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El jubilado acusado de enviar cartas-bomba: “Soy inocente. Esperemos que se haga justicia”

Pompeyo González en la Audiencia Nacional.

Pedro Águeda

14 de mayo de 2024 14:05 h

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Silente, por momentos enfadado, Pompeyo González llevaba casi dos jornadas evitando a los periodistas que cubren el juicio contra él en la Audiencia Nacional por haber enviado una remesa de cartas-bomba a objetivos presuntamente contrarios a la Rusia de Putin en España. Hasta que este martes, ante la insistencia de los medios, ha declarado: “Esperemos que se haga justicia”. A la pregunta de cómo se declara, Pompeyo González ha declarado: “Inocente”.

El acusado ha adelantado no se negará a declarar cuando llegue su turno, el próximo jueves. En la primera jornada del juicio, un policía contó que Pompeyo también negó los hechos cuando fue detenido por la Policía. “Me sorprendió que estaba muy tranquilo. Nos dijo: Os habéis confundido, a mí me gusta la marquetería”, declaró el agente de la Brigada de Información. En fase de instrucción, González también negó ante el juez instructor ser el responsable de los envíos.

Durante la segunda sesión, celebrada este martes, ha comparecido decenas de peritos, trabajadores de Correos o de la empresa de envíos y la única víctima de González. El trabajador de la Embajada de Ucrania en Madrid Mykola V. ha asegurado ante el tribunal que un anillo que lucía en uno de sus dedos le salvó de que le amputaran un dedo. El paquete recibido en la delegación ucraniana es el único que hizo explosión de los seis que remitió González, que también colocó entre sus objetivos al presidente del Gobierno, la ministra de Defensa, el Ejército del Aire, la Embajada americana y la empresa de armamento Instalaza.

El 30 de noviembre de 2022, un sobre llegó a la Embajada de Ucrania en Madrid a nombre de su titular Serhii Pohoreltsev. Las características del envío y la dirección del reverso, “ infoucraplg@gmail .com”, hicieron sospechar al vigilante de seguridad. Mykola observó que dentro del sobre, de 15 centímetros por 7, aproximadamente, había una caja de madera de unos 10 centimetros de largo por 5 de ancho y tres de grosor. Como medida de seguridad sacó la caja al patio de la Embajada. Al levantar un poco la cinta adhesiva de sus lateralesvio una pieza de metal de forma rectangular con agujeros laterales, sujetándola porque le pareció el activador de un artefacto.

Ante el temor de que así fuera, la lanzó hacia al suelo, momento en el que explotó. La herida en la mano derecha le causó una leve tumefacción un dedo, abrasiones y hematomas tanto en región palmar como dorsal. Fue por su propio pie a ser atendido en un centro hospitalario y al día siguiente, según ha contado en la vista, volvió a trabajar. Con ayuda de una traductora, Mykola ha declarado: “Me salvó de la amputación de un dedo el anillo que llevaba”.

El empleado de paquetería que entregó la carta-bomba ha declarado que oyó la detonación cuando se había alejado del lugar unos 50 metros. “Fue como un petardo grande pero no le di importancia por la proximidad de la Navidad”, ha dicho ante el tribunal presidido por Alfonso Guevara. Pompeyo González quedó en libertad en abril de 2023 al apreciar el juez de instrucción que no había riesgo de fuga.

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