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La Universitat de Barcelona y la Fundación Banco Santander incluyen a Pilar Primo de Rivera en un proyecto sobre mujeres “pioneras”

Pilar Primo de Rivera, a la izquierda.

Belén Remacha

“Un proyecto audiovisual, educativo y divulgativo que recupera la voz íntima de autoras y pensadoras pioneras en español del siglo XX”. La Fundación del Banco Santander describe así CartasVivas, una “biblioteca virtual” desarrollada por la Universitat de Barcelona (UB) y la de Exeter (Reino Unido) que ellos han promocionado y patrocinado. Está en forma de píldoras cinematográficas dramatizadas de tres minutos en las que se muestra el “legado oculto de mujeres pioneras en la vanguardia social y literaria”, según la nota de prensa. Las tres primeras son la “niña prodigio” Hildegart Rodríguez –interpretada por Sandra Escacena–, la escritora Carmen Laforet –por Marián Álvarez–, y, también, la fundadora de la Sección Femenina de la Falange, Pilar Primo de Rivera –por Consuelo Trujillo–.

Sobre la inclusión de esta última se ha suscitado la polémica. “Abrí la noticia y me encontré con Pilar Primo de Rivera calificada como ‘pionera’ y ‘visionaria’ junto a dos autoras que se hubieran estremecido al verse parte del mismo grupo”, lamenta Ana Fernández-Cebrián, profesora de Estudios Peninsulares Contemporáneos en la Universidad de Columbia, que recuerda que el proyecto se presentó el mismo día que el gobierno renovó el título nobiliario de los Primo de Rivera. “El problema es que existe un discurso feminista neoliberal que habla de las líderes fascistas con total impunidad”, critica. “Tratar a Hitler o a José Antonio Primo de Rivera como 'visionarios' o 'pioneros' en un archivo audiovisual descontextualizado y despolitizado al lado de Lorca o Miguel Hernández nos llenaría de indignación”.

Fernández-Cebrián plantea que “quizá hablando con colectivos sociales como las mujeres que vivieron la experiencia de Sección Femenina conseguiríamos que la lucha por la memoria de las mujeres fuera un asunto de todos y no de los intereses de cierto sector de la academia en colaboración con un banco”. Marije Hristova, historiadora e investigadora de la Universidad de Warwick (Reino Unido), ve un fallo en la concepción: “Para mí es un error incluir a Primo de Rivera en ese formato. Al ser lecturas dramatizadas, lo complica aún más: te adentras en los relatos personales, sin más referencias. Falta contexto y más material didáctico, y estamos hablando de un proyecto educativo. Es importante conocer a Primo de Rivera, estudiar su figura. Pero yo no lo hubiese hecho así, igualándola con Laforet. Lleva a malentendidos”.

“Queríamos reflejar todo el espectro”

En los textos que acompañan los clips se lee sobre Primo de Rivera que “quiso mejorar la posición de las mujeres en la sociedad y modernizar la identidad femenina”. Pero también que “la sinceridad, durante la dictadura, era un suicidio. Pilar no quiso suicidarse: se plegó a las expectativas del régimen”. Paula Ortiz, cineasta y profesora de la UB, es cocreadora de la idea junto Nuria Capdevila-Argüelles, de Exeter. Las píldoras han sido elaboradas por las dos profesoras y algunas de sus alumnas, y afirman que quedan algunos materiales por subir a la web.

Ortiz explica a eldiario.es que era consciente de que la elección de Primo de Rivera entre las tres primeras figuras –la intención es que cada año se incorporen hasta 6 nombres– iba a ser polémica, “una decisión fuerte”. Pero para crear la biblioteca audiovisual online y gratuita sobre el “el patrimonio intelectual de pensadoras influyentes del siglo XX” consideraron que debían incluir “mujeres que abrieran todos los límites del caudal intelectual de la Historia de España”. Ortiz la contrapone a Hildegart Rodríguez, “cuya propuesta de reforma sexual sería moderna incluso ahora”: “Teníamos que reflejar el otro polo del espectro, una de las voces para entender la dictadura”.

“Desde nuestro punto de vista” –de ella y de Capdevila– “es un personaje terrible, en las antípodas de mis convicciones. Instauró un sistema represor para las mujeres españolas, y no se la conoce, como sí a otros militares o líderes de la dictadura fascista. Bajo el paradigma de que no se la debe incluir, tampoco debería haber películas sobre Franco o Hitler. Y debe haberlas, para prevenirnos de ellos. Sostenemos que para conocer la historia hay que conocerla con todas sus contradicciones y agujeros negros”.

La directora aclara que el proyecto “se posiciona, no negamos que sea fascista y que fue la creadora intelectual de la Sección Femenina, con todo lo que eso supuso para generaciones de mujeres en atraso y represión”. ¿Cómo lo dejan claro? “En la segunda cartaviva se explicita cómo su lucha política estaba supeditada a su idea grandilocuente de España, de patria, que es como se define el fascismo”. “También es fascista su concepción del poder, centralizado y vertical”, continúa. “Ese autoritarismo, y la disciplina que imponía a sus discípulas, son también la esencia del fascismo. En la tercera cartaviva se deja claro que sus valores son Dios, la patria, y la familia, ¿qué hay más fascista que esa triada de valores?”. También se refiere al lenguaje audiovisual: en los clips se ven el yugo y las flechas “usados críticamente”.

Desde la Fundación Banco Santander, encargada del patrocinio, se limitan a hablar de una “memoria general sobre mujeres pioneras” y de que “no entramos en el terreno ideológico. Estamos recuperando a una mujer, no la ideología”. “Este es un proyecto hijo del hispanismo global”, escriben. “Todas estas pioneras o precursoras comparten algo en común: más allá de ideologías, destacaron en el siglo XX dentro de un mundo de hombres y emergieron con un papel importante en la esfera pública”

“No fue pionera porque no rompió clichés, los impuso”

Otro de los aspectos criticados es que, dentro de la propia descripción el proyecto, se agrupe a Primo de Rivera como una “pionera”. “No me parece que se ajuste”, opina Marije Hristova. “Ella no rompe ningún cliché de la época, sino que impone las reglas de la época. Tuvo mucha influencia en la vida de las mujeres españolas durante mucho tiempo, pero no positiva ni de avance. Hubo muchos proyectos pedagógicos durante la II República que sí se ajustan a la definición de ‘pioneros'”. Para la profesora Ana Fernández-Cebrían, muy crítica, “la cuestión es que el significante en juego, 'pionera', remite al lenguaje empresarial y emprendedor y sus connotaciones son positivas. La pregunta sería por qué no lo especifican, esa es la trampa. Pionera en fundar Sección Femenina como aparato del estado para el encuadramiento de masas supongo que sí”.

Ortiz reconoce que a ella misma el término le parece controvertido: “No fue una pionera positiva, lo fue negativa, abriendo brecha dentro del fascismo. Pero etimológicamente, si nos ceñimos a la definición, sí lo es”. “Barajamos muchos términos, precursoras, pioneras, intelectuales, autoras. La identidad del pionero es una identidad de avanzada y ella la tuvo, desde su ideología de derechas, muy sexista en muchas de sus formulaciones, absolutamente. Para entender la dimensión de su derrota, algo que esperamos que invite a hacer este trabajo, es preciso presentar lo que ella pensaba que aportaba como mujer de avanzada. Es decir, pionera”, plantea Capdevila, la otra responsable, sobre ese debate.

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