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ENTREVISTA Ministra de Derechos Sociales y candidata a la Secretaría General de Podemos

Ione Belarra: “Necesitamos el Podemos más fuerte para hacer a Yolanda Díaz presidenta del Gobierno de España”

La ministra de Derechos Sociales y candidata a la Secretaría General de Podemos, Ione Belarra, en la terraza de la sede del partido.

Aitor Riveiro

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“Yo era patinadora de velocidad”. Y, de repente, es ministra de Derechos Sociales y candidata a suceder a Pablo Iglesias al frente de Podemos. Ese “de repente” son los 10 años que han pasado desde que estalló el 15M, el movimiento político en el que se politizó Ione Belarra (Pamplona, 1987). “Era imposible de prever”, asegura la dirigente en esta entrevista con elDiario.es, la primera desde que se supo que se va a postular para la Secretaría General del primer partido en el que ha militado en su vida. Antes, su día a día era el patinaje, estudiar su carrera de Psicología y colaborar con organizaciones como Cruz Roja.

Una década después, y en mitad de una pandemia mundial, Belarra ha dado el paso para suceder al fundador del partido. Tiene previsto contar con la actual dirección, que fue elegida hace apenas un año. Defiende el proceso exprés –la sucesión se finiquitará en cinco semanas– por la “importancia de dar certezas” a los militantes. Y la necesidad de poner la maquinaria a trabajar para el gran objetivo que se marca: convertir a Unidas Podemos en la primera fuerza electoral y hacer a Yolanda Díaz “la primera mujer presidenta del Gobierno”. “Hemos sido equipo durante mucho tiempo. Y lo vamos a seguir siendo”, dice sobre la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo. Belarra responde sobre los retos al frente de Podemos, confía en que la formación está en una “etapa de crecimiento” electoral y repasa la labor del partido en estos siete años: “Si haces política desde abajo, puedes transformar las grandes decisiones de arriba. Nosotros venimos de ahí, y ahí volveremos”.

¿Le da vértigo ser la posible sucesora de Pablo Iglesias al frente de Podemos?

Hemos estado pensando mucho estos últimos días en cómo podíamos hacer este relevo. Después de conversar con compañeros y compañeras muy valiosos he decidido presentar mi candidatura a la Secretaría General de Podemos porque creo que tenemos unos retos por delante que son importantísimos.

Pablo Iglesias se va en el momento adecuado, dando una vez más muestras de una audacia y una inteligencia política que creo que no tiene precedentes en la historia de nuestro país. Nos encontramos en un momento de gran estabilidad dentro del Gobierno de coalición. Quedan dos años por delante y estamos convencidas de que vamos a agotar la legislatura, después de que Pablo Iglesias haya sido quien más ha cuidado esa coalición, asegurando no solo la mayoría de la investidura, sino también la mayoría de los Presupuestos Generales, dejando fuera a Ciudadanos y asegurando que la única mayoría posible ahora mismo para el Gobierno es una mayoría por la izquierda. 

Ahora mismo tenemos a la mejor candidata posible para las próximas elecciones generales, que es Yolanda Díaz. No hay más que mirar lo que pasó en la manifestación del pasado 1 de mayo, en la que la gente por la calle le gritaba “presidenta”. Tenemos tiempo para preparar bien las próximas elecciones generales y trabajar en fortalecer y hacer crecer a Podemos para que sea una herramienta de transformación al servicio de la candidatura de Yolanda Díaz y convertirla en la primera mujer presidenta del Gobierno.

Dice que estuvo comentando con compañeros antes de decidirse a dar el paso, que ha sido una decisión más o menos colectiva. ¿Por qué decidieron que fuera usted y no por ejemplo Irene Montero, que ha sido la número dos del partido desde 2017?

Primero me tienen que elegir los inscritos y las inscritas de Podemos. Yo confío en que sea así, pero...

Pero me refiero al paso de presentarse a las primarias. ¿Por qué Ione Belarra y no otra persona?

Hay compañeros y compañeras enormemente valiosos en Podemos, especialmente dentro de la dirección. Lo he comentado con todos ellos para saber si podían respaldar mi candidatura, pero lo más importante es que vamos a una etapa mucho más coral, en la que ya no hay un solo liderazgo dentro del espacio de Unidas Podemos. Y todos, y especialmente todas, trabajamos como un equipo para lograr los mejores resultados posibles para un espacio político que es la condición de posibilidad de la transformación social y política en España.

La cultura política de este país es enormemente patriarcal, entiende que los liderazgos políticos permanentemente compiten entre sí y están muy masculinizados. Nosotras vamos hacia otra forma de liderazgo, a hacer equipos. Hemos sido equipo durante mucho tiempo con Irene Montero y también con Yolanda Díaz, ahora en el Gobierno, pero antes de eso, también en el grupo parlamentario. Y lo vamos a seguir siendo. Necesitamos más coralidad, liderazgos que trabajen colectivamente para conseguir los objetivos y que todo esté un poco más repartido.

En la III Asamblea Ciudadana de Podemos, que se celebró hace un año, no hubo ninguna candidatura alternativa con capacidad de ganar a la de Iglesias. ¿Tiene información de si va a haber alguna otra candidatura que se vaya a presentar? 

Lo desconozco, pero todavía tenemos tiempo hasta que se puedan presentar los equipos y los documentos. Yo creo que es muy bueno que cualquier inscrito o inscrita en Podemos se pueda presentar con un proyecto para liderar la Secretaría General. 

Este equipo, y por eso presento mi candidatura, tiene muy claro cuáles son los objetivos. Uno de los aprendizajes más importantes que nos dejó Pablo es una forma de hacer política que consiste básicamente en tomar las decisiones correctas en los momentos más difíciles. Una forma de hacer política que consiste en no tenerle miedo a los poderosos, porque tenemos las manos libres, por ejemplo, por no pedirle dinero a los bancos ni deberle nada, ningún favor, a ningún poderoso. Esa forma de hacer política es la que yo voy a defender con esta candidatura. 

Y con los objetivos del principio, que son enormemente ambiciosos. Nos dijeron que montáramos un partido y nos presentáramos a las elecciones si queríamos cambiar las cosas. Pablo Iglesias montó un partido de la nada. Pusimos en marcha una moción de censura para echar al PP que nadie se creyó en un primer momento y que, sin embargo, fue la condición de posibilidad de la moción de censura que fructificó para dar lugar a un Gobierno del PSOE. También nos dijeron muchísimas veces que no íbamos a poder entrar a formar parte del Gobierno de nuestro país. Lo conseguimos, repetición electoral y paso a un lado de Pablo Iglesias mediante. Y ahora tenemos el objetivo que nos planteamos al principio cuando montamos Podemos, que es el objetivo más ambicioso que nos hemos planteado, ser la primera fuerza del bloque progresista. Creo que es posible porque tenemos a la mejor candidata posible, que es Yolanda Díaz. 

¿Esa falta de alternativa no resta debate interno al partido?

Es pronto para saber si habrá más candidaturas o no. Hay posibilidades de sobra en este partido para presentarse a la Secretaría General y a los órganos que dirigen el partido, eso nos distingue de muchas otras alternativas políticas. Muy pocos partidos pueden sacar pecho de la participación política que tiene Podemos. Cualquier inscrito o inscrita se puede presentar, todos nuestros órganos están elegidos por primarias. Hay quienes hicieron primarias en un momento dado al calor del 15M y luego dejaron de hacerlas. Nosotros no. Nosotros nos lo creemos de verdad. La legitimidad te la dan los votos de los inscritos y las inscritas cuando, espero, nos elijan.

Hablaba antes del equipo que quiere articular. ¿Con quién va a contar en su candidatura? 

Es pronto, pero sí que puedo adelantar que el actual equipo funciona muy bien. Hace apenas un año pusimos en marcha un nuevo modelo organizativo que está dando frutos y que está funcionando bien para enraizar Podemos a nivel territorial. El grueso del equipo que salió elegido el año pasado en la Asamblea es muy valioso y tiene que seguir continuando en esta nueva etapa.

El proceso va a durar apenas cinco semanas. ¿Por qué un proceso tan rápido? ¿Por qué no se da más tiempo a las bases para que haya más debate? 

Es importante dar certezas a la militancia. Este proceso equilibra perfectamente la necesidad de dar certezas a los inscritos y las inscritas. Necesitamos el Podemos más fuerte posible para poder hacer a Yolanda Díaz presidenta del Gobierno de España. Estamos en el momento más adecuado para hacer una cosa que nunca es sencilla, dar el relevo. 

Y va a haber tiempo para que se aporte a los documentos, tanto al documento político, como al organizativo, al ético y al feminista. Pero esas reflexiones no se agotan en el tiempo de la Asamblea, sino que venimos haciéndolas desde hace mucho. La necesidad de tener un Podemos más feminista, de que tengamos a las mujeres en los puestos de máxima responsabilidad para que ocupen y ejerzan además un liderazgo feminista, tiene que ser la clave de este proceso. Transmitir coralidad, tener una mayor colectivización de las decisiones, trabajar por consenso, trabajar en equipo. Poder tener un Podemos más verde que nunca, más ecologista, más enraizado en el territorio. 

No hay ninguna fuerza política en España que tenga la fuerza militante que tiene Podemos. Tenemos miles de militantes en cada barrio, en cada pueblo, en cada ciudad de este país. El protagonismo a partir de esta Asamblea tiene que ser para todos ellos.

Dice que Podemos tiene militantes en cada ciudad y en cada municipio. También mencionaba antes el nuevo modelo organizativo, que dice está dando resultados. Pero uno de los principales problemas que ha tenido Podemos desde su fundación ha sido precisamente su anclaje en el territorio, su presencia más allá de los medios de comunicación y, sobre todo, más allá de Madrid. ¿Cómo plantean abordar este problema, que es además, lo que parece que está detrás de algunos resultados electorales en autonómicas y municipales desde 2019?

Los resultados para la izquierda de la Comunidad de Madrid son unos resultados objetivamente malos. Es una mala noticia que Isabel Díaz Ayuso haya obtenido un resultado tan bueno, porque además creo que está engañando a la gente. Es pan para hoy y hambre para mañana. Pero nosotros mejoramos nuestros resultados, después de unas elecciones catalanas en unas condiciones muy difíciles en las que también se mantuvo el resultado.

Estamos en un cambio de etapa, en una etapa de crecimiento. Y yo quiero acompañar ese crecimiento electoral, que empuja sin ninguna duda el liderazgo de Yolanda, con un crecimiento organizativo de Podemos, que le permita estar lo más fuerte posible para hegemonizar el bloque de la izquierda. 

Y eso tiene que ir acompañado de un mayor trabajo territorial. Ahora mismo estamos gobernando en importantes comunidades autónomas como la Comunitat Valenciana, Baleares, Navarra, La Rioja y Canarias. Somos claramente una fuerza de gobierno. ¿En qué me voy a concentrar yo? Sin ninguna duda en acompañar a los compañeros y compañeras de las comunidades autónomas y de los municipios para presentar las mejores candidaturas municipales y autonómicas posibles

El hecho de ser navarra me va a ayudar a empujar ese cambio que viene desde la periferia. Siempre ha sido así en España, el cambio se produce mucho antes en la periferia, y eso lo puedo empujar bien porque entiendo bien la diversidad que existe en nuestro país y la importancia de que esa diversidad esté reconocida y esté bien engarzada para tener un proyecto plurinacional y confederal muy fuerte

Ha mencionado varias veces que Podemos es una fuerza de gobierno. Esa fue una de los de las pulsiones fundacionales que lo diferenciaban del resto de partidos de la izquierda transformadora, como se denomina a veces a sí mismo Podemos. Han gobernado en ayuntamientos, comunidades y en el Gobierno central. ¿En qué cree que ha notado la sociedad desde 2014 hasta hoy la llegada de Podemos a la política y su entrada en los diferentes gobiernos?

Podemos, es el aprendizaje que nos ha dejado Pablo, es en realidad una forma de hacer política. Cuando te encuentras en los momentos más complicados, cuando hay que tomar las decisiones difíciles de todo o nada, de si apostamos por entrar en el Gobierno, por una moción de censura o por construir un nuevo partido, nosotros decimos que sí, que hay que apostar para transformar la vida de la gente.

Nuestra presencia en el gobierno se ha notado mucho, y puedo hablar de esto en primera persona. La gestión de la pandemia y de una crisis económica y social que no tiene precedentes en la historia reciente, no hubiera sido igual si Unidas Podemos no hubiese estado en el Gobierno. El ejemplo más evidente son los ERTE de Yolanda Díaz, que van acompañados de otras medidas sociales de escudo social como la prohibición de los desahucios, de cortes de suministros y las ayudas a las pymes, que finalmente conseguimos 7.000 millones de ayudas directas. Nuestra presencia se nota porque ponemos en el centro las necesidades de la gente.

Como ya decía, tenemos las manos libres, lo que nos permite cuando llegamos a los puestos de responsabilidad hacer las políticas que realmente necesita la gente. Si recuerdas hace unos pocos años el salario mínimo era de poco más de 700 euros, y ahora está en 950 euros. Eso tiene que ver con negociaciones muy duras programáticas para ser quienes lideramos algunas carteras. Ahora mismo estamos en mitad de la negociación de la Ley de Vivienda. ¿Quién está empujando la regulación de precios del alquiler, la prohibición de los desahucios sin alternativa habitacional, la obligación que puedan tener los fondos buitre de poner parte de su parque de vivienda a disposición del parque público? Nuestro sello se nota y, precisamente porque he tenido la oportunidad de estar en negociaciones clave, puedo traducir eso mejor a la organización y empujar dentro de Podemos tener una candidatura potente a las próximas elecciones generales que nos permita gobernar en mayoría, que es lo que nos permitiría que todas esas políticas que ahora tenemos que hacer tirando, las podamos hacer empujando.

Se cumple esta semana, el sábado que viene, 10 años del 15M. Podemos siempre se definió como hijo político de aquel momento. ¿Qué queda del Podemos de hace siete años, del Podemos original de 2014?

Queda lo más esencial. Tener las manos libres para poder hacer las políticas que la gente de nuestro país necesita. Las alianzas con la sociedad civil. Ser quienes, creo, más y mejor entienden la pluralidad territorial de nuestro país. Queda la convicción de que es necesario gobernar, que no basta con firmar acuerdos bonitos que luego tienen que ejecutar otros que no tienen las manos libres, sino que necesitamos tomar el poder precisamente para cambiar la vida de la gente.

Queda lo mejor del comienzo y lo mejor de lo que hemos aprendido en estos años, en los que nos han golpeado mucho, en los que hemos recibido un acoso mediático, especialmente de Pablo Iglesias, que no tiene precedentes y que se estudiará en los libros de Historia. Conservamos lo mejor del principio y también la experiencia de estos siete años en las instituciones y en el Gobierno. 

De aquel Podemos original ha ido saliendo gente por diferentes motivos. Hay determinados nombres muy recurrentes como Íñigo Errejón, Teresa Rodríguez, Xavi Domènech, entre otros. ¿Se plantea alguna fórmula para que quienes estuvieron puedan volver, bien directamente o bien a través de alianzas territoriales en Andalucía, en Madrid, etcétera?

Es un momento de sumar a toda la gente que comparte lo que es Podemos, que es esa forma de hacer política de manera diferente a como se ha hecho antes y a como la hacen otras fuerzas, que también pueden tener un programa progresista, pero que cuando hay que tomar las decisiones verdaderamente difíciles no son tan valientes o tan audaces como creo que lo hemos sido nosotros, y sobre todo quien ha tenido que tomar esas decisiones en última instancia, que era Pablo Iglesias, para hacer lo correcto, aunque no fuera ni lo más cómodo, ni lo más fácil, ni lo que te fuera a ahorrar golpes por parte del poder mediático.

Para mí el foco tiene que estar a partir de ahora en los y las militantes de Podemos. Tú has señalado militantes con nombres propios, famosos. Pero hay miles. Y quiero insistir en esto porque pocos partidos pueden sacar pecho como nosotros de tener miles de militantes en cada rincón de este país, transformando y empujando el cambio. Y que han sido, además, los que nos han permitido tomar las decisiones difíciles, porque todas las hemos consultado a los inscritos, y ellos y ellas nos han avalado. Si otros partidos progresistas hubieran consultado a sus bases las decisiones importantes, como hacemos nosotros, otro gallo le hubiera cantado a la izquierda en este país.

El foco tiene que estar en los y las militantes anónimos, que son los que se pelean y los que dan la cara en el bar, en el chat de los padres y madres del colegio, los que han estado defendiendo que no era digno y que era un delito de odio que hubiera un cartel en la Renfe diciendo que los niños y niñas que migran solos son prácticamente criminales. Esas personas que han defendido las políticas de Unidas Podemos, a pesar de la enorme criminalización que hemos recibido en los medios de comunicación o de la guerra sucia desde el Ministerio del Interior. Toda esa gente son mi foco principal de atención y son quienes creo que deben tener el protagonismo en esta etapa, porque les vamos a necesitar para ese arraigo territorial, que es la condición de posibilidad de que Yolanda Díaz nos lleve a la Presidencia del Gobierno de España.

Hablaba antes de de que va a haber un liderazgo más coral dentro de Podemos. El de Pablo Iglesias ha sido un liderazgo fuerte, tanto en Podemos como en Unidas Podemos. Ahora que no será él quien lidere la coalición, además del principal partido de la coalición, ¿cómo se va a dirimir ese liderazgo? ¿Qué cambios va a haber en la toma de decisiones?

Es que es poco conocido, pero nosotros ya venimos trabajando así en la Mesa Confederal, en la que estamos representados tanto los partidos de la coalición como distintas personas que tienen importancia por sus cargos en el Gobierno. Ahí es donde hemos tomado las decisiones más importantes, la mayoría por consenso o con un grado de acuerdo muy alto. Ahora toca reforzar esos espacios que ya venían funcionando bien.

Si escuchas a Yolanda Díaz, todas las declaraciones que hace y su praxis política, indican que vamos a trabajar en equipo, de una forma muy coral, con un liderazgo feminista que nos va a permitir grandes éxitos como espacio político.

Menciona a Yolanda Díaz como probable candidata porque Pablo Iglesias la señaló como sucesora. ¿No hubiera sido más lógico que tras dimitir se eligiese una nueva dirección y que esta tomase las decisiones?

Pablo lo que hace es señalar lo evidente, que Yolanda Díaz puede ser la mejor candidata del espacio político. No porque lo diga Pablo Iglesias, sino porque, y pongo el ejemplo de nuevo de la manifestación del 1 de mayo, fue auténticamente espectacular. La gente ha elegido a Yolanda porque es la mejor ministra de Trabajo que hemos tenido en este país, una persona que ejerce el liderazgo de una manera que apunta muy bien el signo de los tiempos.

Esto se cuenta poco y hay que contarlo más: en los primeros días, cuando se declaró el primer estado de alarma y se declara la pandemia mundial, Yolanda tenía muy claro que teníamos que poner en marcha los ERTE. No dudó ni un segundo en que ese era el mejor mecanismo para sostener millones de empleos en este país y miles de empresas. Sin esa determinación, sin esa claridad de que había que sostener a la gente y resolver esta crisis de manera diametralmente opuesta a como se había resuelto la crisis en 2008, habríamos perdido muchos empleos. Y precisamente porque es la mejor ministra se ha ganado por derecho propio la candidatura, que evidentemente ella tiene que decidir.

De momento no ha dicho que sí ni que no, ¿si no acepta qué harán?

Yo es que creo que a Yolanda la ha elegido la gente.

Pero puede no aceptar.

Espero que acepte y voy a hacer todo lo que esté en mi mano porque creo que es la mejor candidata posible.

Usted como ministra, antes como secretaria de Estado ha sido una de las principales negociadoras dentro del Gobierno. Ha mencionado la Ley de Vivienda. ¿Cómo va esa negociación? Tendría que haber llegado al Congreso en marzo y estamos en mayo. ¿Habrá regulación de los alquileres?

Estamos avanzando. No tan rápido como a mí me hubiera gustado, eso es evidente. Pero confío en que podamos tener un texto en un plazo razonable de tiempo, en un plazo breve. Y que además ese texto, como no puede ser de otra manera, cumpla con el acuerdo de gobierno, que es la condición de posibilidad de que salgan adelante los textos legislativos en un Gobierno de coalición como el nuestro.

El Gobierno ha remitido a Bruselas el plan de reformas para la llegada de los fondos europeos. ¿Están de acuerdo con todas las medidas que se han planteado? Por ejemplo, Pablo Echenique ha rechazado la posibilidad de poner peajes. La reforma de las pensiones tampoco es algo con lo que ustedes estén de acuerdo. ¿Qué pasará si algunos de esos elementos no encajan con sus planteamientos, votarán en contra cuando llegue el momento en el Congreso?

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia es un plan que presenta España de las grandes transformaciones que se propone. Son transformaciones en una cantidad de ámbitos enorme. Son las grandes transformaciones de nuestro tiempo. Por ejemplo, el componente en el que hemos trabajado nosotras desde el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 es un componente en el cual se transforma en profundidad el modelo de atención a las personas en situación de dependencia, pasando de un modelo residencial a un modelo de atención domiciliaria, viendo un poco los límites que ha demostrado el modelo residencial en este año de pandemia, y teniendo en cuenta también los deseos de las personas mayores, que en su mayoría lo que dicen es que quieren estar en su casa todo el tiempo que sea posible.

Cada componente tiene una cantidad de matices enorme. Nosotros hemos tratado de negociar previamente a llevar el componente a Bruselas con el resto de ministerios. Hay algunas cuestiones que aparecen en el plan sin que se hayan negociado hasta sus últimos detalles, como sí hemos hecho nosotros. Yo creo que los elementos que no se hayan negociado tendrán que negociarse una vez que se vayan a poner en marcha. Y evidentemente, como somos un Gobierno de coalición, los dos socios nos tendremos que poner de acuerdo. Y si hay cuestiones que son claramente regresivas, se tendrán que eliminar.

¿Y si no se eliminan votarían en contra?

En un Gobierno de coalición todo tiene que ser negociado y todo tiene que ser acordado por los socios antes de llevarlo al Congreso. Esto, sin ninguna duda, tiene que ser así también.

Hablábamos antes de los diez años desde el 15M, que es uno de los momentos en los que usted se politiza. Una década después usted es ministra del Gobierno de su país. Si mira para atrás, ¿qué piensa? Después de lo que ha pasado desde 2011, ¿qué reflexión hace?

Pienso que hemos logrado cosas increíbles. Y precisamente porque hemos logrado cosas increíbles en el pasado vamos a ser capaces de conseguir los objetivos que nos planteamos ahora, que es ser la primera fuerza del bloque progresista. 

¿Y en el plano personal? Hace 10 años estaba en la universidad, estudiando psicología, y de repente hoy es ministra de Derechos Sociales.

Era imposible de prever. Mi generación tuvo muchas expectativas frustradas con la crisis de 2008. Yo me veía a mí misma fuera de España o trabajando como psicóloga educativa, como investigadora, que era mi profesión, que es una cosa que me encanta y a la que espero volver en algún momento. 

En aquel momento la política era algo que hacían los políticos, algo que hacían señores con traje en oficinas cerradas, y no algo que te interpelara directamente. Lo que transformó Podemos y lo que transformó Pablo Iglesias fue precisamente que la política nos interpelara, que fuera útil para los de abajo, para la gente más humilde que veía que la política institucional no respondía a sus intereses y sus necesidades.

¿Entiende que haya gente ahora que le vea a usted como una política y que desde esa posición pueda pensar que está muy alejada de la calle?

Eso que tú estás señalando es muy importante y además es la voluntad inequívoca de la derecha en este país. Que la política se vea como algo de políticos, como algo que no interpela directamente a la gente y que no sirve para cambiar nada. Contra eso luchaba yo en el año 2014 y lucho hoy. Porque hacer política sirve. 

Hacer política es hacer política institucional, es hacer política en tu círculo, es hacer política también en el activismo social, como hace el movimiento de la vivienda. O como han hecho los riders, que hoy [por el martes] consiguen que en el Consejo de Ministros se laboralice su situación y que las grandes empresas que tienen como falsos autónomos a los repartidores tengan que laboralizar a todos esos trabajadores. Ese ejemplo revela que si te organizas, que si haces política desde abajo, puedes transformar las grandes decisiones de arriba. Nosotros venimos de ahí y ahí volveremos.

Entrevista completa a Ione Belarra

Vídeo: Nando Ochando y Álvaro Rincón

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