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Sanidad cede el mando a las autonomías para que “asuman” el final de la desescalada tras tres meses de desencuentros

Varias personas pasean por la Plaza Callao de Madrid durante el primer fin de semana de fase 1 de desescalada por la pandemia de coronavirus.

Belén Remacha / Laura Galaup

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El Ministerio de Sanidad va a dar el relevo a las comunidades en esta última prórroga del estado de alarma. En la práctica, el ministro Salvador Illa seguirá ejerciendo de mando único sobre los territorios que permanezcan en fase 2 este lunes 8 de junio. Pero los presidentes autonómicos de los territorios que pasen a fase 3 según anuncien este viernes podrán decidir sobre la movilidad interna dentro de sus propias regiones, y también sobre su paso a la 'nueva normalidad'. Ya no tendrán que estar 14 días en la fase 3. Si un gobierno regional “juzga que está en condiciones” podrá dar el salto en el momento que considere, ha dicho el ministro este jueves en la comisión de Sanidad.

Esto supone el salto desigual a una etapa que todavía es una incógnita, cuyas características detallará el Gobierno vía decreto ley el martes, aunque serán las autoridades sanitarias autonómicas las responsables de aplicar esas y otras medidas. El Gobierno decide ceder competencias tras muchas presiones políticas solicitándolo y más de un desencuentro. El más sonoro fue con la Comunidad de Madrid, cuya presidenta Isabel Díaz Ayuso llegó a amenazar con llevar a Illa ante el Tribunal Supremo. Pero también han tenido quejas de ejecutivos autonómicos del PSOE, como de la Comunidad Valenciana cuando no se permitió progresar en la desescalada a algunas zonas.

Así que este cambio también es una manera de pasar la responsabilidad de la gestión en esta última etapa, la más leve a nivel asistencial en lo que llevamos de pandemia, pero de una importancia vital para evitar nuevos rebrotes. Illa lo ha expresado así: “Si queremos competencias, asumámoslas. (...) Yo colaboraré y de hecho algunas de ellas han pedido que tengamos un protocolo conjunto. Pero quien tenga la responsabilidad, las competencias, tendrá que hacer frente a la gestión. Yo respaldaré lo que decidan”.

Las comunidades han gestionado sus servicios sanitarios estos meses. Las decisiones que ha ido tomando el Ministerio en estos meses se basan en los datos y declaraciones que aportan los líderes territoriales en las reuniones. El mando único de Sanidad ha servido para controlar la desescalada, pero en especial para limitar la movilidad. Sin embargo, las críticas por parte de la oposición han continuado hasta este jueves, cuando un enfático Illa contestaba a la portavoz del PP en la Comisión de Sanidad, Cuca Gamarra, que no se puede criticar por imponer el criterio a las autonomías y también por lo contrario. Cuando se refería a la reapertura de los colegios, el ministro defendía que es una decisión de las consejerías de Educación y el Gobierno no puede obligarlas. “Me han dicho muchas veces que el Gobierno, que el mando único… De hecho el PP ha votado en contra del estado de alarma. Bueno, si no hay mando único, que cada uno asuma su responsabilidad”, zanjó.

El Ministerio planteó un plan “flexible” desde el comienzo, que se fue aligerando y adaptando según le pidieron desde las comunidades y también desde los sectores económicos. Por ejemplo, ya para la fase 1, en la que todavía siguen Madrid, Barcelona y algunas zonas de Castilla y León, se amplió enseguida el aforo de las terrazas. Sin embargo, la movilidad interprovincial siempre estuvo anunciada para la 'nueva normalidad', nunca para antes. Era y sigue siendo clave controlarla para minimizar a su vez los rebrotes y poder coordinar mejor los servicios asistenciales si surge un caso, y también porque si la gente comienza a desplazarse a sus zonas de veraneo hay más riesgos de aglomeraciones.

Ahora va a ser ese el adelanto que varios dirigentes incorporen a la fase 3. El presidente de Aragón, Javier Lambán, ya ha anunciado que dispondrá que a partir del día 8 se pueda viajar libremente entre Zaragoza, Huesca y Teruel, si todas pasan. Baleares también ha anunciado que en el momento que todo el archipiélago se encuentre en fase 3, propondrán que “se retomen los movimientos interislas”. Esta situación se podría dar ya el próximo lunes, siempre que Sanidad autorice este viernes el avance de Mallorca, Menorca e Ibiza. “Nuestra idea es abrir los vuelos entre las islas el 8 de junio y después comenzar la apertura con otros territorios a nivel europeo”, ha destacado la presidenta del Govern balear, Francina Armengol.

Desde la Junta de Andalucía se prioriza en importancia que pasen todas el viernes a la fase 3, porque Granada y Málaga van rezagadas respecto al resto, pero el vicepresidente Juan Marín dejó caer que permitiría la movilidad entre las que estuviesen en la misma fase. Alberto Núñez Feijóo, en Galicia, lleva ya semanas pidiendo que se permita a los ciudadanos moverse entre sus cuatro zonas, lo mismo que desde la Generalitat Valenciana.

Castilla-La Mancha, preocupada por Madrid

Otras comunidades no lo tienen tan claro. Fuentes de la consejería de Extremadura afirman que hasta que no tengan la confirmación del Ministerio, no avanzarán ninguna decisión. Otras fuentes de Castilla-La Mancha reconocen que lo que les preocupa es otra cosa: la movilidad entre comunidades que se permitirá en cuanto estén en la 'nueva normalidad'. Concretamente, la conexión con Madrid, que ha sido la comunidad más golpeada por la pandemia. Es la “prioridad y principal preocupación”, admiten, y por eso una cosa que van a pedir es que como mínimo hasta el 22 de junio no se puedan producir esos desplazamientos.

Castilla y León, que ha solicitado progreso a la fase 2, también observa a sus comunidades vecinas, como reconoce el vicepresidente Francisco Igea a eldiario.es, asegurando que van “a tener en cuenta la relación con las autonomías” que les circundan y cómo “están evolucionando desde el punto de vista epidemiológico”. Además, Igea asegura que el pilar de sus peticiones es la “seguridad sanitaria”, así se garantiza “una recuperación económica sostenida y creíble”. “Es posible que introduzcamos alguna novedad de mayor o menor flexibilización en alguna provincia, dependiendo de cómo vayan los resultados”, incide Igea, aunque no da más detalle. Madrid por su parte, seguramente la que ha resultado más problemática al Ministerio, seguirá de momento en fase 2 –si la alcanza este viernes– y bajo el mando de Sanidad estas dos semanas.

Con la entrada en la última etapa de la desescalada, las autonomías también tienen la capacidad de reducir la duración de la fase 3. Asturias es una de las comunidades que ya ha decidido que se mantendrá 14 días en ella y hasta el 22 de junio no entrará en nueva normalidad, según confirman fuentes de la Vicepresidencia del Principado, siempre que el Gobierno central autorice su progresión este viernes. “Más que quemar etapas, queremos avanzar con seguridad”, explican estas mismas fuentes.

El decreto que regule la 'nueva normalidad' en el que están trabajando varios ministerios, además, todavía es una incógnita para todos. Desde el comité científico de Canarias plantean que sin esa normativa no tienen claro en qué consistirá la 'nueva normalidad'. Beatriz González López-Valcárcel, catedrática que forma parte del comité científico del gobierno de esa autonomía, apunta que lo que más les preocupa en los debates que mantiene con sus compañeros es la relación entre el desarrollo económico y la contención sanitaria. Y que hasta que no sepan exactamente las instrucciones del Gobierno que deberán marcar el escenario post fase 3 no pueden tomar demasiadas decisiones.

“Por un lado qué hacer con el turismo, que es nuestra forma de vida. Cómo se concilian dos intereses tan contrapuestos: minimizar los riesgos de contagio pero abrir la economía. El virus aquí nos vino de fuera, y sabemos que nos volverá a entrar desde fuera. Y claro, cómo volver a la normalidad dentro del propio sector sanitario”, contaba López-Valcárcel.

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