Sevilla se mantiene como la cuarta ciudad más grande de España por 215 habitantes

Afluencia de personas en una calle del centro de Sevilla.

Antonio Morente

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Sevilla se mantiene como la cuarta ciudad más grande de España, pero todo apunta a que no durará mucho en este puesto. Esta vez lo ha salvado por una diferencia de sólo 215 habitantes con respecto a Zaragoza, que lleva años comiéndole terreno a la capital hispalense en población. De hecho, y en base a los datos que envían los propios ayuntamientos para su certificación, la capital aragonesa anunció en abril que superaba a Sevilla, algo que al final no se ha producido tras la depuración de la información realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Los últimos datos aportados por el INE, a 1 de enero de 2023, dejan a Sevilla con 684.164 residentes por los 683.949 de Zaragoza, una exigua diferencia de 215 personas que supone la menor distancia histórica entre ambas ciudades. La cifra, por cierto, supone el máximo histórico para la capital aragonesa, mientras que Sevilla alcanzó su techo en 1995, cuando registró 719.588 habitantes. Ese año, Zaragoza tenía 607.899 vecinos, con lo que la diferencia era de 111.689.

Para el alcalde hispalense, José Luis Sanz (PP), la cosa está clara: esto es fruto de la “parálisis urbanística que ha habido en los últimos años en Sevilla”, lo que ha hecho que otros municipios del área metropolitana (“fundamentalmente Dos Hermanas”) se hayan “aprovechado en el buen sentido de la palabra” y hayan ofrecido vivienda a mejor precio que la capital. Frente a esta “gestión urbanística nefasta que ha bloqueado muchas zonas de la ciudad”, su objetivo es poner en carga suelos para construir más vivienda y así retener población, ya que de lo contrario “es muy complicado”.

La cuestión del área metropolitana

Lo que es evidente es que las iniciativas puestas en marcha en los últimos años para ganar población no han tenido el resultado que se buscaba. Ya en los ocho años de gestión del PSOE se apostó por incentivar la construcción de vivienda asumiendo que muchos residentes en Sevilla acaban marchándose a su área metropolitana al contar con más opciones. Eso sí, se alegó que durante la anterior etapa, la de Juan Ignacio Zoido (PP) como alcalde (2011-2015), no se hicieron pisos municipales, por lo que se avanzó que iba a costar coger velocidad de crucero.

En la actualidad son varias las promociones que hay en marcha, que pondrán en el mercado miles de nuevos pisos, a lo que se une el compromiso del propio Sanz de construir 8.000 viviendas más durante los próximos ocho años. Para evitar la fuga de vecinos, el otro pilar de la política del actual regidor pasa por mejorar la calidad de vida en los barrios de la ciudad para así fijar población.

Pese a estos anuncios, no pocos expertos (geógrafos y urbanistas) creen que no es tan sencillo que Sevilla mantenga su lugar como cuarta ciudad de España, y es que juega en su contra su propia área metropolitana, con muchos municipios pegados a la capital y muy competitivos en cuestión de vivienda y calidad de vida. En cambio, Zaragoza carece de conurbación metropolitana propiamente dicha y en consecuencia tiene menos población que emigra, por lo que todo apunta a que es cuestión de tiempo que acabe superando a la capital hispalense.

De hecho, sólo en los últimos 25 años Zaragoza ha sido capaz de enjugar una diferencia de 98.560 residentes con Sevilla, ya que en 1998 la ciudad andaluza tenía 701.927 frente a los 603.367 de la aragonesa. Desde entonces, el crecimiento de Zaragoza ha sido constante y –pese a periodos con algún repunte a la baja– ha sumado 80.582 personas, mientras que Sevilla ha perdido 17.763. Y eso que en el último censo Sevilla ha ganado algo de población (2.166), pero a un ritmo mucho menor que Zaragoza, que ha sumado 10.939 más.

Muy lejos de los 700.000

El dato de 2022 fue para Sevilla el más bajo (681.998) del último cuarto de siglo, mientras que el de este año es el segundo más reducido de esta serie, en todo caso bastante lejos todavía de los 700.000, concretamente a una distancia de 15.836 vecinos. La capital hispalense inició el último cuarto de siglo asentada en esos 700.000 vecinos aunque con tendencia a la baja, ya que en 1998 eran 701.927 frente al techo registrado con 719.588 sólo tres años antes, en 1995. Pese a ello, se mantuvo por encima de esa barrera hasta 2013, con la excepción de los años 2007 y 2008, cuando no se alcanzó esa cifra por menos de mil habitantes.

En estos últimos 25 años, la cifra más alta se registró en 2003, con 709.975. Pero a partir de 2010 se inició una nueva cuesta abajo que ya sólo ha vivido algún esporádico pero insuficiente repunte, hasta el punto de que parecía que Zaragoza iba a superar a Sevilla hace bastante tiempo. De hecho, la capital aragonesa tiene ahora una población muy similar a la de 2013 (entonces eran 682.004), pegando un bajón que después ha ido recuperando.

La cuestión de los 700.000 residentes no sólo es una cuestión simbólica o que tenga en juego el prurito de ser la cuarta capital de España, sino que tiene también una vertiente económica ya que la ciudad recibe más ingresos económicos del Estado. También tiene su reflejo hasta en el propio Ayuntamiento de Sevilla, que cuando ha estado por encima de esa cifra ha contado con 33 concejales, frente a los 31 que tiene ahora.

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