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¿Sabías que los gatos llegaron a nuestras casas mucho más tarde de lo que creías?

Dueño con su gato

Inma Moraleda

Madrid —

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Durante generaciones se creyó que los gatos ya eran compañeros del ser humano desde el Neolítico, con la expansión de la agricultura. Pero nuevos estudios demuestran que esa narrativa tenía grietas: los gatos domésticos modernos podrían haber llegado a Europa (y a muchas casas) mucho más tarde de lo que se pensaba.

Un origen mucho más reciente (y sorprendente) de lo que imaginábamos

Según una investigación publicada en 2025, basada en análisis de ADN de restos antiguos encontrados en yacimientos arqueológicos, los primeros gatos domésticos verdaderos fueron introducidos en Europa desde el norte de África hace unos 2.000 años, en época romana (y no hace 6.000 o 7.000 años como suponían los estudios más antiguos)

Ese retraso en la llegada de los gatos domésticos a Europa, comparado con la domesticación de perros, cambia por completo nuestra idea sobre cuándo comenzó la convivencia felino-humana. El estudio revela que los gatos antiguos encontrados en Europa (entre 10.000 y 2.000 años atrás) pertenecían al gato salvaje europeo, no al gato doméstico (que desciende del gato montés africano, Felis lybica).

Eso significa que aunque hubo gatos rondando por Europa desde hace miles de años, no fueron “domésticos” como los conocemos hoy. Los gatos domésticos actuales (esas mascotas que ronronean en el sofá) derivan de poblaciones que surgieron en el norte de África, y su expansión por el Mediterráneo y Europa tuvo lugar con las rutas comerciales y coloniales del mundo antiguo.

La domesticación, según los investigadores, no fue tanto un proceso activo de domesticación por parte del ser humano, sino más bien un fenómeno de “auto-domesticación”: los gatos se acercaron a los asentamientos atraídos por roedores, empezaron a convivir con personas y, con el tiempo, desarrollaron esa tolerancia social que los distingue de sus parientes salvajes.

Hoy, estos datos obligan a reescribir capítulos enteros de la historia humana: el gato, tan presente en nuestras casas, no ha sido un compañero milenario desde los albores de la civilización, sino un invitado relativamente reciente en la larga historia del ser humano.

Para quienes viven con estos animales o los admiran, la noticia cambia cómo vemos su relación: lo que muchos creían un vínculo ancestral, en realidad es un lazo que se forjó con el comercio, los barcos y los pueblos de hace apenas dos milenios.

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