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ENTREVISTA
Científico

Daniel Massó, investigador del fármaco que frena el cáncer de mama: “Prevemos que estará listo para autorizarse en 2028”

Daniel Massó, en el laboratorio del VHIO

Cristina Armunia Berges

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Frenar la metástasis en el cáncer de mama era el objetivo. Investigadores del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) han demostrado en modelos in vitro y en ratones que una proteína terapéutica llamada Omomyc funciona sobre tumores primarios, pero también en metástasis del cáncer de mama. Este sería un paso muy importante para este tipo de enfermedad, que, detectada a tiempo, tiene unos niveles de supervivencia muy grandes, pero que se reducen mucho cuando el cáncer está diseminado. 

Según datos de la Asociación Española contra el Cáncer, la tasa de supervivencia a 5 años en este tipo de cáncer en términos generales es del 82,8%, aunque el 30% tendrá una recaída. La American Society of Clinical Oncology indica que alrededor del 6% de las mujeres tienen cáncer de mama metastásico cuando se les diagnostica por primera vez y la tasa de supervivencia de las mujeres en esta situación cae hasta el 28%.

“Nos hemos enfocado sobre todo en un grupo de cáncer de mama que se llama triple negativo, el más agresivo y metastásico. Es el que tiene menos opciones terapéuticas”, explica el investigador Daniel Massó, primer autor del estudio en el que se recogen todos los datos sobre Omomyc, que acaba de ser publicado en la revista científica Cancer Research Communications. El equipo del VHIO espera que este fármaco pueda ser autorizado por las autoridades médicas entre 2027 y 2028.

Primero hay que explicar por qué es tan importante la proteína MYC. ¿Cómo funciona?

MYC es una proteína que está implicada en el desarrollo de muchos tipos de cáncer. MYC lo que hace es unirse a otra proteína, que se llama MAX, y juntas se unen al ADN. Y en el ADN lo que hacen es activar varios genes que están implicados en muchos procesos del cáncer, desde la proliferación de las células hasta hacer que los tumores sean invisibles al sistema inmune.

¿Cómo funciona el Omomyc?

Omomyc es un fármaco inhibidor de MYC. Es una mini proteína que lo que hace es impedir la unión de MYC y MAX, por lo tanto, no se produce la activación de todos esos procesos que llevan al cáncer.

Omomyc es una proteína terapéutica. ¿Qué es esto exactamente?

Las proteínas terapéuticas entran en una categoría de lo que se llamarían biológicos. Normalmente, en las terapias contra el cáncer anteriores, eran compuestos químicos, moléculas pequeñas sintetizadas en el laboratorio. La quimioterapia, por ejemplo, es de este tipo de moléculas químicas. En cambio, Omomyc es mucho más grande, es un biológico, es una proteína. Es realmente un trocito de una proteína humana, un trocito de MYC.

¿La inhibición de MYC puede prevenir o incluso reducir las metástasis?

Nosotros habíamos utilizado Omomyc en distintos modelos de cáncer. Siempre en modelos. Es decir, en células humanas en cultivo o en modelos de ratón, en tumores primarios de distintos tipos, y habíamos visto que siempre tenía un efecto en el crecimiento de esos tumores primarios. Pero en este estudio que acabamos de publicar, la novedad es que hemos descubierto que también tiene un efecto contra las metástasis y en particular en el cáncer de mama, que son los modelos que hemos utilizado en este caso. Tiene un efecto en distintos puntos de proceso metastásico, como por ejemplo, sobre el movimiento de las células para salir del tumor y llegar a la circulación sanguínea o sobre su capacidad de establecerse en otros órganos y crecer allí formando una metástasis.

¿Las metástasis son el mayor desafío dentro de la investigación sobre el cáncer en estos momentos?

Sí. Al final, las metástasis son las que acaban matando a los pacientes. Los tumores primarios muchas veces, dependiendo de su localización, se pueden extirpar con cirugía, sobre todo en el caso del cáncer de mama, pero cuando el cáncer ya está diseminado y ha llegado a este estado metastásico es muy difícil de controlar porque pueden aparecer tumores secundarios en muchos órganos del cuerpo, en órganos vitales.

Estáis en fase 1 de estudio clínico, es la fase que muestra la seguridad de un fármaco. ¿Cuándo habrá resultados en humanos? ¿Qué pasos se requieren?

El año pasado empezamos este ensayo clínico de fase 1 en donde estamos evaluando la seguridad del fármaco en un grupo reducido de pacientes. Este ensayo se acabará dentro de muy poco y este mismo año ya tendremos resultados de seguridad y empezaremos la fase 2 en la que ya utilizaremos nuestro fármaco en un grupo reducido de pacientes, pero para ver cuál es la eficacia del fármaco. Esto empezará este mismo año y debería terminar en 2024. 

Después de la fase 2, llegaremos a la fase 3 en la que se incluyen todavía más pacientes y es un estudio más a gran escala en el que se ve la eficacia con una potencia estadística mayor y con un número mayor de pacientes. Es el estudio definitivo a nivel de investigación en el que se ve que un fármaco es eficaz y seguro. Tras la fase 3, se puede aplicar para que las agencias te autoricen a comercializarlo. 

¿Podemos dar una fecha?

Prevemos que esto podría pasar en 2027 o 2028.

¿En la fase 1 cómo se elige a los pacientes?

Hay distintos criterios de inclusión. Esto siempre depende de cada fármaco, pero se basa sobre todo en los datos preclínicos y también se utiliza siempre en pacientes que no tienen alternativas terapéuticas. Es decir, si un paciente puede tratarse con un fármaco que ya está aprobado y que se ha demostrado que es eficaz y que puede ayudar al paciente, siempre se le va a dar ese fármaco.

Los fármacos experimentales solo entran cuando se han agotado las opciones terapéuticas de los pacientes, por lo tanto, son pacientes que están en un estadio muy avanzado de la enfermedad.

¿Cuántos pacientes han participado en la fase 1?

Han sido 16 pacientes. 

Se ha hablado esta semana de Omomyc aplicado en cáncer de mama. ¿Por qué? ¿Funcionaría también contra otro tipo de cánceres?

Hemos utilizado modelos de muchos tipos de cáncer distintos siempre a nivel preclínico y hemos visto un efecto de nuestro fármaco. La novedad del estudio que se ha publicado ahora ha sido con el tema de la metástasis y utilizando modelos de cáncer de mama. Por primera vez, hemos demostrado que nuestro fármaco es eficaz en modelos de cáncer de mama, pero además que es eficaz para combatir las metástasis. Y nos hemos enfocado sobre todo en un grupo de cáncer de mama que se llama el cáncer de mama triple negativo, que es el más agresivo y es el más metastásico y el que tiene menos opciones terapéuticas hoy en día.

¿Es el cáncer de mama sobre el que más han evolucionado los tratamientos a nivel mundial?

Es verdad que en cáncer de mama ha habido muchos avances sobre todo en temas de prevención. El cáncer de mama, ahora cuando se coge a tiempo, tiene unos ratios de curación muy elevados porque son tumores que se pueden extirpar y, si no han llegado a esta fase metastásica, pues pueden tener un buen pronóstico. Por eso nosotros nos queríamos centrar en la enfermedad metastásica del cáncer de mama. Pero sí que es verdad que es un cáncer que está muy estudiado, aunque hay muchos estudios para todos los tipos de cáncer, con mayor o menor éxito. En cánceres como el de páncreas no se ha conseguido avanzar mucho en los últimos años.

¿Por qué con este tipo de cáncer no se avanza al mismo ritmo?

El cáncer de mama es un tipo de cáncer en el que se puede hacer un seguimiento bastante bueno con las mamografías, por ejemplo, y se puede empezar a notar cuando está en fases iniciales y cogerlo a tiempo. Un cáncer de páncreas aparece en un órgano que está mucho más en el interior de un cuerpo, no muestra síntomas muchas veces. De forma que cuando alguien ya va al médico porque tiene dolores o algún tipo de problema, este cáncer puede estar ya en un estado muy avanzado y que sea mucho más difícil de tratar. Además, los tumores de páncreas en particular tienen unas características, tienen una fibrosis, como una barrera de células que hace los fármacos no puedan alcanzar bien el tumor.

¿Cuál es la perspectiva de alguien a quien le detectan ahora un cáncer de mama respecto a lo que ocurría hace años?

Las perspectivas son mucho mejores. Todo depende de en qué punto se coge la enfermedad. Si se coge en los estadios tempranos, hay cirugía y luego el médico determina si se trata además con quimioterapia o con otro fármaco para prevenir la posible aparición de metástasis. Cuando el cáncer ya es metastásico, el pronóstico es mucho peor, pero también se está consiguiendo con algunos fármacos llegar a parar el cáncer durante un tiempo. El objetivo es llegarlo a cronificar y que las pacientes acaben muriendo con cáncer y no de cáncer.

Si Omomyc funciona con todo tipo de cánceres y se sabe que previene la metástasis, ¿esto podría ser la base del principio del fin de aquellos cánceres que se detectan pronto?

A nosotros nos gusta pensar esto y estamos trabajando en Omomyc desde hace muchos años porque creemos que puede ser una herramienta muy potente para la lucha contra el cáncer, pero sería una herramienta más de las que hay a día de hoy.

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