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Pedro Sánchez desembarca en Catalunya tras la Diada

Pedro Sánchez y Miquel Iceta en una imagen de archivo.

Irene Castro

Pedro Sánchez prometió al inicio de su segundo mandato al frente del PSOE que incrementaría su presencia en Catalunya. El desafío independentista que tiene su fecha clave fijada para el 1 de octubre con la convocatoria del referéndum ha obligado a los socialistas, como al resto de fuerzas políticas, a centrar su actividad en torno al problema territorial, que en el caso del PSOE siempre reaviva tensiones internas. Sánchez se ha lanzado al terreno de juego con una batería de medidas y, tras la Diada en la que el PSOE ha mantenido perfil bajo, el secretario general socialista desembarca en Catalunya. 

Una de las primeras iniciativas de Sánchez tras su reelección fue el impulso de la Declaración de Barcelona, con la que iba un paso más allá del federalismo por el que hasta entonces había apostado el PSOE para pasar a defender un estado plurinacional. El secretario general reunió a su Ejecutiva en la ciudad condal junto a la dirección de Miquel Iceta. 

Sánchez insiste en el diálogo como solución para el conflicto territorial y ya expresó tras su victoria en las primarias su intención de hablar con el presidente, Carles Puigdemont, tras emplazar a Mariano Rajoy a hacerlo. El líder socialista se reunió en secreto con Puigdemont una semana después de los atentados en Barcelona. Aunque apenas ha trascendido nada de esa cita, en Ferraz aseguran que ambos dirigentes defendieron sus posicionamientos sin que hubiera ningún tipo de acercamiento. 

Con el desafío independentista sobre la mesa, el líder socialista mide sus movimientos para evitar quemarse con una sobreexposición e intenta equilibrar sus apariciones públicas. 

Sánchez se ha puesto el traje de 'hombre de Estado' ante el desafío soberanista. El PSOE traslada sistemáticamente su total respaldo al Gobierno ante el 1-O incluso en la aplicación de la reforma del Tribunal Constitucional a la que se opuso en el Congreso. Sin embargo, Sánchez ha rechazado hacerse una foto con Rajoy y Albert Rivera. Esa imagen le puede perjudicar en el espectro de la izquierda y la nueva dirección está convencida de que la resurrección de Sánchez puede catapultar a los socialistas con la recuperación del voto que se les fue a Unidos Podemos. De hecho, desde el PSOE insisten en que Rajoy debe tener en cuenta a Pablo Iglesias del mismo modo que lo hace con Sánchez y Rivera. 

Ferraz ha optado por un perfil bajo en la celebración de la Diada. “El foco está en el PSC”, aseguraban este lunes desde la sede nacional de Ferraz. Miquel Iceta y sus alcaldes eran los protagonistas de la fiesta catalana. Apenas ha habido apariciones de dirigentes nacionales. 

Sin embargo, unas horas después Sánchez se pone en ruta. Este martes participa a primera hora en un desayuno informativo organizado por El Periódico de Catalunya. Por la tarde, el secretario general del PSOE estará en un acto junto a Miquel Iceta y ediles socialistas catalanes en señal de “apoyo”. La presión del 1-O se ha trasladado a los ayuntamientos a los que la Generalitat pide que cedan espacios para votar. Los regidores del PSC se han negado.

Además, Sánchez volverá a participar el la Fiesta de la Rosa que el PSC celebra en la localidad de Gavà este domingo. La situación en la que el líder socialista acude a ese acto es completamente distinta a la de hace un año, cuando el PSOE vivía un ambiente prebélico con la amenaza de Sánchez de convocar un congreso extraordinario para reforza su 'no' a Rajoy y un bloque del partido amenazando con descabalgarle del poder, como sucedió unos días más tarde. Iceta se colocó de su parte en aquel acto. 

Por el momento, Sánchez se ha anotado un tanto al proponer una comisión de estudio del modelo territorial como primer paso de solución del conflicto que ha tenido cierto éxito. El PP se ha mostrado favorable tras el apoyo “total” que está recibiendo del PSOE en la gestión del desafío del 1-O con lo que arrastra a Ciudadanos. Unidos Podemos, con algunas reticencias, también se inclina por que salga adelante. 

Tensión con Susana Díaz

Pero a Sánchez el discurso sobre Catalunya le supone reavivar las tensiones territoriales dentro del propio PSOE. Su defensa de un estado plurinacional, pactado con el PSC, no termina de convencer a Susana Díaz. La poderosa federación andaluza está dispuesta a dar la batalla porque considera que los socialistas andaluces pueden salir mal parados del nuevo discurso territorial del PSOE e incluso reclaman que haya debate en los órganos del PSOE, pese a que el nuevo posicionamiento quedó plasmado en las resoluciones del 39º Congreso Federal y en la declaración secundada por las direcciones de PSOE y PSC.

Los enemigos de Sánchez le acusan de tener poca consistencia en el debate territorial –causó cierto estupor su respuesta de que “todas las naciones son España” a la pregunta de cuántas naciones tiene este país, según la propuesta del PSOE– y de dar bandazos. Pero en Andalucía preocupa que la lectura de que las naciones históricas (Catalunya, Euskadi y Galicia, según las enumeradas por Sánchez, aunque dijo que “al menos” eran esas) se traduzca en un mayor autogobierno que vaya en contra de los intereses de la región: “Ante ese debate Andalucía va a reclamar que se considere a nuestra comunidad entre las autonomías que accedan al mayor nivel de autogobierno, no vamos a renunciar bajo ningún concepto a ningún nivel de autogobierno que pueda otorgársele a algún territorio del Estado”, replicó al portavoz del PSOE-A, Mario Jiménez.

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