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“Para la universidad pública es una cuestión casi de supervivencia que gobierne la izquierda”

José Carrillo, rector de la Universidad Complutense de Madrid.

Daniel Sánchez Caballero

José Carrillo (París, 1952) aspira a ser reelegido rector de la Universidad Complutense de Madrid en las elecciones que sus cuatro contrincantes dicen que son las más politizadas que ha tenido este centro, el más grande de España, el 5 de mayo. Como bagaje, este catedrático de Matemática Aplicada presenta una defensa a ultranza de la universidad pública y su gestión de la crisis, que dice haber resuelto reduciendo la deuda y sin costes sociales. En los últimos meses se ha visto señalado por acusaciones de favorecer a Podemos —que surgió en esta universidad— y apoyarse en ellos para asegurarse la reelección. Él lo niega, aunque no esconde sus simpatías por la izquierda política y su deseo de que gane las próximas elecciones a la Comunidad de Madrid.

¿Por qué deben reelegirle rector?

He demostrado con mi equipo que he sido capaz de gestionar este centro en el peor momento de la universidad y sacarlo de una situación muy difícil en la que estaba hace cuatro años en lo económico y en lo académico. Entiendo que tengo un aval en ese sentido y entiendo que otros candidatos, no. Es más, otros han tenido responsabilidades de gestión tanto en la universidad como en otros ámbitos como el Ministerio de Educación y no han tenido ese interés por lo público.

¿Puede concretar a qué se refiere con esa capacidad de gestión?

Hace cuatro años teníamos una deuda de 150 millones de euros. Pagábamos las facturas con 18 meses de retraso. Hoy las pagamos con 72 días. Hemos reducido y refinanciado la deuda, llevamos tres años con equilibrio presupuestario. Lo hemos conseguido sin despidos ni recortes salariales. Somos la única universidad pública que, pese a partir de una situación peor que otras, hemos conseguido esto sin costes sociales. También hemos avanzado en lo académico, en la docencia, la investigación y la internacionalización de la universidad. Cuando oigo los discursos de mis contrincantes me pregunto si no estamos en una campaña esquizofrénica, porque creo que hablan de una universidad que no conocen. En este momento la universidad está a flote. Otros la hundieron.

Todo esto es muy 'macro'. Al profesor que viene a trabajar aquí cada día, ¿cómo le ha mejorado la vida?

El profesor ha sufrido los recortes como todos, porque la Comunidad de Madrid nos ha recortado la nominativa. Hemos dejado de ingresar 210 millones de euros, por lo tanto ha tenido un impacto sobre la plantilla. Pero a pesar de ello la hemos mantenido. Hemos sacado 300 plazas para hacer estables a los contratados doctores y que se puedan quedar en la universidad. Ha habido reducción de plantilla por la tasa de reposición, pero muchos profesores que en otro contexto estarían en la calle y que en otras universidades se han ido a la calle siguen aquí. También hay profesores con mayores expectativas que no se han cumplido, puede ser cierto, pero porque era imposible en un contexto económico como el que teníamos. Hablo de promoción a catedráticos, etc. También hemos mejorado la oferta de títulos. Tenemos 78 grados en este momento y hace cuatro años teníamos 74 licenciaturas y diplomaturas.

¿Qué espera de las elecciones a las Comunidad de Madrid?

Lo que indican los datos es que estamos ante un cambio de ciclo. Espero que haya cambios de políticas en torno a lo público. Que vaya apuntando hacia una recuperación de los precios públicos hacia lo que había en 2010-11, que haya una bajada de tasas, aunque ya eran precios bastante altos para nosotros si nos comparamos con Francia o Alemania. Y por otra parte recuperación de la financiación de las universidades públicas de Madrid.

¿Tiene un favorito? ¿Quién le conviene más a la universidad?

No es cuestión de favoritos. Espero que los partidos progresistas tengan la suficiente habilidad para ponerse de acuerdo porque entiendo que no habrá mayorías absolutas. Por tanto entiendo que para que haya un cambio tiene que haber entendimiento entre los partidos de izquierdas: PSOE, Podemos, IU. Si ganan los que ahora gobiernan, volveremos a los recortes. No hay garantía de que si ganan en octubre, no tengamos un nuevo recorte, lo han hecho durante dos años. Para la universidad pública es casi cuestión de superviviencia que haya ese cambio.

Sus rivales le acusan de tener una candidatura muy politizada.

No tanto. ¿Quién la politiza? Me acusa Federico Morán, que fue alto cargo del Ministerio de Educación [con el actual ministro]. Rafael Calduch es de UPyD. No están muy cualificados para hablar de politización. Aparte, la política es buena, hay que hacer política. Mi candidatura la apoya gente de todo signo político que apoya la defensa de una universidad pública. Es verdad que yo me he opuesto a las políticas de la Comunidad de recortes de presupuestos, a la subida de las tasas, me he opuesto al 3+2 antes de que existiera el decreto. ¿Eso es politizar? Es defender lo público. Si hacen un decreto del 3+2 que supone un recorte de mil millones en la universidad pública, los rectores tenemos que protestar. Igual cuando protestamos contra los recortes de la Comunidad. Lo mismo cuando apostamos por tasas bajas.

Pero sus contrincantes le acusan de tener un pacto con Podemos.

No hay ningún pacto. Yo solo he leído dos declaraciones de dirigentes de Podemos alabando la gestión pública que hemos hecho estos años en la Complutense, no hay más. También la directora general de Universidades de Madrid [del PP] dijo que la mejor gestión era de la Complutense y no tengo ningún pacto con el PP. El único apoyo que he recabado públicamente es el de mi sindicato, CCOO. Si hubiera algún pacto con Podemos, no tendría inconveniente en decirlo, para mí Podemos no es el diablo. Otra cosa es que me puedan apoyar.

Es verdad es que en mi gabinete hay un responsable de Podemos, pero en mi equipo gerencial hay gente de todo signo político. Lo del pacto es un argumento que utilizan algunos pero no tiene base alguna. Un alto cargo del PP también nos pidió la excedencia por cuestiones de campaña electoral y se la hemos concedido. Son cosas normales en la universidad que no hay que sacar de quicio.

Usted nombró a Pablo Iglesias profesor honorario de la Complutense.

Sí, pero él ya era profesor de universidad. Lo propuse como profesor honorífico porque entiendo que lo que han hecho Podemos y Pablo Iglesias es un hito político que se estudiará en todas las universidades del mundo. Que en tres meses se pase de la nada a una posición política importante es un fenómeno importante. Qué mejor que tener al original para explicarlo y no recurrir a otros. Ser profesor honorífico no supone ningún salario, solo significa la posibilidad de entrar en algún seminario o clase sin remuneración. De hecho el favor nos lo ha hecho Pablo Iglesias, cuando fue nombrado se comprometió a invitar a 40 estudiantes al Parlamento Europeo y cumplió.

¿Entiende entonces que la presencia de Podemos es un activo para la universidad?

No es un activo ni un pasivo. Es un hecho. Algunos dirigentes han salido de la Complutense, otros de la Universidad de Alcalá o de la de Sevilla. Podemos es un fenómeno que surge por determinadas carencias de otros partidos por una situación de crisis económica donde no se aportan soluciones.

¿Cómo va el expediente a Juan Carlos Monedero por su supuesta incompatibilidad?

Algunos esperaban que aplicase justicia rápida, pero en la universidad ningún proceso sancionador es tan rápido. Aparte de que tenemos poco personal, pasa por procesos determinados de información reservada. Ningún proceso sancionador ha durado menos de un año en esta universidad, incluso en procesos muy simples. Hay que ir con cuidado. Cuando pongo una sanción luego la recurren y hay que ir a los tribunales. El caso Monedero está siguiendo su curso normal.

Habla del llamado decreto del 3+2. ¿Habrá grados de tres años si sale reelegido?llamado decreto del 3+2

Mi compromiso es que no se haga, refrendado por el Consejo de Gobierno.

Decreto de creación de nuevos centros. ¿Le preocupa que aparezcan más universidades privadas en Madrid?

Ya tenemos nueve. Me preocupa porque no son centros de calidad, son bastante malos quitando alguna histórica que se salva. Son negocios, y me preocupa que la enseñanza se convierta en un negocio, aunque ya la han convertido. El decreto no garantiza la calidad en absoluto. Estamos teniendo ya problemas con las privadas en ámbitos como la Medicina. Son privadas pero compiten con nosotros en ámbitos públicos como son los hospitales. Hemos tenido que salir ya de algún hospital público porque entraba alguna privada con muchos alumnos.

Decreto de acreditación del profesorado. Se cambiará el sistema a uno más cualitativo en el que gana peso la experiencia profesional frente a la investigadora. ¿Qué le parece?

Puede ser positivo en algunos ámbitos muy reducidos, por ejemplo quizá en alguno relacionado con la Medicina, donde la investigación clínica no entra en los parámetros clásicos de la investigación y es difícil obtener sexenios. Aunque como últimamente no se han sacado plazas, esto no es tan cierto. También en ámbitos como algunas ingenierías, donde la experiencia profesional pueda ser un valor añadido. Pero en general suprimir en ámbitos como ciencias básicas la experiencia investigadora por experiencia profesional es acabar con la investigación en este país.

Hablemos de episodios concretos que han ocurrido en la universidad. ¿Han arreglado la polémica con el almacenamiento de cadáveres para las clases?

Hemos estado poniendo orden estos meses. Hemos retirado los restos que había en el departamento. Hemos fundido los dos departamentos de Anatomía, hemos hecho obras para mejorar la situación y las condiciones de trabajo, en particular la ventilación. La semana pasada aprobamos la creación del centro de donación de cuerpos y gestión de las aulas de disección que no va a depender del departamento. Hay un consejo provisional para tres meses que hará un nuevo reglamento y tendrán un funcionamiento distinto que no permita que vuelva a pasar lo que pasó. En el ámbito sancionador, cuando acabe esto tengo que tomar conocimiento del informe que se elaboró y a partir de ahí abrir los expedientes sancionadores que correspondan.

¿Se plantea la universidad en algún momento retirar el doctorado honoris causa a Mario Conde?

Se ha planteado, pero los procedimientos parecen complicados. Si no, posiblemente habríamos retirado unos cuantos. Pero no era un tema trivial. Tenemos unos cuantos honoris que igual no se tenían que haber dado nunca, pero por compromisos políticos de alguna época se dieron.

Incidentes. Es habitual que cada vez que hay huelga ocurran, sobre todo en el campus de Somosaguas. ¿Es demasiado permisivo, como le acusan desde ciertos sectores?

No es una cuestión de laxitud. Hemos tomado medidas y tenemos que tomar más. Pero situaciones como las que ocurren allí no tienen fácil solución. La solución pasa por movilizar a los estudiantes, generar tejido estudiantil que sea el que tome las riendas de las movilizaciones. Algunos piensan en la intervención policial, pero eso es pan para hoy y hambre para mañana, resuelve un problema de cinco minutos pero genera uno para cinco meses. Pasa en muchas universidades. No son cuestiones de orden público.

Parece que todos los problemas de la universidad son financieros, que todo es cuestión de dinero.

No. Pero son los más importantes en este momento. Los problemas son: insuficiente financiación para desarrollar actividades, falta de plantilla, por tanto falta de financiación, falta de financiación en investigación... Mientras no tengamos dinero para dotar más plazas de profesores, reponer plantilla perdida por la tasa de reposición, plantear que pese a todo ello vamos a dar un gran salto para delante es una utopía. El mayor problema que tiene la universidad española es que tiene un déficit financiero histórico desde la transición. En este momento el déficit está más agudizado, el recorte de estos años es como un año de presupuesto.

¿La financiación debe ser básicamente pública, o las universidades tendrían que hacer el esfuerzo de salir a buscar dinero también?

Creo que debe ser básicamente pública si el centro es público. Tiene que ser un compromiso de la sociedad. En un momento en el que la universidad es cada vez más útil a la sociedad, la sociedad debe tomar conciencia de que invertir en la universidad es una inversión de futuro, no un gasto. Eso no quita que tengamos que salir a buscar financiación para proyectos concretos, eso se hace. Pero pretender que la universidad pública se financie como dicen algunos via captación de fondos es una utopía. No tiene sentido ni en la cultura del país, desvirtuaría la universidad. La universidad pública debe financiarse con fondos públicos. Y los fondos públicos no incluyen las matrículas, que deben ser bajas.

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