El sistema permite reducir un 80% las turbulencias en pleno vuelo y promete cambiar la experiencia de volar
Los pasajeros escuchan con frecuencia que las turbulencias no derriban aviones, aunque eso no evita que cada sacudida en el aire se viva con tensión. El Instituto Nacional de Estadística ha calculado que más de 2 millones de personas en España sufren miedo a volar, un fenómeno que se alimenta de esos movimientos bruscos en pleno trayecto.
Los pilotos, ya acostumbrados, mantienen la calma, pero la sensación que se produce en cabina explica por qué se percibe como uno de los momentos más incómodos del viaje. Esa experiencia extendida es la que empujó a algunos profesionales a buscar soluciones más avanzadas y la que ha abierto paso a proyectos de gran alcance tecnológico.
Una empresa vienesa apuesta por un sistema que neutraliza las sacudidas
El avance más ambicioso procede de Turbulence Solutions, una compañía con sede en Viena que asegura haber desarrollado un sistema capaz de reducir las turbulencias en un 80%. La idea se inspira en la lógica de la cancelación de ruido de los auriculares y consiste en generar contraturbulencias que neutralizan el movimiento de la aeronave.
El piloto Andras Galffy, tras constatar un aumento de las sacudidas en sus vuelos privados en Austria, fundó la empresa para trabajar en esta tecnología. Desde entonces, varios prototipos han volado con una sonda de dos metros colocada en el borde de ataque del ala.
Ese dispositivo, acompañado de sensores, recoge cambios de presión en distintas zonas del fuselaje. Con esos datos, el software de la compañía calcula en milésimas de segundo los ajustes que deben ejecutar las superficies de control del avión.
Según Yves Remmler, director del proyecto, la clave está en leer de manera diferencial la presión del aire y anticipar la dirección y magnitud de la turbulencia. Con esa predicción, el sistema modifica en tiempo real el ángulo de las alas o del estabilizador de cola, de modo que el movimiento se amortigua antes de que alcance a la cabina.
Mientras tanto, Airbus ha explorado otra vía inspirada en el vuelo de las aves. El programa Fello’fly estudia cómo dos aviones pueden aprovechar los vórtices generados por las puntas de las alas del primero para impulsar al que va detrás. Esta técnica, aplicada en trayectos largos, permitiría recortar entre un 5 y un 10% del combustible consumido por viaje.
Las pruebas iniciales confirman un funcionamiento estable en aeronaves ligeras
Las pruebas iniciales de Turbulence Solutions se han llevado a cabo en avionetas ligeras, que son las más vulnerables a este fenómeno al no alcanzar altitudes tan elevadas como los grandes reactores. En esas demostraciones, los pilotos comprobaron directamente cómo la aeronave mantenía mayor estabilidad con el sistema activo.
Remmler explicó en declaraciones a The Messenger que el dispositivo puede compensar hasta medio G en turbulencias moderadas. Galffy añadió en The Times que el objetivo a partir de 2030 será llevar esta tecnología a la aviación comercial, tras consolidar su funcionamiento en aeronaves de menor tamaño.
El bloque técnico en inglés describe cómo la compañía ha registrado patentes en Estados Unidos y Europa con un método basado en la variación dinámica de la sustentación. El sistema incorpora control de elevación directa, predicción de cargas mediante sensores de presión y tecnología LiDAR, así como un software que integra aceleraciones verticales, cabeceo, balanceo y flexión alar. Los vuelos de demostración tripulados ya confirmaron resultados positivos.
El año 2023 marcó la presentación de estos avances, que se suman a los planes de extender el dispositivo a más modelos de avión en el futuro inmediato. Si esa integración llega a concretarse en los vuelos comerciales, los pasajeros con temor podrán mirar al cielo con menos dudas sobre lo que les espera a bordo.
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