Un banco de fotos que retrata y alimenta la lucha social
En cualquier manifestación o evento público se hacen innumerables fotos. Si es fácil imaginar dónde van a parar las fotografías tomadas por los reporteros gráficos, más complicado es hacerse una idea de dónde acaban las imágenes del amateur.
Después de cada manifestación: ¿Qué pasa con las fotos que hacen los particulares? ¿Por qué luego resulta tan difícil a los movimientos sociales acceder a buen material gráfico para ilustrar sus publicaciones, pasquines o páginas de Internet? Estas preguntas son las que no ha parado de hacerse durante años Laines Rumpff.
Este diseñador que ronda los cuarenta años ha estado los últimos tres lustros vinculado a los movimientos sociales progresistas de Alemania. Ha diseñado publicaciones de todo tipo para un amplio espectro de causas y movimientos. A la hora de buscar y utilizar imágenes para ilustrar los textos militantes, siempre se enfrentaba a un vacío de imágenes buenas, disponibles y gratuitas.
Cansado de tener que lidiar con esta situación, Rumpff ha creado Fotopia, el primer banco de imágenes para movimientos sociales. Con él trabaja un equipo compuesto por otras tres personas dispuestas a terminar con la falta de fotografías de calidad sobre movilizaciones progresistas.
“Fotopia surge de la necesidad. No existe ninguna plataforma, ni ninguna página web en la que haya fotos disponibles procedentes de manifestaciones o eventos recientes en favor de causas sociales. Hay mucha gente que hace fotos, pero luego las fotos se quedan sin uso”, explica Rumpff.
Él sabe por experiencias que en plataformas como Wikimedia Commons, a la que cualquiera puede contribuir y en la que se acumulan 51,5 millones de documentos multimedia, “suele pasar que las fotografías no son muy actuales”. “Para nosotros, las imágenes importantes son las actuales, como las de la gran manifestación contra el racismo de hace unas semanas en Berlín”, comenta Rumpff, aludiendo al masivo desfile que inundó las calles berlinesas el pasado mes de octubre. Los organizadores contaron 250.000 manifestantes en aquella ocasión.
“Queremos ser una agencia de fotografía sin ánimo de lucro para los movimientos sociales”, subraya Rumpff, al tiempo que diferencia su proyecto de Flickr, web propiedad de la empresa estadounidense SmugMug dedicada al almacenado y transferencia de imágenes. “Flickr es la gran fuente de imágenes libres de derechos, muchos fotógrafos de los movimientos sociales dejan ahí sus imágenes”, reconoce Rumpff. “Pero ahí, según nos dicen los fotógrafos que nosotros conocemos, una vez puestas las fotos en Flickr, los autores pierden el control de las imágenes”, explica.
Un proyecto político a base de imágenes
Rumpff ve en esa falta de transparencia una oportunidad para Fotopia. Por eso se ha rodeado para lanzar su proyecto de una diseñadora de comunicación y de un archivista digital, entre otros. Todos quieren hacer más fácil la experiencia de la selección de fotografías que ilustren la vida de los movimientos sociales.
“Es un servicio pensado para ser gratuito, por eso el fotógrafo que deje aquí sus fotos podrá saber qué ocurre con su imagen. Es lo mínimo que podemos hacer por ellos”, precisa Rumpff. En caso de que haya un medio de comunicación interesado en una imagen, Fotopia hará de intermediario entre el fotógrafo y la empresa en cuestión. Fotopia no cobrará por ese trabajo.
“Nosotros no somos políticamente neutrales, como pueden serlo otras plataformas. Nosotros estamos ahí por y para los movimientos sociales”, aclara Rumpff. “No vamos a dejar que grupos de ultraderecha, por ejemplo, afines a Alternativa para Alemania (AfD), usen nuestras imágenes”, asegura.
Alude al partido de ultraderecha germano que entró en el Bundestag tras las elecciones generales de 2017. “Por ejemplo, nosotros no trabajaremos con movimientos sociales conservadores, como el de los antiabortistas. Para ellos no seremos una herramienta”, precisa.
Habla en nombre del equipo de treintañeros que componen el proyecto, al tiempo que muestra impresionantes imágenes de ocupaciones en Alemania de espacios dedicados a la explotación minera del carbón o de manifestantes y policías fuertemente equipados en la reunión del G-20 en Hamburgo de hace año y medio. Esas imágenes son ejemplos del tipo de fotografías con las que funcionarán.
Una infraestructura digital en formación
El proyecto aún no ha visto la luz oficialmente. Rumpff y compañía dependen de conseguir financiación. Abrieron un crowdfunding sin éxito y ahora piden donaciones para hacer Fotopia realidad. En sus oficinas de Postdam, ciudad del este alemán muy cercana a Berlín, reconocen que en el sector de la sociedad al que se dirigen, compuesto por militantes y responsables de movilizaciones sociales, no abundan los recursos económicos. “Al menos, por lo que yo sé en Alemania, en la izquierda no hay dinero”, lamenta Rumpff.
Pero movilizaciones sociales no faltan. “Hay en Latinoamérica muchas luchas sociales que retratar, más que en Europa, donde también las hay. Este proyecto tiene un gran potencial internacional, porque problemas como el cambio climático no se resuelven a nivel nacional, sino a través de la interconexión internacional”, subraya.