Frane Selak, el hombre que esquivó la muerte siete veces y luego ganó la lotería para hacerse millonario

El trayecto ferroviario entre Sarajevo y Dubrovnik bordeaba acantilados, atravesaba túneles excavados en roca y cruzaba varios ríos helados. En los inviernos más crudos, algunos tramos quedaban parcialmente congelados, y los vagones crujían al avanzar por los raíles deformados por el hielo. A pesar de las condiciones, el servicio no se suspendía. En uno de esos trayectos, en pleno enero de 1962, Frane Selak acabó sumergido en un río tras el descarrilamiento del tren.

La serie de accidentes insólitos continuó por tierra, mar y aire

El accidente dejó 17 víctimas mortales, pero Selak consiguió salir del agua con una fractura en el brazo y síntomas de hipotermia. Esa fue la primera vez que rozó la muerte. Lo extraordinario es que aquella escena no quedaría como una anécdota en su vida, sino como el inicio de una secuencia insólita.

Apenas un año después, en 1963, su nombre volvió a figurar en los partes de emergencias, esta vez tras haber sido expulsado de un avión en pleno vuelo cuando se abrió una puerta de forma repentina. El aparato se estrelló poco después y murieron 18 personas. Él sobrevivió tras aterrizar sobre un pajar.

En 1966 vivió un nuevo episodio al borde del final. El autobús en el que viajaba desbordó un puente y cayó al agua, en un accidente que se saldó con cuatro fallecidos. Selak consiguió salir nadando sin secuelas graves. A partir de ese momento, algunos de sus vecinos en Zagreb comenzaron a evitar coincidir con él en trenes o autocares. Según recogió el diario británico The Guardian, uno de sus allegados explicó que “si escuchaba que Frane había reservado plaza en un tren que yo ya había comprado, cancelaba el viaje”.

Los incidentes no acabaron con los vehículos públicos. En 1970, el coche que conducía se incendió sin previo aviso en mitad de la carretera. A pesar de la velocidad del fuego, Selak logró salir del vehículo justo antes de que explotara.

Tres años después, otro coche sufrió una avería en el sistema de combustible que provocó una llamarada directa sobre él. El combustible le alcanzó de lleno, le abrasó parte del cuerpo y perdió casi todo el pelo, aunque volvió a recuperarse sin complicaciones permanentes.

Pasaron más de dos décadas sin sobresaltos, hasta que en 1995 un autobús lo atropelló cuando cruzaba una calle en Zagreb. Tuvo heridas leves. Un año más tarde, en 1996, se vio implicado en un nuevo suceso cuando un camión de las Naciones Unidas provocó que su coche se saliera de la calzada y cayese por una ladera. Él consiguió abrir la puerta en marcha y agarrarse a la rama de un árbol antes de ver cómo su coche explotaba al fondo del barranco.

En una entrevista con The Guardian, Selak explicó que “me salí para esquivar un camión en una carretera de montaña, forcé la puerta, salté y me quedé colgado de unas ramas mientras veía cómo el coche estallaba al caer”.

La suerte cambió cuando ganó la lotería y decidió renunciar a casi todo

A pesar de todo, su historia dio un giro definitivo en 2003, cuando ganó casi 800.000 euros en la lotería croata. Con ese dinero se compró dos casas, un coche de alta gama y un pequeño barco. Sin embargo, con el paso del tiempo decidió regalar la mayor parte de su fortuna a familiares y amigos, vendió sus propiedades y regresó a una vivienda sencilla en las afueras de Zagreb.

Selak destinó parte de lo que conservaba a financiar una operación de cadera y a levantar un altar en honor a la Virgen María. En una entrevista con el mismo medio británico, explicó que “las cosas materiales son lo menos importante”. Falleció en 2016, a los 87 años, tras haber sobrevivido a siete accidentes graves, una guerra y una caída desde el cielo.