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El calvario de una diputada de Ciudadanos en La Rioja expulsada tras denunciar acoso laboral en el grupo parlamentario

La exdiputada de La Rioja de Ciudadanos, Rebeca Grajea, en dependencias del Gobierno autonómico

Carmen Moraga

Rebeca Grajea está ya tranquila. La exdiputada de Ciudadanos de la Rioja ha decidido contar su historia y el largo calvario por el que asegura haber pasado durante dos largos años. Un calvario provocado por las constantes “humillaciones y vejaciones” a las que, según dice, la sometía el portavoz del grupo parlamentario de su propio partido, Diego Ubis. Grajea está ultimando una denuncia contra él ante los tribunales por “acoso laboral y personal”.  

Hace unos días fue destituida de su cargo como secretaria de Relaciones Institucionales de La Rioja. La comunicación le llegó a su correo electrónico e iba firmada por la responsable del área a nivel nacional, Marta Rivera de la Cruz. En ella detallaba escuetamente que los motivos de tal cese se debían a la “pérdida de confianza” en su persona y en su trabajo. Unos minutos después, Grajea ya no pudo entrar más en su correo electrónico porque le bloquearon la cuenta.

La notificación le pilló por sorpresa aunque después de todo lo que asegura que le que ha pasado hasta le supuso un alivio. Tras la destitución, decidió pasarse al grupo de 'no adscritos' del Parlamento riojano. “Me ampara el reglamento”, afirma. El partido asegura que le exigió que devolviera el acta parlamentaria pero ella asegura que nunca lo ha hecho oficialmente.

El viernes pasado recibió en el correo, en el área de afiliados, una notificación anunciándole “la suspensión cautelar de militancia”, como primera consecuencia del expediente disciplinario que le han abierto desde Madrid y que podría terminar con la expulsión del partido del que aún no se ha dado de baja.

Rebeca Grajea explica que se ha decidido a hablar porque ya “no tiene miedo”. La diputada atiende por teléfono a eldiario.es después de varios días de silencio que justifica por “las presiones” que estaba recibiendo por parte de la dirección de Ciudadanos. La primera vez que esta redacción quiso conocer su caso fue a raíz de una información que apareció en la prensa regional donde se aseguraba que la diputada se hacía acompañar de su padre, que es guardia civil, para ir a su despacho del Parlamento riojano.

La diputada confirma que es verdad y justifica su extraña actitud por “el pánico” y “la ansiedad” que tenía ante el “constante acoso” que, según denuncia, ejercía sobre ella el portavoz, Diego Ubis, en connivencia con los otros dos diputados del grupo parlamentario. Unas actitudes que, según su relato, empezaron poco después de su aterrizaje en el parlamento regional. “A su juicio, todo lo hacía mal. Me insultaba, daba puñetazos en la mesa, o en la puerta. Me llamaba inútil y tonta, era una humillación tras otra y un control constante sobre mi trabajo”, relata.

Grajea afirma que cuando entró en 2015 en el partido tenía “una gran ilusión por el proyecto”, pero “ese proyecto político de Ciudadanos aquí en La Rioja no existe, ha sido fallido”, afirma.

Pese a la tensión que se fue generando poco a poco entre ella, Ubis y sus compañeros, la diputada fue aguantando con la esperanza de que la dirección nacional, a la que asegura que informó de su caso, tomara cartas en el asunto. Pero no fue así, lamenta. La situación de “violencia verbal” contra ella alcanzó tal límite que -siempre según su versión-  llegó a temer que terminara en una “agresión física cualquier día” por parte de Ubis. 

eldiario.es quiso conocer la versión de Ubis pero en el partido se remitieron a la dirección nacional que a su vez se limitó a enviar a esta redacción el comunicado en el que exigen a Grajea que devuelva su acta de diputada “para no vulnerar la voluntad de los riojanos” y en cumplimento de la “carta ética” que firmó al ingresar en el partido. Además, ratifican que “se han puesto en marcha los procedimientos internos oportunos”, lo que viene a significar que le han abierto el citado expediente disciplinario que la propia Grajea confirma que ya ha recibido.

Ahora se ha conocido que hay una investigación interna abierta en Logroño para esclarecer los hechos, según ha declarado a la prensa local el portavoz del Grupo Municipal y secretario de Acción Institucional riojano, Julián San Martín. El dirigente de Ciudadanos, en sus declaraciones, no quiso concretar mucho más admitiendo que “es un proceso que va a estar judicializado”.

Contratan a una coordinadora para “protegerla”

Durante la conversación con eldiario.es Grajea insiste en que su caso fue elevado a la dirección nacional para solicitar “amparo y protección”. La primera respuesta desde Madrid  -según cuenta- fue contratar en junio de 2017 a Yolanda San Juan, primero como jefa de Gabinete del grupo parlamentario, y, posteriormente, como coordinadora del mismo. Un fichaje que, según explica, no fue bien acogido por Ubis ni por sus compañeros de escaño.

La propia San Juan, que anteriormente había coordinado a la gestora que puso el partido en Vigo tras las  elecciones de 2016, relata a eldiario.es que fue contratada en Madrid por José María Espejo, Secretario de Acción Institucional de Cs, con “funciones ejecutivas, con el fin de orientar, asesorar e informar del trabajo del grupo al partido de La Rioja”, comunidad a la que está vinculada porque allí viven sus padres. Pero, además de cumplir con estas labores, San Juan dice que Espejo le pidió que “protegiera a Rebeca”. 

“Cuando empieza a recrudecerse la guerra yo les digo que la cosa está fea, me piden un informe que yo elevo a la dirección nacional en el que les pongo literalmente que el grupo estaba en alerta máxima”. En dicho escrito, enviado a Madrid el 20 de diciembre del año pasado, San Juan insiste en que explica “diversas decisiones tomadas unilaterales por Ubis” y añade la situación de “acoso” por la que estaba atravesando la diputada Grajea, de la asegura haber sido testigo “en muchas ocasiones”. “Pero la dirección nacional no mueve un dedo”, lamenta.  

Al día siguiente de enviar ese informe, fue despedida. El propio Ubis -siempre según el relato de San Juan y el de la diputada- le entrega una carta en los pasillos del Parlamento en la que se alega “despido disciplinario por causas graves”, que ella firma como “no conforme”. Pocos días después, ambas partes llegan a un acuerdo y decretan que fue un “despido improcedente”, por lo que la indemnizan. Ahora dice estar dispuesta “a acompañar a Rebeca hasta el final” porque está “indignada” por todo lo que ha pasado.

“El caso de Rebeca lo conocen bien José Manuel Villegas, Fran Hervías y el propio Espejo porque fueron a Logroño en abril del año 2017 a una reunión en la que se le explicó ya lo que pasaba”. “En la dirección nacional tienen informes como para hacer varios suplementos en prensa”, añade San Juan.

Por su parte, la diputada adelanta que no va a dejar pasar el caso de “hostigamiento” y “acoso” que ha sufrido, y cuenta que está ultimando con su abogado los trámites para denunciar a Diego Ubis ante los tribunales. “Voy a defenderme. Solo quiero que se conozca la verdad. A mí no me mueve el dinero porque nunca he recibido ni un euro por mi puesto de responsabilidad en el partido”, zanja Grajea.

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