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Sanidad comete centenares de errores al corregir los exámenes del MIR

Varios universitarios antes de examinarse para obtener una plaza en los hospitales de Madrid. \ Efe

Jesús Travieso

A la incertidumbre por el resultado obtenido se suma la de si la corrección del examen ha sido adecuada. Los estudiantes de Medicina, Farmacia, Enfermería o Física que se presentaron a los exámenes de Formación Sanitaria Especializada (que aglutina el MIR para médicos y el FIR para farmacéuticos, entre otros) se encontraron con la sorpresa a principios de esta semana de que la corrección realizada de sus exámenes y las respuestas correctas del mismo no coincidían. El sistema de corrección falló, dando en la mayoría de casos por incorrectas las respuestas correctas.

Un fallo de informatización de los exámenes ha provocado centenares de quejas de los estudiantes ante las distintas subdelegaciones del Gobierno, encargadas de recoger las reclamaciones. A pesar de que el plazo de reclamaciones no ha comenzado, el Ministerio de Sanidad ha anunciado que va a volver a revisar las 28.830 pruebas que se realizaron.

“Teníamos una copia de la plantilla original en la que venían las respuestas al examen, y nos llegó nuestro examen con lo que habíamos acertado o fallado. Nos ha pasado a muchos, pero a mí la corrección me ha cambiado hasta 17 respuestas, que no se corresponden con lo que yo puse”, cuenta Ana, una de las aspirantes de Medicina que se presentó al examen realizado el 31 de enero. Su caso es uno de los más graves, ya que varios estudiantes consultados por eldiario.es revelan que la mayoría de sus compañeros cuentan con entre dos y cuatro respuestas mal corregidas.

Pero este número de errores en apariencia exiguo tiene importancia dentro del sistema para aprobar y contar con un puesto más o menos alto en el escalafón para elegir especialidad. Cada fallo en la prueba supone la resta de un tercio con respecto a lo respondido correctamente. Según cálculos del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), “una respuesta incorrecta puede suponer hasta 100 puestos en la lista que determinará el lugar en el que el estudiante puede escoger qué tipo de residencia realizará”, relata Guillermo Viguera, portavoz de la asociación.

Por tanto, en casos como el de la estudiante que ha sufrido la mala corrección de hasta 17 respuestas, que no se hubiese detectado este problema a tiempo podría haberle supuesto la repetición del MIR, al perder casi todas las opciones de hacerse con una de las 7.527 plazas disponibles para la Formación Sanitaria Especializada.

El sistema de examen para los aspirantes al MIR y demás carreras consta de 225 preguntas, a las que se suman 10 de reserva. Cada cuestión ofrece cinco posibles respuestas ordenadas del 1 al 5, de las cuales el estudiante debe escoger una. Para corregirlo, la empresa subcontrada por el Ministerio informatiza las pruebas y va comparando con una plantilla donde aparecen los números correctos de cada pregunta. Un sistema que desde el CEEM aseguran que no ofrece las garantías suficientes y que ya había fallado, pero que nunca a estos niveles, donde en un solo día se doblaron todas las reclamaciones interpuestas en la convocatoria del año pasado.

Los errores más comunes que han experimentado los estudiantes consultados por este diario están en que en una pregunta en la que responden con la opción número 4, el ordenador lo cambia por la opción número 1, además de al elegir la 3 la máquina haya entendido que has respondido con la 5. En algunos casos, una pregunta que sí se había respondido, al corregirla aparece que se ha dejado en blanco.

Sanidad resta importancia a lo ocurrido y niega que se haya producido un error masivo. A través de su director general de Ordenación Profesional, Carlos Moreno, el Ministerio ha asegurado que solo se han presentado 600 reclamaciones. Esta cifra supone el doble de todas las presentadas el pasado año, y es seguro que el número aumente. El Ministerio solo comunicó los datos de las quejas interpuestas en la subdelegación del Gobierno de Madrid fuera del plazo estipulado y en un solo día. Faltan por sumarse las de otras ciudades y las de días posteriores, además de las que se comiencen a recibir a partir del 27 de febrero, fecha oficial para iniciar las reclamaciones.

Los fallos de corrección también van a provocar que los estudiantes no puedan calcular con qué puesto contarán para elegir antes o después su especialidad. Para aprobar es necesario obtener como mínimo una nota que se corresponde con el 35% de la media de los 10 mejores exámenes de cada área. Posteriormente, esa calificación determinará si se puede acceder a una de las 7.000 plazas disponibles y en qué puesto de la lista. Si no se producen errores de corrección de esta magnitud, los estudiantes ya saben con su nota provisional a qué aspiran. Su puesto apenas variará al salir la nota definitiva. Este año, y si Sanidad no revisa a tiempo todos los exámenes, no podrán hacerse una idea de cuáles deben ser sus objetivos para una posible residencia.

Por el momento no se sabe si los fallos del sistema informático y la posterior decisión de Sanidad de volver a revisar todo provocarán el retraso de la publicación de notas definitivas. Los estudiantes cuentan con la palabra del Ministerio de volver a corregir los exámenes. Todo con el objetivo de evitar que se produzcan otros problemas derivados de la mala corrección. “El régimen competitivo del sistema para acceder a la residencia podría provocar que los beneficiados por los fallos al informatizar los exámenes no reclamasen, subiendo su calificación y puestos en el escalafón”, asegura Anxo, otro de los estudiantes que realizó el MIR.

Desde la CEEM aseguran que ya habían avisado de la precariedad de este sistema de corrección. Para evitar un caos como el provocado en esta convocatoria, proponen que la corrección de los exámenes se haga con una plantilla en la que los cuadros de las respuestas correctas estén sombreados. Así no sería necesario transcribir a ordenador directamente los números escogidos por los estudiantes para revisar cada prueba.

Este medio se ha puesto en contacto con Sanidad para recabar su versión sobre lo ocurrido: si la empresa subcontratada que corrige las pruebas es nueva, si es la misma de años atrás o si dispone de un número actualizado de reclamaciones. Al cierre de este artículo, el Ministerio no había respondido.

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