, así como la acción del Gobierno de coalición con el PSOE: “Casi diez años después del 15M, nuestra organización es un actor determinante en la política española. Podemos ha cambiado el rumbo de la historia de nuestro país. En solo siete años hemos conseguido, juntas, cosas que parecían imposibles”.

El texto señala algunos de los éxitos sociales del Gobierno de coalición, reflejados en el acuerdo sellado por Pedro Sánchez e Iglesias, y se reafirma en la necesidad de darle cumplimiento total a dicho documento. Por el bien del partido, del espacio político articulado a su alrededor y de la nueva líder de Unidas Podemos, Yolanda Díaz. “Es de vital importancia para el nuevo liderazgo del espacio, así como para el conjunto de Unidas Podemos, conseguir que el acuerdo de gobierno se cumpla al 100%”, asegura.

Pero, añade el propio documento, la decisión de la retirada total de Pablo Iglesias después de las elecciones de Madrid debe servir para poner en marcha un nuevo proyecto que, aunque se asiente en el anterior, tenga su propio espacio y se pueda emancipar de la figura que ha marcado a fuego la personalidad de una organización que en apenas siete años ha logrado gobernar en todos los niveles del Estado. “La decisión de nuestro ex Secretario General, Pablo Iglesias, no fue una decisión personal. Fue una decisión política que abrió una oportunidad para el futuro de nuestra formación y espacio y para una nueva etapa”, zanja la guía política que defiende Belarra.

“Crecer” para ser primera fuerza progresista

El principal éxito de Podemos, según este documento, es el de poner “fin al bipartidismo como forma de Gobierno con su entrada en el Consejo de Ministros en 2020”. El partido “ha inaugurado una nueva cultura política que ha venido para quedarse”, asegura. Gracias a ello, prosigue, se ha “construido una mayoría parlamentaria progresista que es histórica”, que ya se venía reflejando en las urnas desde 2016 y que puede “gobernar la próxima década”.

Con esa base, Belarra quiere centrar al partido en el crecimiento orgánico para conducirlo al electoral. El objetivo: ser la primera fuerza del campo progresista y comandar así en el futuro el Gobierno, para tener una mejor “correlación de fuerzas”. “A nadie se le escapa tampoco que, de ser Podemos la fuerza mayoritaria, muchos de los avances que están pendientes, como la aprobación de una ley de vivienda que frene los desahucios o regule los precios del alquiler, la derogación de la ley mordaza o la reforma fiscal ya se habrían producido”.

Salvo sorpresas imprevistas, la primera parada del nuevo ciclo electoral serán las elecciones autonómicas y municipales, con las andaluzas como hito más cercano. “Nuestra organización, de la mano de las fuerzas políticas hermanas (IU, En Comú Podem y Galicia en Común), debe comenzar a trabajar ya en dichas candidaturas”, asegura.

La carta de presentación para esos comicios debe ser la defensa de una España “plurinacional” que pase de ser “un país concéntrico, centrifugador, macrocéfalo, plagado de desiertos demográficos” a otro con una “gobernanza multinivel” y “decisiones y responsabilidades compartidas entre Gobiernos de carácter estatal y Gobiernos de carácter autonómico”. De “una concepción regionalista, en la que se tracen las identidades como rasgos diferenciales que pueden rozar la caricatura (todavía resuena el 'vivir a la madrileña') o puede ser un reconocimiento de la autonomía, capacidad e identidad de los pueblos”. Y el largo plazo de esta idea: “Caminar hacia una jefatura del Estado soberanamente democrática y una república confederal de ciudadanía con iguales derechos”.

El éxito en el próximo ciclo electoral pasa por “fortalecer el espacio confederal”. En Unidas Podemos se han comenzado a establecer espacios de coordinación política entre sus integrantes en los diferentes niveles, algo que la futura dirección de Podemos quiere afianzar.

A nivel interno, Belarra apuesta por mantener la estructura organizativa emanada de la III Asamblea Ciudadana, celebrada hace apenas un año, aunque el responsable de su diseño y su implementación, el diputado Alberto Rodríguez, no repetirá como secretario de Organización de Podemos. La candidata a la Secretaría General sostiene que dicho modelo “comienza ahora a dar sus frutos”, por lo que “es crucial seguir desarrollándolo y mejorándolo”. La idea es simplificar la constitución de círculos y estructuras a nivel municipal, con una revisión a la baja del mínimo de militantes necesarios para ponerlos en marcha.

Sin citar a nadie, Belarra también abre la puerta a reeditar alianzas electorales: “Debemos estar siempre abiertas a confluir con otras fuerzas políticas con las que ya lo hicimos en el pasado”. Nada dice de quienes formaron parte en el pasado de Podemos y hoy tienen proyectos políticos ajenos, como pueden ser Más País y Más Madrid.

Principios políticos: servicios públicos, feminismo y ecologismo

A nivel político el proyecto que propone Ione Belarra no difiere en demasía de lo planteado por Podemos en los últimos años. El feminismo y el ecologismo serán dos de las banderas que seguirá enarbolando el partido, que contará con una mayor presencia de mujeres en sus primeros puestos, además del papel de Yolanda Díaz al frente de Unidas Podemos. “La lucha feminista está en el centro de la agenda pública”, dice el documento de Belarra, que reclama “al feminismo de Podemos” construir “una dirección de Estado que defina los retos de las próximas décadas”.

En cuanto al vector verde, el planteamiento de la candidata señala que “el ecologismo popular que representa Podemos es también un ecologismo que no se equivoca respecto de quiénes son los verdaderos responsables del deterioro de nuestro planeta” y recuerda que “el 30% de los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera durante los últimos cincuenta años provienen de únicamente 20 empresas globales”.

Belarra defiende también, como ha venido haciendo Podemos desde 2014, la labor de los servicios públicos, la necesidad de profundizar en el “papel del Estado” y cierta recuperación de la soberanía industrial del país. “Una de las lecciones de la pandemia de la COVID-19 es que el subdesarrollo del Estado del bienestar tiene enormes consecuencias para la salud, la economía y el bienestar de la población, especialmente de los sectores populares”, apunta el documento, que sostiene que “la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno español ha puesto freno al desmantelamiento del sector público”.

En el ámbito de la soberanía, una idea que Podemos ya planteó en 2014 y que de forma habitual ha defendido desde entonces, el documento de la candidatura de Belarra plantea reforzar “la capacidad del país para proveerse a sí mismo de aquellos elementos esenciales que garantizan el bienestar y calidad de vida de sus ciudadanos”. El texto plantea la necesidad de recuperar esa soberanía, así como “implantar una infraestructura industrial”. Y concluye: “Garantizar la calidad de servicios públicos y fortalecer el Estado del bienestar también pasa ineludiblemente por defender la justicia fiscal”.

El documento finaliza con una reflexión sobre el horizonte republicano que Podemos vislumbra para España e incide en una idea expresada por Iglesias en muchas ocasiones: que “el movimiento republicano no puede limitarse a seguir siendo un movimiento esencialmente memorialista que exprese justas reivindicaciones en materia de recuperación de nuestra historia democrática”, sino que “debe convertirse en un movimiento que sea capaz de poner sobre la mesa, con una identidad y simbología renovadas, un proyecto de futuro claro y tangible para una nueva República española”.

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