La crisis de UPyD complica a Rosa Díez el cierre de las listas municipales y autonómicas
A Rosa Díez no se le han acabado los problemas pese a la victoria que logró frente a los críticos en el Consejo Político celebrado la semana pasada. El descalabro en Andalucía, las pésimas perspectivas que les dan las encuestas y la grave crisis que vive el partido están complicando el trabajo de completar las listas municipales y autonómicas del 24 de mayo. Las candidaturas tienen que estar cerradas el próximo día 10 para que el Consejo de Dirección les dé su visto bueno y poder presentarlas el 20 ante la Junta Electoral. Y todo apunta a que habrá lío.
La próxima semana será crucial para saber qué pasa con algunas de las candidaturas más conflictivas que quedan por cerrar. Según explican dirigentes regionales a eldiario.es, el desánimo que cunde entre un amplio sector de la militancia está llevando a que algunos afiliados hayan rechazado la invitación a incorporarse a las listas ante el temor al fracaso. Eso es aún más cierto entre los partidarios de pactar con Ciudadanos en las elecciones generales. Saben que va a ser difícil que la formación de Albert Rivera les abra después sus puertas.
La división interna que vive UPyD en comunidades como Asturias, Aragón, Castilla y León, Andalucía –donde acaba de dimitir en bloque el Consejo Local de Málaga– o Madrid está dificultando aún más el proceso.
“Rosa sabe que lo tiene complicado. UPyD está medio muerta, aunque ella ya ha dicho que no se va a rendir. Pero lo peor de todo es que la degradación interna se acelera”, advierte un veterano dirigente crítico con Díez, que contempla con preocupación el futuro de la formación.
El principal foco de atención está en estos momentos en Valencia, donde el silencio de Toni Cantó está irritando a la dirección, reforzada ahora con cinco dirigentes fieles a Rosa Díez. El diputado crítico todavía no ha confirmado si continuará encabezando la candidatura a la Generalitat o tirará la toalla tras la derrota política que sufrió en el Consejo Político.
El mutismo de Toni Cantó
Desde entonces, Cantó sigue guardando un mutismo absoluto sin escribir ni un solo tuit ni hacer comentario alguno en su página oficial de Facebook que pueda dar alguna una pista sobre cuál será su decisión definitiva. Su situación es delicada. En UPyD la dirección ya no le quiere. “En UPyD no podemos tener candidatos dudosos”, ha advertido Andrés Herzog, el nuevo hombre fuerte de Rosa Díez. Y en Ciudadanos la candidata valenciana, Carolina Punset, le ha dejado muy claro que, si en el futuro quiere integrarse en la formación de Rivera –con el que Cantó desmiente que haya hablado–, tendrá que ser como un militante de base más. Lo que no va a hacer, desde luego, es abrirle un hueco ahora en la candidatura autonómica.
Ante esta situación de incertidumbre y en previsión de la más que posible renuncia del diputado, la dirección magenta ha mantenido esta semana una reunión con la coordinadora territorial de Valencia, Alicia Andújar, que ha intentado tranquilizar los ánimos afirmando de puertas afuera que está convencida de que Cantó cumplirá su compromiso con los afiliados que le eligieron en primarias. De ser así, Rosa Díez pisará poco en campaña esa comunidad autónoma.
Según fuentes del partido, Díez prefiere volcarse sobre todo en Madrid, donde también hay una profunda división interna agravada por la decisión de Luis de Velasco, portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid, de abandonar el Consejo de Dirección. Sin embargo, Ramón Marcos, el candidato regional, es fiel a la portavoz y se apoyará en ella para solventar la difícil papeleta que se le presenta en mayo.
No tanto David Ortega, el aspirante magenta al Ayuntamiento, que se alineó en el Consejo Político con el sector crítico exigiendo a Díez que asumiera responsabilidades tras el batacazo en las andaluzas. No obstante, Ortega afirmó después que asumía democráticamente el resultado de la votación del cónclave y que continuará al frente de la candidatura madrileña, en la que figura como número dos, Jaime de Berenguer, otro incondicional de Díez.
Las cosas están tan tensas que hay dirigentes que no ocultan que prefieren que la portavoz no haga demasiada campaña. “Rosa ahora resta más que suma. Su imagen está muy desacreditada”, opina un candidato municipal en Castilla y León que, como los demás consultados, prefiere guardar el anonimato ante el temor a represalias.
El que tendrá esta vez una mayor presencia en campaña será Herzog, lo que le servirá de rodaje para su posible candidatura a sustituir a Rosa Díez en el anunciado Congreso extraordinario de junio en el que también el dirigente vasco Gorka Maneiro se ha postulado.
Precaria situación económica
Otra de las grandes preocupaciones de los candidatos y dirigentes de UPyD ante la doble cita electoral es la precaria situación económica que sufre UPyD. El propio Herzog, artífice como abogado de las querellas impulsadas contra los protagonistas de numerosos casos de corrupción, lo ha reconocido. El crowdfunding para ayudar a sufragar los gastos no ha funcionado como se esperaba y los bancos se muestran reacios a concederles créditos ante las malas perspectivas electorales.
Ante esto, hay dirigentes que critican el excesivo afán de Díez de querer convertir a UPyD “en una especie de Manos Limpias de la política”. “Tantas denuncias nos han llevado a la ruina. Y, encima, la ciudadanía no nos lo ha agradecido”, reconocen con tristeza en el partido.
Que la campaña va a ser austera lo tienen todos los candidatos asumido. También la andaluza lo fue. Las críticas a Ciudadanos desaparecerán del argumentario de la mayoría de los candidatos que no quieren tensar la cuerda con el partido de Rivera.
El deseo de la dirección es cerrar cuanto antes las heridas y ponerse a trabajar para ver si remontan el bache. Pero hay cosas que no concuerdan con estos buenos propósitos. La dirección del partido ha eliminado de la página web cualquier referencia a las declaraciones de los críticos. Incluso las últimas iniciativas parlamentarias anunciadas por la formación no figuran avaladas por ninguno de los diputados que habitualmente llevan estas áreas y que han cuestionado a Díez, como Irene Lozano o Álvaro Anchuelo. Ambos guardan ahora también un prudente silencio.
La más reciente es la suspensión cautelar de militancia de Fernando Maura y Enrique Calvet, los dos eurodiputados díscolos a los que la dirección les ha abierto un expediente disciplinario por sus “reiteradas actuaciones de desprestigio del partido” y su “negativa a acatar las normas internas”. Algunos dirigentes ven la decisión como “inoportuna” y “provocativa” a menos de mes y medio para la nueva cita con las urnas.