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Los elefantes tienen bigotes en la trompa que les permiten agarrar con precisión

Vistas frontal y lateral de dos de las trompas analizadas

Antonio Martínez Ron

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Si se le pide a un niño que pinte un elefante, es bastante improbable que lo pinte con bigotes. Y, sin embargo, estos animales los tienen; una serie de pelos de gran grosor dispuestos a lo largo de la trompa que mejoran su sensibilidad táctil y les ayudan a construir su imagen del mundo.  

En un trabajo publicado este jueves en la revista Communications Biology, Michael Brecht y su equipo han examinado por primera vez con detalle los bigotes gruesos en la trompa de los elefantes y han descubierto aspectos que se desconocían desde que se describieron en 1890. “Hemos estudiado el bigote de la trompa en elefantes africanos y asiáticos y hemos descubierto que los primeros tienen bigotes en su trompa mucho más prominentes”, explica Brecht a elDiario.es.

Los autores han examinado las trompas y los bigotes de seis elefantes africanos y ocho asiáticos que habían muerto por causas naturales o habían sido sacrificados por un veterinario debido a complicaciones graves de salud. Las muestras procedían de once adultos, un juvenil y 2 neonatos y, con el fin de analizar las diferencias con las de otros mamíferos, se compararon con las de los bigotes de ratas macho de seis semanas de edad.

Inmóviles pero sensibles

Lo que han visto es que los elefantes africanos de sabana tienen casi el doble de pelos en la trompa que los asiáticos y que tienen un bigote más denso en el extremo de la trompa. Así, por ejemplo un elefante africano recién nacido tenía 1.220 bigotes en la trompa, mientras que el elefante asiático recién nacido tenía 986. En ambas especies los bigotes están dispuestos asimétricamente alrededor de la trompa y con algunas variaciones en su densidad. 

Los autores también observaron una clara diferencia con los bigotes de las ratas. Mientras que los pelos de la trompa de elefante son gruesos, resistentes y cilíndricos, los de las ratas tienen forma afilada y cónica. Además, los de los paquidermos no son móviles como los de muchas especies de roedores, aunque contribuyen a la sensibilidad táctil y ayudan al cerebro a detectar movimientos y sostener objetos. “Los bigotes de los elefantes no se mueven solos”, señala Brecht, “son bastante diferentes de los bigotes faciales simétricos y móviles de otros mamíferos y probablemente evolucionaron para contribuir a la manipulación de la trompa”.

Elefantes zurdos y diestros

Otro aspecto llamativo del estudio es que las trompas muestran una lateralización muy marcada del bigote, es decir, una acumulación mayor de pelos a la izquierda o derecha del apéndice nasal en función del desgaste por su uso. “A diferencia de los bigotes faciales de otros mamíferos, los bigotes de los elefantes muestran marcadas asimetrías izquierda/derecha”, explica el autor principal del trabajo. “Estas asimetrías son probablemente el resultado de la abrasión por comportamientos lateralizados de la trompa, es decir, la tendencia de los elefantes adultos a agarrar objetos con la izquierda o con la derecha”.

Los investigadores querían conocer cómo se mueven estos pelos del bigote cuando el animal usa su trompa para asir un objeto. En las imágenes grabadas de una elefante asiática hembra mientras extrae fruta de una caja, los autores confirmaron que los bigotes estaban inmóviles durante la maniobra. Esto no significa que los pelos no ayuden a estos animales a sentir objetos, sino que es el movimiento de la trompa el que dirige su posición. 

“Los elefantes a menudo cargan o equilibran objetos en la parte inferior de su trompa”, indica Brecht. “A lo largo de los bordes de la parte inferior de la trompa hay bigotes que probablemente sirvan como detectores de 'caída' y, por lo tanto, ayuden al elefante a mantener en equilibrio los objetos que agarran”.

“Una trompa con patas”

“Cuando tocan algo con los pelos ellos lo notan, de eso sí te das cuenta en el día a día”, explica María Delclaux, conservadora de mamíferos terrestres y veterinaria del Zoo de Madrid. A su juicio, el estudio es una aportación muy seria e interesante para el conocimiento de estos animales. “Se creía que tenían un sentido táctil, pero no conocíamos tan en profundidad su distribución y por qué tienen más en unos sitios que en otros”. 

Para el biólogo Antonio José Osuna Mascaró, especialista en comportamiento animal, el artículo es interesante porque evidencia lo mucho que nos queda por saber acerca de cómo perciben el mundo otras especies. “Para nosotros el mundo es muy visual, pero para los elefantes es muy táctil y olfativo”, asegura. “Podemos pensar en ellos casi como una trompa con patas”. 

Osuna recuerda que la nariz de estos animales es tremendamente versátil y apunta que una forma intuitiva de acercarnos a su universo mental es pensar en el nervio infra-orbital que conduce información táctil de la trompa al cerebro. “Es el triple de grueso que el nervio visual (con 4 millones de axones), y más que cualquier otro nervio sensorial”, apunta. “Así que al definir el papel que juegan estos bigotes, este trabajo nos ayuda a perfilar un poquito más esa imagen mental que tenemos de qué se siente al ser un elefante”.

Las trompas del elefante son increíbles herramientas táctiles multiuso. Son capaces de recoger totopos de maíz [nachos] sin romperlos

Andrew Schulz Investigador del Instituto Max Planck

Andrew Schulz, investigador del Instituto Max Planck que estudia la biomecánica de la trompa de los elefantes, cree que los autores han hecho un excelente trabajo al comparar el elefante africano y el elefante asiático. “Comprender la anatomía es uno de los primeros pasos para comprender a estos animales y es asombroso ver pruebas científicas que muestran otra multiherramienta en el arsenal muscular de los elefantes”, asegura.

Schulz considera que los bigotes son otra de las características de esas “increíbles herramientas táctiles multiuso” que son las trompas de los elefantes. “Son una especie increíble”, insiste. “Se ha documentado que los elefantes son capaces de recoger totopos de maíz [nachos] sin romperlos y es probable que el uso de los bigotes en la punta les ayude a agarrarlos”.

Delclaux destaca que la diferencia entre elefantes africanos y asiáticos se explique por el tipo de dieta. “Según los autores, como el africano busca una diversidad más amplia de alimentos tiene mayor densidad de pelos, mientras que el asiático es más de hierba o de rama”, señala. En cuanto a la pericia que tienen con la trompa, la especialista señala que son como manos. “En la punta tienen un apéndice y los usan como dedos que, junto a la cantidad de musculatura, les permiten movimientos muy complejos. Por eso les damos constantemente ramas y objetos para que los ejerciten”.

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