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Los técnicos empujan a Sanidad a aplazar la retirada de la mascarilla en interiores hasta después de Semana Santa

El interior de un bar en Barcelona a mediados de octubre de 2021.

Sofía Pérez Mendoza

5 de abril de 2022 13:11 h

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Los técnicos de la Ponencia de Alertas, formada por expertos del Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas, han cortado el paso a retirar la mascarilla en interiores antes de la Semana Santa. En un borrador de propuesta, que ya se ha enviado a los consejeros autonómicos, los expertos recomiendan esperar a que pasen las vacaciones. El órgano también lo ha manifestado al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias cuando se le consultó qué fecha sería más adecuada para tomar la decisión. Ante la proximidad de las vacaciones, el Gobierno barajaba acelerar la decisión al Jueves Santo pero recibió la negativa de los técnicos, confirman fuentes cercanas a estas negociaciones.

El periodo vacacional es una época de gran movilidad e interacciones y hace apenas una semana y media que se han levantado los aislamientos para casos leves y asintomáticos. Son dos motivos que esgrimen varias comunidades partidarias de estirar más la decisión. Andalucía prefiere dar el paso en “unos meses”, una vez pase la Semana Santa y la Feria de Abril en Sevilla. Y Extremadura pide “no correr en exceso” porque la nueva fase, en la que solo se están contando los casos graves y los producidos en colectivos vulnerables, lleva aplicándose “poco tiempo”.

Frente a estos territorios está Madrid, que lleva pidiendo dar el salto desde hace semanas, y Catalunya, favorable a quitar las mascarillas ya en las escuelas. La mayoría de comunidades aseguran, sin embargo, que seguirán la decisión técnica. Todas las posturas van a encontrarse este miércoles en la reunión del Consejo Interterritorial donde se abordará el asunto, aunque la cuestión no figura en el orden del día.

Un mes después de que el Gobierno anunciara que la retirada sería “muy pronto”, hay flecos que cerrar en varios ámbitos. Por un lado, dentro de la propia Ponencia de Alertas, donde hay consenso sobre que en ningún caso debe quitarse antes de las vacaciones, pero existen desacuerdos en cuanto a los espacios que quedarán o no liberados de su uso obligatorio.

Las salvedades a la retirada

Lo que está claro a estas alturas es que la retirada no será total. El documento recibido por las consejerías, adelantado por El Mundo y al que ha tenido acceso elDiario.es, establece algunas excepciones a la retirada general en una primera fase: hospitales, residencias y transporte. La Ponencia recomienda que la mascarilla siga siendo obligatoria para los trabajadores y visitantes de centros sanitarios y también para las personas ingresadas cuando estén en espacios compartidos fuera de su habitación, como los pasillos, al ser lugares de alto riesgo.

Si las autoridades siguen el criterio técnico, la obligatoriedad también afectaría a los trabajadores y visitantes de centros sociosanitarios en zonas compartidas, pero no a los residentes. “Dado que la institución constituye el domicilio de las personas que allí residen, se considera que el uso permanente de la mascarilla afecta al bienestar de estas personas”, argumenta la Ponencia. La salvedad del transporte se justifica porque “se concentra mucha población en espacios pequeños con poca distancia interpersonal y a veces durante largos periodos de tiempo”.

Los espacios con uso “recomendable”

Aunque se ha remitido a los consejeros, la propuesta no está cerrada y podría someterse a cambios. En el último documento, del 31 de marzo, se citan una serie de situaciones y personas para las que la mascarilla será de uso recomendado. La población vulnerable cuando tenga un contacto “prolongado” con personas a una distancia inferior a 1,5 metros; profesores en situación de vulnerabilidad; en el trabajo siempre que no se pueda mantener la distancia ni la ventilación; en reuniones de amigos y celebraciones privadas –teniendo en cuenta sobre todo si hay alguien vulnerable–; y en lugares de uso público como comercios, cines, teatros, salas de conciertos o museos. También en bares, restaurantes y locales de ocio nocturno, donde se bebe y se come. Los puntos que despiertan más consenso son los relativos a los lugares públicos.

En la escuela, no

También hay bastante acuerdo en el ámbito escolar. Los técnicos aconsejan que los colegios queden liberados del uso de mascarillas, en el patio y también en las aulas. “Tiene un impacto en la interacción social y desarrollo personal por lo que el beneficio de la retirada de la mascarilla en interiores podría superar el posible riesgo de transmisión asociado a este grupo”, justifica la propuesta de la Ponencia, que sí recomienda mantenerla en el profesorado más vulnerable.

La Ponencia reconoce que la mascarilla “es la principal medida de prevención” y recuerda que su uso, independientemente de las normas, “está en gran parte sujeto a la responsabilidad de cada persona”. Es muy eficaz para reducir la transmisión pero, en el reverso, “reduce la capacidad de comunicarse y tener una interacción adecuada con otras personas”, apuntan los técnicos, que argumentan que ha llegado el momento de “comenzar a reevaluar las medidas no farmacológicas para reducir la transmisión” y así ir “recuperando la normalidad en aquellos contextos en los que se estime que el balance riesgo beneficio pueda justificarlo”.

¿A partir de qué día?

A la mascarilla le quedan los días contados. Sin embargo, todavía no está claro cuándo se tomará la decisión, en qué órgano y para qué día. El procedimiento habitual sería que la propuesta de la Ponencia, como pasa con otros asuntos, sea aprobada primero por la Comisión de Salud Pública, formada por los directores generales, pero algunos consejeros son escépticos con que se siga el proceso y creen que podría debatirse directamente en el Consejo Interterritorial. En todo caso, la decisión tendría que pasar por el Consejo de Ministros, toda vez que se trata de un real decreto.

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