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CRÓNICA

Seis toros clonados del PP para intentar cornear a Bolaños

Bolaños echa un trago de agua en el pleno del 7 de febrero.
7 de febrero de 2024 22:38 h

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Seis toros, seis, de la acreditada ganadería del Partido Popular saltaron al hemiciclo para intentar cornear a Félix Bolaños. Habrá quien piense que el PP lo considera una pieza clave a batir, pero en realidad todo se reduce a la decisión del partido de apostarlo todo a la carta de la amnistía. No quiere hablar de otra cosa. A algunos pobres diputados les toca preguntar de otros asuntos, pero ya saben que no pasan del nivel de canapés. El PP desayuna, come y cena amnistía. La base del argumentario es la misma que no le dio la victoria en las elecciones de julio. Da igual. Aquí se come lo que dice el jefe. Y nada de poner caras raras.

Tal y como lo ve el PP, no hay nada en la vida más importante que la amnistía, lo que, para buena parte de España, viene a ser como un rollo de esos que interesan a los catalanes. Su problema es que así sólo convence a los que ya están convencidos. ¿Cuántos votos más pescará por allí? Podría servirle para desmotivar a las bases socialistas que no estén de acuerdo, pero seguro que esos votantes no están pensando qué hacer en función de lo que diga el PP. Eso también quedó claro en julio.

Antes de la corrida de Bolaños, le tocaba a Alberto Núñez Feijóo lidiar con Pedro Sánchez. Como no cambia el discurso así le maten, lo inició con una evidente contradicción con la realidad. “Ya sabemos quién manda en esta Cámara”. Se refería a Carles Puigdemont, claro.

Si eso es así, ¿por qué no se ha aprobado ya la ley de amnistía en el Congreso? ¿Por qué entonces el PSOE no aceptó las enmiendas de Junts la semana pasada? ¿Por qué el PSOE finalmente no cambiará la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que además era una mala idea, como tuvo que recordar Yolanda Díaz y cualquiera que no haya olvidado lo que dijeron los socialistas cuando Rajoy intentó un truco parecido? ¿Es Puigdemont omnipotente o impotente? Las dos cosas al mismo tiempo, no puede ser.

“Tiene que darse cuenta de que cuatro años así son insostenibles”, dijo Feijóo. Lo mismo se podría decir de él. Es complicado organizar toda la oposición en torno a un único punto. Reduce tus posibilidades y garantiza al Gobierno que sólo tiene que repetir su mensaje de siempre para al menos salir del paso.

El PP no puede pisar el acelerador para conseguir que algunos plenos sean especialmente dañinos para el Gobierno. Ya circula todos los días en quinta metiendo gas a tope, con lo que no es fácil apreciar las virtudes de su conducción. Si un día se da contra un muro, después regresa con la misma táctica. Lo que no funciona una semana, funcionará la siguiente. Porque lo dice el jefe. Porque no saben hacer otra cosa.

Y eso es lo mismo que ocurría con Pablo Casado, experto en darse contra una pared y volver a embestir en el mismo punto. Algunos en el PP creían que con Feijóo iban a contar con una estrategia más sofisticada. Política para adultos, decían. Para adultos con la cabeza muy dura.

Bolaños tenía pinta de haberse hecho un excel con lo que debía responder a cada uno. “Mire este Parlamento. Esto es España”, le dijo a Cuca Gamarra para recordarle que están en la oposición. “La España real no es esta. La España real está en las calles y las plazas”. Ambos tenían razón en cierto modo. Lo que está claro es que a los diputados no los han elegido los gnomos del jardín de Puigdemont en Waterloo.

Con Miguel Tellado, todo tenía que ser más salvaje. Denunció que el Gobierno “pretende amnistiar a los que quisieron atentar contra el rey en 2020”. Se nota que algunos escriben sus intervenciones leyendo antes las últimas hazañas bélicas de García Castellón. Es una de las teorías más recientes que han pasado por la cabeza del magistrado de la Audiencia Nacional con la intención de empurar a Puigdemont por algo por lo que no se le pueda amnistiar. Estamos en 2024 y resulta que nadie se había enterado hasta ahora de que querían matar a Felipe VI o algo parecido. Verás qué susto se lleva la Policía cuando se entere.

Incluso apareció en escena Rafael Hernando, viejo rockero de la política de palo y tentetieso del PP. Una lástima que le tocara un tema de relleno, como es el de la influencia rusa en los independentistas, una historia de espías de medio pelo y repercusión política escasa o nula.

Bolaños, que ya en ese momento hacía lo posible para aparentar que se lo estaba pasando en grande, le respondió que el delito de traición –reservado para los tratos con potencias extranjeras muy chungas– no estaba incluido en la proposición de ley de amnistía que ha vuelto a la Comisión de Justicia. Y ya puestos a hablar de espías, sacó las operaciones policiales ilegales promovidas por el Gobierno de Rajoy. Ahí no había rusos delinquiendo. Todos eran españoles pata negra.

Los ataques de Elías Bendodo y Sergio Sayas no dieron ni para un mísero titular. Después de la sesión de control, tocaba lo que podía ser el plato fuerte, una interpelación presentada por Cayetana Álvarez de Toledo. “Pierda toda esperanza”, comenzó. Cómo le gusta a la diputada del PP aparentar que sabe más que todos los demás. El Gobierno y su amnistía “se dirigen a un muro (donde se estrellará) que es el Derecho”. Claro que también dijo lo mismo con los indultos y tantas otras cosas.

“Su proyecto para Cataluña es 'a por ellos'”, le respondió Bolaños. “El nuestro es 'con ellos'”. Así que el único mérito de Álvarez de Toledo fue provocar que el ministro utilizara una frase que parecía sacada de una película de animación de Disney. Con pajarillos levantando el vestido que se va a poner Cenicienta.

Un columnista de ABC se declaró sorprendido por el hecho de que el PP no centrara la jornada en las protestas agrarias y siguiera con la matraca de la amnistía. Lo mismo es porque la gestión de la agricultura y ganadería siempre ha sido bastante similar en los gobiernos del PSOE y del PP. Básicamente, consiste en obtener de la UE la mayor cantidad posible de fondos para el sector primario. Las ayudas de la PAC suponen una tercera parte del presupuesto comunitario, que está en vigor hasta 2027, y no mucho más se puede rascar por ahí.

Feijóo se limitó a echar mano de una de esas expresiones que al final no significan nada. Dijo que los agricultores “no aguantan el dogmatismo ambiental del Gobierno”. Se escriben y pronuncian para que salgan en las televisiones y parezca que has dicho algo muy negativo sobre el adversario.

¿Hay alguna propuesta concreta detrás de esas palabras? En absoluto. ¿Algo con lo que presionar a Bruselas para favorecer al mundo rural? No. ¿Presumió Feijóo de que la presión del PP europeo ha hecho que la Comisión suspenda el recorte en el uso de los pesticidas? Para nada, quién va a querer aparecer en el bando del uso masivo de los pesticidas con sus efectos en la salud.

Se trataba de cubrir el expediente, como hizo el PP con Bolaños. Que parezca que somos duros. Y mientras tanto, miran de reojo a Galicia donde necesitan conservar la mayoría absoluta como sea y tienen a un candidato al que no puedes llevar a un debate porque te deja temblando. Ante ese dilema, mejor pensar en Bolaños que en Rueda.

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