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Instagram y los adolescentes: cuanto más lo usan, más riesgo tienen de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria

Una imagen de archivo de la aplicación de Instagram

Raúl Novoa

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Las redes sociales se han instalado en las sociedades antes de que diese tiempo a establecer criterios de uso éticos, morales y saludables. Desde hace tiempo los expertos vienen alertando de que su utilización puede empeorar la salud mental de los usuarios. Ahora, un estudio pionero realizado con jóvenes adolescentes españoles concluye que la adicción a redes sociales –o pasar mucho tiempo navegando en ellas– es un factor de riesgo para padecer un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) y que Instagram es la más perjudicial en este sentido. Según datos del Gobierno, cerca de 400.0000 jóvenes sufren trastornos de este tipo

Para la muestra se ha estudiado a 653 adolescentes españoles de entre 12 y 17 años de la zona de Valle de Ricote (Región de Murcia), pero hasta la fecha no hay un trabajo igual que relacione estas variables en España. Los resultados muestran que las redes que más riesgo de desarrollar TCA –la bulimia o la anorexia están entre los más conocidos– presentan son aquellas en las que más se ve el físico de los usuarios. Es conocida la edición de fotos y el uso de filtros en las redes, que “se suele hacer para mejorar nuestro aspecto, y estas alteraciones pueden crear una representación poco realista del cuerpo humano y una insatisfacción personal. Puede haber incluso un enmascaramiento de la propia imagen y esto es más peligroso en jóvenes, que son los que más padecen estos trastornos o malas relaciones con la comida”, explica a este diario Josefa María Panisello Royo, una de las investigadoras del estudio.

Instagram es la red social que más afecta a la percepción de la autoimagen de los jóvenes aumentando las probabilidades de riesgo de padecer un TCA en un 20% de sus usuarios, según los datos de la investigación. Le siguen TikTok y Twitter, “aunque los datos no son significativos”, puntualiza José Francisco López-Gil, investigador principal del proyecto. Comprobando los mismos resultados, un 87,6% de los jóvenes usa la aplicación de Meta, solo superada por Whatsapp, que es utilizada por el 96%. En total, como recogen en otro informe, más del 90% de los adolescentes utiliza redes sociales

En cuanto a los comportamientos, tanto tener más adicción a las redes sociales como un mayor tiempo de uso provocan una mayor probabilidad de sufrir un Trastorno de la Conducta Alimentaria. El estudio también sostiene que un mayor uso de las redes conlleva más modificaciones en el estado del ánimo, como la excitación o la relajación. “Ya no hablamos del modo de consumo de las redes, sino de que utilizarlas más tiempo es peligroso. Dedicarles dos horas va a ser mejor que usarlas tres, ignorando el modo de uso”, indica la científica. Además, alerta, “son aplicaciones que funcionan bajo el sistema de recompensa, es más fácil de lo que pensamos generar adicción a ellas”.

De hecho, en la propia plataforma hay cuentas que incluso favorecen directamente estos trastornos. La organización Fairplay for kids elaboró el estudio Diseñando para el desorden: La burbuja de los trastornos alimentarios de Instagram, en el que alertaba de al menos 90.000 cuentas que fomentan dietas restrictivas y pérdidas de peso extremo, que pueden alcanzar a unos 20 millones de usuarios.  

Otros factores de riesgo a sufrir trastornos como la bulimia o la anorexia, según otro estudio, son la clase social o el género: tener menos ingresos, ser mujer o de una población discriminada aumenta la probabilidad de padecer un TCA. “Las causas son multifactoriales, pero las redes juegan un gran papel independientemente del factor socioeconómico o el género”, resalta en este sentido Panisello. 

Urge tomar medidas

Este trabajo pionero advierte de que hay que intervenir en la población con campañas de prevención de riesgos. “Hay que reivindicar una legislación y que se comunique”, demanda Panisello Royo. Al ser un estudio enfocado en jóvenes españoles, “nos está diciendo que el problema está muy presente aquí”, resalta.

Para mejorar nuestra salud, según la investigadora, es vital establecer rutinas de estilo de vida saludables. “El tiempo que los adolescentes pasan con las redes es conflictivo, porque se lo están quitando al ocio o al deporte. Es de vital importancia tener una rutina clara en la que hagamos ejercicio físico y socialicemos”, recomienda. “Este es un problema que afecta a la salud mental, pero que también puede dejar secuelas físicas”, censura. En este sentido, y aunque no es específico de redes sociales, tras un acuerdo de Más País y el Ministerio de Hacienda, España contará con un Observatorio de Trastornos de Conductas Alimentarias.

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