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De la silla de ruedas a poder andar: los avances más punteros frente a la paraplejia

Michel Roccati, paciente que sufre de paraplejia, camina por el Complejo de la Escuela Politécnica Federal de Lausana tras haber recibido un implante en la médula espinal.

Esther Samper

21 de febrero de 2022 22:49 h

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Hace unos días, medios de comunicación de multitud de países se hicieron eco de los últimos resultados de una prometedora investigación para que los parapléjicos vuelvan a andar. Un equipo de investigadores suizos ha conseguido que tres varones de entre 29 y 41 años con lesión medular completa puedan volver a realizar actividades como caminar, remar o montar en una bicicleta adaptada gracias a implantes con 16 electrodos colocados sobre la médula espinal. Los espectaculares avances son fruto de más de una década de investigaciones sobre dispositivos que estimulan los nervios espinales. Sus resultados se han publicado recientemente en la revista Nature Medicine.

Las personas parapléjicas son incapaces de realizar actividades como andar porque las conexiones entre el cerebro y los nervios de los músculos de las piernas están rotas debido a lesiones de la médula espinal. Lo que consiguen tecnologías como estos dispositivos con electrodos es sustituir la función del cerebro y enviar directamente los estímulos eléctricos, coordinados y sincronizados, a los nervios de los músculos para moverlos, saltándose la zona nerviosa dañada.

La novedad que presenta esta investigación, con respecto a otras anteriores, es el uso de un dispositivo con electrodos especialmente diseñado y fabricado para activar de forma precisa los nervios de la médula espinal que activan los músculos de las piernas y el tronco y así hacer posible varias actividades en personas con lesión medular. Antes de este enfoque, se adaptaban dispositivos cuyo fin era aliviar el dolor. Por otra parte, este dispositivo está conectado a un neuroestimulador (similar a un marcapasos), localizado en el abdomen, que recibe señales inalámbricas de una tableta con parámetros cuidadosamente definidos de estimulación nerviosa (generados por inteligencia artificial).

Gracias a este sistema, los voluntarios que participan en un ensayo clínico pueden mover los músculos de sus piernas y troncos de forma independiente fuera del laboratorio, gracias a dicha tableta. Para ello, los pacientes tuvieron que pasar por un proceso de neurorrehabilitación. Esta gran autonomía que disfrutan los usuarios de este dispositivo es una notable ventaja frente a otras estrategias para permitir la marcha en parapléjicos, pues estas emplean tecnologías aparatosas que limitan su ámbito de utilización.

Además, cada patrón de estimulación nerviosa está específicamente adaptado a cada paciente, lo que supone mejores resultados en las diferentes actividades motoras que pueden desarrollar las personas con paraplejia, tanto en la rapidez con la que pueden empezar a andar (en torno a un día), como en la calidad del movimiento que se consigue.

Este estudio, que aún se encuentra en marcha y en el que participarán más personas en un futuro próximo, comprobará también la eficacia del sistema en parapléjicos con diferentes edades y tipos de lesión medular. Los investigadores han observado que la respuesta motora de los pacientes es mejor cuanto más jóvenes sean, pero es preciso averiguar si esta estrategia resulta de utilidad en personas ancianas.

Exoesqueletos para volver a andar

Más allá del ilusionante enfoque de estimular eléctricamente la médula espinal a través de implantes para recuperar la marcha en personas con lesión medular, existen otros métodos experimentales que han progresado de forma considerable en los últimos años. Uno de ellos consiste en usar exoesqueletos controlados por el pensamiento gracias a interfaces cerebro-ordenador o a través de dispositivos externos. Así, cuando el usuario activa ciertas neuronas en un área particular del cerebro, unos sensores registran esta actividad y la envían a un ordenador para que dicte órdenes a una máquina que permite emprender la marcha. Otra opción es utilizar mandos específicos para controlar el exoesqueleto.

Gracias a este enfoque, multitud de personas con lesiones medulares han vuelto a andar y son ya varias las empresas que comercializan exoesqueletos con diferentes prestaciones y precios dirigidos a parapléjicos o a personas con movilidad reducida. En España, la compañía barcelonesa ABLE Human Motion ya ha probado su exoesqueleto en más de 100 personas con lesión medular y espera salir al mercado a principios del año 2023.

El Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, junto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y otras instituciones, van a probar próximamente este sistema ABLE como parte de un robot híbrido dentro del proyecto de investigación TAILOR. El objetivo es integrar un dispositivo de estimulación eléctrica en dicho exoesqueleto para aplicar una terapia híbrida que potencie la rehabilitación personalizada en pacientes con lesiones medulares o que han sufrido un ictus.

Células y nervios para reparar la médula espinal

Otra estrategia para devolver el movimiento de las piernas a las personas con paraplejia es atajar la raíz del problema: la lesión en la médula espinal. En lugar de recurrir a tecnologías avanzadas que sustituyan la función de la médula, la idea es hacer que esta vuelva a funcionar mediante su reparación biológica. Aunque, por ahora, son enfoques muy experimentales, algunos ensayos clínicos han demostrado que es posible la reparación de la médula espinal bajo ciertas condiciones. 

En la actualidad, se están evaluando en ensayos clínicos tanto las células madre neurales como las células del bulbo olfatorio para reparar la médula espinal. Los resultados son muy variables según las características de la lesión, pero en algunos casos ha sido posible que personas parapléjicas puedan volver a andar o recuperen parte de la funcionalidad de sus piernas. Más allá de esta terapia celular, otra opción es la cirugía de transferencia de nervios para hacer un “puente” en torno a la zona lesionada de la médula espinal. Varios estudios han demostrado muy buenos resultados para recuperar la movilidad de manos y brazos y también ciertas mejorías en la función de las piernas de parapléjicos.

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