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Los papeles de EEUU sobre España en Afganistán: del apoyo total de Aznar a la presión a Zapatero para aumentar tropas

Recorte de uno de los documentos del Departamento de Estado sobre España y Afganistán

Laura Galaup

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Es la última misión fallida de Estados Unidos. Los vuelos de los helicópteros volviendo a casa alimentarán pronto nuevos guiones de Hollywood y los libros de historia moderna contarán más de 2.400 muertes de estadounidenses en la contienda. Millones de documentos del Departamento de Estado ayudarán a explicar el desastre y en esas carpetas hay capítulos reservados al papel de España en la contienda. Ahí figura retratada la diplomacia nacional a través de los distintos gobiernos. Los encuentros bilaterales de Aznar con el presidente Bush, el enfriamiento de las relaciones cuando llegó al poder José Luis Rodríguez Zapatero. La negativa de este a levantarse al paso de la bandera estadounidense en un desfile militar... 

Todo está en esos documentos archivos que ya han visto la luz en Estados Unidos: la presencia militar en la zona, la inversión española en el país y la importancia estratégica de las bases de Morón (Sevilla) y Rota (Cádiz) para los destacamentos estadounidenses que se desplazaban a Afganistán están muy presentes en los documentos desclasificados por el Departamento de Estado de EEUU sobre las relaciones mantenidas entre la Casa Blanca y la Moncloa durante los Gobierno de José María Aznar (PP) y José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE). 

Revisando las decenas de escritos de la diplomacia estadounidense queda patente la buena sintonía que mantenía la administración de George W. Bush con el Gobierno de Aznar y las tensiones que se desataron con la victoria de Rodríguez Zapatero en las elecciones de 2004, tres días después del 11M. Con la retirada de las tropas de Irak, una de las promesas electorales del PSOE en esos comicios, el posicionamiento español en Afganistán pasó a ser uno de los temas presentes en todos los informes enviados por la Embajada de EEUU en Madrid al Departamento de Estado.

La diplomacia estadounidense reconoció que el Gobierno de Aznar fue un “apoyo incondicional para la coalición internacional contra el terrorismo” tras el 11S, que provocó la intervención militar en Afganistán como respuesta a los ataques que Al Qaeda perpetró en EEUU. “Las declaraciones públicas del Gobierno español sobre la guerra contra el terrorismo han ido francas y con un apoyo uniforme”, expuso la Embajada en diciembre de 2001 en un reporte anual sobre terrorismo.

Importancia estratégica de Morón y Rota

Esa nota también destaca que el ministro de Defensa en esa época, Federico Trillo, hiciese declaraciones en las que garantizaba a EEUU “acceso sin condiciones” a las bases de Rota y Morón. Con el cambio de Gobierno, la utilización de estas bases no se vio alterada. En otro de los informes, realizado ya en 2006, durante el Gobierno de Zapatero, se advierte sobre el “acceso pleno” que tiene el Ejército norteamericano, “incluyendo a los operativos que se dirigen a Afganistán”. 

La documentación desclasificada destaca la importancia de las bases en terreno español al ser “puntos de tránsito cruciales” entre EEUU, Afganistán e Irak. “Unos 4.000 aviones militares y 120 buques de guerra estadounidenses transitan anualmente por estas bases”, recoge uno de los informes, publicado en 2016. De esta forma, durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero “Rota y Morón se consolidaron como un hub estratégico de primer orden en el flujo de hombres y material” a las zonas de operaciones de los dos países asiáticos en los que Washington mantenía una intervención militar abierta, tal y como explican Carlota García y Charles Powell en una publicación del Real Instituto Elcano sobre las relaciones entre EEUU y España.

En enero de 2002 llegó a Afganistán el primer operativo español tras los atentados del 11S. El destacamento estaba compuesto por 350 militares. Durante esos primeros meses la diplomacia estadounidense evaluó qué apoyo tenía en la sociedad española esa intervención. Una encuesta realizada en septiembre de ese año por el instituto Gallup concluyó que el “26% de los españoles contactados aprobaba el despliegue en Afganistán, el 50% no lo apoyaba y el 24% no se posicionaron”, según una comunicación interna. 

A lo largo de ese primer año de intervención, la Embajada de EEUU destacó la labor realizada por España en “la reconstrucción de Afganistán con asistencia humanitaria y ayuda para el desarrollo”. En los tres últimos meses de 2002 el Gobierno de Aznar destinó “60 millones de dólares para programas agrícolas, ambientales, humanitarios o para infraestructuras para el transporte”. Y doce millones en un crédito no reembolsable. Esa primera factura ha ido creciendo año a año, llegando a alcanzar los 4.000 millones de euros y 500 millones en cooperación, según concluyó en 2016 Félix Arteaga, investigador del Real Instituto Elcano.

España es uno de los países que figura como donante internacional del ejército afgano, según un documento enviado a varios congresistas en 2004. En los dos años previos estas fuerzas armadas locales consiguieron recabar 100 millones de dólares provenientes de apoyos extranjeros. Los “aliados” de EEUU aportaron “armas, equipos y municiones” a esas milicias. Nuestro país facilitó a estos operativos sacos de dormir, jerséis y chaquetas, tal y como figura en el apartado en el que se desglosan las donaciones entregadas.

Entre las propuestas de donación, que no se aclaran si se han ejecutado o no, destaca la oferta de 17.000 toneladas de armamento variado, que incluiría morteros, ametralladoras o tanques. Según el documento publicado por el Departamento de Estado, que fue revelado por Público, se limita a una oferta, sobre la que no se detallaba si contaba o no con una aprobación política.

Relación “complicada” con el Gobierno de Rodríguez Zapatero

El cambio de tono en las comunicaciones llegó con la victoria de Rodríguez Zapatero. El triunfo del PSOE en 2004 supuso un punto de inflexión en las relaciones bilaterales, los informes elaborados posteriormente por el Departamento de Estado reconocen que las conversaciones han pasado por una época “inestable” y “complicada”. Aun así, señalan que desde octubre de ese año se ha reducido “el nivel de retórica negativa” del gabinete español contra la diplomacia de EEUU. 

Durante los primeros meses del líder socialista en el poder se produjo una desavenencia por los efectivos enviados a Afganistán que no recoge la documentación oficial, pero de la que hay constancia gracias a los cables filtrados por Wikileaks. Miembros del equipo de Rodríguez Zapatero transmitieron a la diplomacia de EEUU que “probablemente tomarían la decisión de aumentar su participación” en la lucha contra los talibanes. Se preveía un incremento de 200 tropas. “Nuestro deseo era de más [militares]”, reconoce el redactor de esa nota.

Sobre el incremento de efectivos, el Ejecutivo tenía varios reparos: quería anunciarlo después de las elecciones europeas que se celebrarían dos semanas después y buscaban evitar que la sociedad española entendiese que se “intercambiaban” tropas en Irak por efectivos en Afganistán. Finalmente la misión recibió 500 militares más, según publicó El Mundo. El destacamento completo no podía rebasar los 1.004 efectivos 

Con el paso de los años se han repetido reproches sobre la implicación española en el país que ha caído en manos de los talibanes, estos desencuentros ya sí que figuran en los documentos oficiales desclasificados por el Departamento de Estado. En febrero 2009, recién nombrado ya Barack Obama como presidente, un alto cargo de la Embajada en Madrid informaba del número de tropas que había en ese momento sobre el terreno en Afganistán (750), del dinero comprometido en asistencia sobre el terreno desde 2001 (200 millones de dólares) y realizaba un balance: “Podría hacer más”. “Nos gustaría que España aumentara su participación en Afganistán sin restricciones en la zona de intervención”, se concluye en un informe que están sin fechar.

EE UU buscaba una mayor involucración de España

EE UU buscaba una mayor involucración de nuestro país en el conflicto afgano, tal y como se desprende de los documentos de trabajo de la exsecretaria de Estado Condolezza Rice en 2008 de cara a la preparación de una reunión con un diplomático español. “Instar a España a que contribuya económica y militarmente a apoyar la expansión del Ejército Nacional Afgano”, recoge el escrito fechado el 16 de septiembre de ese año. Posteriormente, detallan que buscaban una donación española de 50 millones de dólares anuales entre 2010 y 2014 para esa misión. 

Preguntado por las relaciones con la administración Bush, Rodríguez Zapatero reconoció en una entrevista en la Cadena Ser que tras la retirada de las tropas de Irak el presidente norteamericano le dijo “que se sentía profundamente decepcionado”. “Yo le argumenté que era lo que los ciudadanos habían votado pero no parece que fuera muy sensible a mis argumentos, no lo llegó a entender”, apuntó. 

A pesar de los desencuentros, la diplomacia de EEUU destaca en 2006 que el Gobierno español desarrolló “varias iniciativas destinadas a mejorar las relaciones bilaterales y demostrar un compromiso continuo con la agenda para la democracia”. Y recuerdan que el Ejecutivo socialista optó por “enfatizar” el carácter “humanitario” de la misión afgana, teniendo en cuenta que en nuestro país la intervención afgana tenía apoyo político pero generaba escepticismo en la sociedad.

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