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La hija de la primera ministra de Nueva Zelanda se cuela en uno de sus directos de Facebook

El Rastreador

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Aunque la mejora de la situación epidemiológica haya permitido retomar cada vez más la vida presencial, las reuniones online siguen formando parte de nuestro día a día y, con ellas, la aparición de espontáneos. A la larga lista de 'cameos' que ha habido a lo largo de la pandemia, como el de la hija de un periodista “que había hecho una M” o la llamada al timbre de la casa de Inés Arrimadas, se une ahora la entrada de la hija de la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Arden, a un directo de Facebook que estaba haciendo su madre.

“Cariño, deberías estar en la cama. Es hora de dormir”, respondía Arden a su hija al entrar la pequeña a verla a la habitación en la que estaba haciendo el directo. La niña, que no aparece en pantalla, seguía pidiendo la atención de la política, que insistía: “Iré a verte en un minuto, ¿vale?”, al tiempo que pedía perdón a sus espectadores. “La abuela te llevará a la cama. ¡Gracias, abuela!”, decía, mientras su hija abandonaba la escena.

Tras esto, la primera ministra neozelandesa se dirigía a sus seguidores, buscando, tal vez, complicidad: “El momento de dormir ha sido un gran fracaso, ¿verdad? ¿Nadie más tiene niños que se escapan unas tres o cuatro veces después de haberse acostado?”, preguntaba. “Menos mal que está mi madre en casa y me puede ayudar”. Finalmente, consiguió retomar ese directo que creía en el momento de iniciarlo que iba a ser “seguro y divertido”: “Bien, ¿por dónde íbamos?”

Pero estas interrupciones ya existían antes de la pandemia. En el año 2015, el hijo de Xulio Ferreiro, entonces recién elegido alcalde de A Coruña, se colaba en una entrevista que le estaban haciendo a su padre en el Hoy por Hoy de la SER. Cuando Pepa Bueno le estaba preguntando, el pequeño comenzó a llorar, porque su hermano le había quitado “toda la leche” del desayuno, sin dejar casi que se escuchara nada más. “Perdona, Pepa, que tengo aquí un pequeño follón en casa”, dijo Ferreiro intentando justificar el llanto. “Me parece que vamos a tener que dejar esta conversación política para atender la vida doméstica, ¿no?”, le respondió la periodista en un momento en el que no se veían tanto estas entradas en medio de reuniones, ruedas de prensa o entrevistas.

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