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La Universidad Europea de Madrid prepara el primer ERE en la historia para profesores universitarios

Profesores y trabajadores de la Universidad Europea marchan por el campus de Madrid como protesta al ERE

Mónica Zas Marcos

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La Universidad Europea (UE) prepara el mayor expediente regulador de empleo (ERE) en la historia de la educación y el primero que incluye a profesores universitarios. El centro privado notificó al comité de empresa el pasado 17 de diciembre, justo antes de Navidad, el despido de 275 trabajadores de los tres campus (Madrid, Valencia y Tenerife) y que lo haría efectivo el próximo 7 de febrero. Los representantes sindicales tienen hasta esa fecha para llegar a un acuerdo en la Comisión Negociadora sobre las cláusulas de un ERE que consideran “injusto e improcedente”.

Mientras tanto, la Universidad Europea engloba este recorte en una “reorganización de la estructura y los recursos imprescindible” para acometer una “propuesta de calidad y excelencia”. “La prioridad en estos momentos es la de trabajar con los representantes de los trabajadores para alcanzar el mejor acuerdo posible para los afectados”, explica un portavoz del rectorado a elDiario.es. Sin embargo, profesores y miembros del comité de empresa se muestran “preocupadísimos” y “extremadamente indignados” por un despido masivo que llega “en el peor año posible”.

Aunque aún no se conocen los nombres de los trabajadores ni las facultades afectadas, el comité desvela que supondrá una reducción del 12% del personal y que perjudicará sobre todo al campus de Madrid, que acoge al 75% de los 20.000 alumnos matriculados en la Universidad Europea. Todo esto ocurre después de que el centro se acogiese a un ERTE en los momentos más duros de la pandemia alegando problemas de solvencia, algo que no es verdad, según los sindicatos, y frente a lo que se movilizarán los profesores y algunos alumnos en las próximas semanas.

El único antecedente que existe fue el ERE que anunció la Universidad Politécnica de Madrid en 2015 y que afectó a 66 miembros del Personal de Administración y Servicios (PAS). En un primer momento, el expediente incluía a 156 trabajadores interinos, pero los sindicatos reclamaron ante el Tribunal Supremo, que obligó a readmitirlos, y en una segunda sentencia avaló el despido de 66 de ellos. En ese momento, la Politécnica alegó motivos económicos como consecuencia de los recortes. Esta no es la razón que aduce la Universidad Europea para sus despidos, que incluyen por primera vez a personal docente en un cese de estas características.

“Son unos usureros y se están aprovechando de la pandemia”, reclama un portavoz de los profesores que pide mantenerse en el anonimato, ya que la negociación aún está en curso y temen las consecuencias. “Sería traumático si fuera por causas económicas, pero no es el caso porque la COVID-19 encima les ha traído beneficios”, asegura. Aunque la UE se acogió a un ERTE en los momentos más duros de marzo, fuentes del comité de empresa hablan de un incremento del alumnado de entre el 5 y el 10% en 2020.

Lo cierto es que las circunstancias de la crisis sanitaria han permitido que las aulas no alcancen sus máximos. Algo que plantean conservar en el futuro debido a un plan de “semipresencialidad”, como el controvertido sistema que propone la Universidad Carlos III, y por el que la Europea ha empezado reduciendo 12 horas a cada asignatura: de 72 a 60. “Todo esto gracias a un invento que han llamado bloque digital, que además da multitud de problemas técnicos y falla más que una escopeta de feria”, explican miembros del profesorado.

“El concepto de digitalización debe ser de mejora, no de empeoramiento de las situaciones laborales. Tal y como lo aplican en la Universidad Europea, es una merma para la educación moderna porque sustituye al profesor”, se lamentan. Desde el rectorado, en cambio, lo consideran una “evolución del modelo educativo y del porfolio de programas ofertado” para alcanzar la “excelencia”. En cualquier caso, los docentes han contribuido a lo largo de este año, “con una sobrecarga de trabajo extraordinaria”, a crear contenido digital y mantener el ritmo de las clases “mientras negociaban con un fondo buitre británico cómo echarnos a la calle”, se quejan.

El negocio de los fondos buitre

La Universidad Europea no se libra de la burbuja de los fondos de inversión en la educación privada. Hace dos años, el grupo Laureate Education, un conglomerado empresarial dedicado a la formación superior con 60 campus universitarios repartidos en 20 países, entre ellos la Universidad Europea, vendió sus negocios al fondo de inversión británico Permira. Este movimiento fue denunciado por el comité de empresa a Inspección de Trabajo al temer que afectase considerablemente a sus condiciones laborales. “Los jefes nos dijeron que, al revés, nos permitiría crecer y sostener los empleos, y ya se ha visto que lo único que van a crecer son sus propios beneficios”, responden los portavoces sindicales.

Si este ERE prospera, primero se fijarán las universidades privados, pero luego vendrán las públicas, porque muchas gestionan sus recursos humanos como si fuesen empresas

El nicho de negocio de las universidades privadas ha convertido al sector en un caramelo para los fondos de inversión. Atendiendo a sus últimas cuentas, lo cierto es que la rentabilidad de los tres centros de la Universidad Europea es desigual. La Europea de Canarias registró pérdidas de hasta un -12,4% en el ejercicio de 2019, la de Madrid crece a un ritmo del 8,3% y la más rentable es la de Valencia, que hace dos años obtuvo beneficios del 21%.

“Este sector se está convirtiendo en la nueva burbuja especulativa. Es dinero rápido a costa del profesor porque el alumno paga mucho dinero y la universidad no lo invierte, y lo hará aún menos con el plan de educación a distancia”, piensa el comité de la Universidad Europea. Lo que piden los sindicatos es que el Ministerio, la Consejería de Madrid y la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) pongan fin a esta práctica. De hecho, ese es el objetivo del nuevo decreto que va a implantar la cartera de Universidades y que pondrá a muchos centros superiores en la cuerda floja para seguirse considerando como tal.

Un peligroso precedente

Aunque no es este el caso de ninguno de los tres campus de la Universidad Europea, más de un tercio de las privadas de España –al menos 13 de 36, un 36%– incumplen las condiciones mínimas de docencia que va a exigir el Gobierno para mantener la actividad como universidad. No obstante, hay otros desafíos que sí afectan a este centro, como los programas de “semipresencialidad”.

Este plan escama a alumnos y a profesores, que se oponen y alegan inconvenientes como la precarización docente y la finalidad económica. Al fin y al cabo, la medida conllevaría juntar grupos en determinados momentos y, por lo tanto, perder horas docentes que acabarán pagando los profesores con contratos “más precarios o temporales”. Precisamente, el motivo que ha aducido la Universidad Europea es el de la “productividad”. “Como solo computan las horas de docencia, todo el esfuerzo extra que requiere preparar el material online o atender a más alumnos por clase no cuenta como producción y por eso nos quitan horas”, se lamentan.

Los sindicatos también ven en este ERE un preocupante precedente por sus dimensiones y por el panorama epidemiológico que todavía se cierne sobre el sistema educativo. “Las clases a distancia son ahora mismo necesarias para evitar contagios, por lo que es un riesgo que se aprovechen justo ahora para convertirlo en un sistema a largo plazo”, se lamentan. “Si este ERE prospera, primero se fijarán las universidades privadas, pero luego vendrán las públicas, porque la Carlos III y la Universidad Rey Juan Carlos gestionan sus recursos humanos como si fuesen empresas”, concluyen.

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