Sevilla ultima el diseño de su Navidad con un ojo en el alumbrado y otro en el BOJA
Oficialmente, la Navidad venía arrancando desde hace unos años en Sevilla el último viernes de noviembre, o al menos ese era el día elegido para encender el alumbrado navideño. Pero este año de coronavirus no ha podido ser. Queda entonces la opción tradicional, dar el pistoletazo de salida en el puente de la Inmaculada, pero eso está por ver: puede que sí, y puede que no. A lo mejor se encienden las luces sin anuncio previo de día y hora durante estos días festivos, aunque no se descarta esperar a ver cuáles son las nuevas medidas que impone la Junta tras el puente en la lucha contra la Covid-19. “Este año toca prudencia y paciencia”, se resignan desde el Ayuntamiento.
Y en esa tesitura está la ciudad, con un ojo pendiente de ver cuándo se pone el traje de luces navideñas y con el otro atento a lo que salga en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), donde se publicarán si las restricciones vigentes hasta el 10 de diciembre se mantienen o hay una cierta flexibilización horaria para la hostelería y el comercio, tal y como ha sugerido tímidamente el Gobierno andaluz. Así que para qué correr con la iluminación, razonan en el Consistorio hispalense, si a día de hoy cuando se encienden las bombillas ya están bares y tiendas cerrados y no hay ningún turista al que atraer. Igual se retrasa el encendido a ver qué pasa a partir del 10 de diciembre. O no. En resumen: “Ya veremos”.
Aún así, hay señales de que la llegada de la Navidad es imparable, por mucha pandemia que nos azote. Este viernes 4 se activa el plan especial de movilidad, más abierto que nunca a posibles modificaciones no sólo por cómo se comporte el tráfico, admite el Gobierno municipal, sino por cómo “evolucione la legislación”. “Medidas flexibles para así adaptarse a las normas cambiantes sobre las aperturas del comercio y la hostelería”, es el mensaje.
Porque hay tantas dudas como certezas a las puertas de un puente desangelado, sin grandes citas culturales o festivas, ni Muestra de Dulces Conventuales, ni tunas cantando, ni Feria del Belén… Por no haber no habrá ni visitantes, cuando el año pasado la ocupación hotelera se aupó estos días al 86%.
Miedo a ser “trending topic”
Así las cosas, Sevilla arrancará el puente como la única capital andaluza que no se ha iluminado para las fiestas, una carrera que inició Cádiz el 26 de noviembre y que cerrará Almería el sábado 5. Y lo de darle al botón sin aviso previo de fecha y hora es para intentar evitar masificaciones como ha ocurrido en Málaga o Madrid, con imágenes que en muchos casos se compartían por las redes sociales con encendida indignación. El objetivo ahora es darle al botón y que no se forme tal bulla que convierta la ciudad en trending topic por las críticas que recibe.
Estos días festivos son, por lo tanto, el preludio de una Navidad que va a quedar muy “ochentera”, con poco más que las luces como única referencia festiva, cuando la última década se había convertido en una carrera loca por superar cada año al anterior en espectacularidad y cantidad de eventos. Algo se hará (se está a la espera del famoso 10 de diciembre para cerrar la programación) pero, en cualquier caso, no habrá eventos que puedan generar concentraciones masivas de público. ¿Un ejemplo? Pues nada de espectáculos en la Plaza de San Francisco, que de hecho este año mantiene su aparcamiento de motos. O que lo más probable es que no se pueda cruzar por el interior del árbol de luz gigante de la Puerta de Jerez.
Ahora mismo lo que se baraja son actividades en espacios abiertos, sobre todo en parques y repartidas por los distritos. Este año, los pequeños no tendrán Sevillalandia en Fibes, pero sí habrá proyectos privados de ocio (con alguna que otra pista de hielo) en puntos como el Prado, las Setas de la Encarnación y el Muelle de las Delicias. Los centros culturales, como también harán durante el puente, mantienen su programación y se abren al público los belenes, todo con limitaciones de aforo y una montaña de medidas preventivas.
Aforamiento de calles
Otra señal de los tiempos que corren es que se anuncian aforamientos, con cortes de calles si se considera que empiezan a estar demasiado llenas. No parece que vaya a llegarse a los límites de ciertos puntos en Semana Santa ni que vayan a implantarse vías con una única dirección, pero lo cierto es que durante el puente se hará un ensayo: se controlarán los accesos en el largo tramo entre la Plaza del Duque y la Puerta de Jerez, que coincide casi de pleno con la Carrera Oficial que hacen las hermandades, al que la Policía Local (ayudada de medios tecnológicos) podrá impedir el acceso si se considera que ya hay tanta gente que sea imposible mantener la distancia de seguridad.
Todo ello para una Navidad que, como ha ocurrido con el resto de fiestas de este cataclísmico 2020, va a suponer una raya en el agua, un frenazo en esa escalada de récords que año tras año pregonaba que había más actividades, más turistas y más lugareños en la calle. Tussam, por ejemplo, transportó más viajeros que nunca durante las últimas fiestas navideñas, y Lipasam batió también sus cifras de basura recogida. ¿Qué significaba eso? Que la calle bullía de gente.
Un año después, el paisaje es muy diferente. “Sevilla se consolida como destino turístico para la época de Navidad”, presumía el Ayuntamiento, que esgrimía cifras de ocupación en hoteles y apartamentos turísticos del 92% en Año Nuevo, el punto álgido turístico para la ciudad en estas fechas al tener el día de Navidad en sí un carácter más familiar y con menos tendencia a la escapada. En esta ocasión no ha habido ni siquiera una campaña de promoción turística ¿Para qué si a día de hoy nadie puede salir de su municipio? Otra cosa es que después del puente se relajen las restricciones y se intenten captar visitantes de las provincias más cercanas.
Y como fin de fiesta tenemos los Reyes Magos, cuya Cabalgata en este 2020 fue la última gran fiesta callejera que ha vivido la ciudad. Además, al caer en domingo, se generó un puente que elevó al 85% la ocupación hotelera. Este 2021 no habrá ni Heraldo ni Cabalgata, ni tampoco sus pequeñas réplicas en los distritos. Los Reyes Magos estarán presentes de alguna manera, pero se definirá cómo… a partir del 10 de diciembre. “Prudencia y paciencia”, insiste el Ayuntamiento. Y a ver qué dice el BOJA.
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