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El boom de las librerías digitales especializadas

Foto: Elizabeth Thomsen

Paula Corroto

Amazon, Apple y Google hacen ruido, pero no son las únicas librerías digitales que operan en España. Las multinacionales, a pesar de haberse hecho con el 80% del mercado español y disputarse el pastel con agentes locales como La casa del libro o El Corte Inglés, dejan un pequeño resquicio a proyectos personales como VisualManiac, Alacena Roja o Libros Sin Libro, tres apuestas de librerías de ebooks especializados puestas en marcha en los últimos meses por emprendedores españoles que han visto un espacio en el tambaleante universo del libro digital.

Fue en el verano de 2011 cuando los hermanos Teresa y Álvaro de Andrés y su socio Joaquín González comenzaron a gestar VisualManiac, una librería especializada en libros electrónicos y revistas digitales sobre arte. “Vimos que no había nada parecido en España, por lo que en la Feria de Fráncfort comenzamos a reunirnos con editores para explicarles el proyecto. En aquel entonces todavía no teníamos la plataforma y los editores aún no estaban muy volcados en lo digital. Fue un proceso de muchas llamadas, porque también nuestros tiempos y los de la industria editorial muchas veces no son los mismos”, cuenta Teresa.

En el proceso tuvieron que poner mucho de su empeño personal, pero también financiero, aunque consiguieron una subvención por parte del Ministerio de Educación y Cultura de 46.000 euros. Con ello pudieron contratar una empresa de desarrollo técnico para la web, que opera desde Avilés, y finalmente lanzar la plataforma en enero de 2012. Un proyecto en el que hoy trabajan seis personas y que además de la librería digital integrada por libros sobre arte, arquitectura, diseño, fotografía, cine, cultura visual, moda y novela gráfica, también posee un magazine (Visualmag) con entrevistas y artículos sobre el mundo artístico y de las nuevas tecnologías.

Todo el catálogo se encuentra en la nube y se puede consultar tanto online como offline a través de su web y de aplicaciones como iPad y Desktop. Como ellos mismos informan, se puede acceder a los contenidos a través de una visualización gratuita de algunas de las páginas de los libros o las revistas, la compra del ejemplar –entre los 3 y los 7 euros- o el alquiler durante siete días.

Una idea parecida, aunque con menos recursos, tuvo hace un año Luisa Navarrete. Farmacéutica de profesión y lectora ávida de poesía, Navarrete observó que apenas había libros de poemas digitalizados y a la venta en las grandes tiendas online. Fue así como a través de varios contactos con poetas como Elvira Daudet colgó en la plataforma issuu.com, que facilita la autopublicación digital, varios poemarios de forma gratuita.

“En tres meses, 23.000 personas habían entrado a leer estos poemas, por lo que vi que aquí había una idea importante”, afirma Navarrete. Poco después nacía la librería alacenaroja.com, que a día de hoy cuenta con un catálogo de 15 ebooks que se venden mediante descargas (a partir de los dos euros) y que permiten un visualización previa de hasta el 20% del libro. “Y teniendo en cuenta que todo lo hago yo. Soy la que diseño, digitalizo y llevo la página web”, sostiene Navarrete, quien hasta la fecha no ha contado con ningún tipo de subvención para su proyecto.

Tampoco la han recibido los editores que en mayo de 2011 crearon la librería LibrosinLibro.es, Eduardo Riestra, de Ediciones del Viento, Jesús Egido, de Rey Lear y José Ángel Zapatero, de Menoscuarto. Su proyecto nació con el fin de hacer llegar a los lectores su fondo editorial sin tener que pasar por las cláusulas de las grandes tiendas online. Digitalizaron parte de su catálogo y en estos momentos ya son accesibles 200 títulos que se venden en formato epub y mobi (para Kindle) a un precio que oscila entre los 4 y los 9 euros. “Hasta ahora hemos puesto todo el dinero nosotros y tenemos un problema grave de financiación. Creo que la administración, si quiere apoyar estas iniciativas, debería volcarse más”, señala Riestra.

Nula rentabilidad

El gran problema al que se refiere el editor de Ediciones del Viento tiene que ver con la escasa rentabilidad que suponen aun hoy los proyectos de librerías digitales. “El porcentaje de venta es muy pequeño. El fenómeno que supuestamente iba a llegar de Estados Unidos, aún no ha llegado”, apostilla. “Ahora mismo, más que cuadrarse, todos los presupuestos se descuadran”, añade Navarrete.

Y en el caso de los fundadores de VisualManiac, la sensación es la misma: “En estos momentos, la rentabilidad es nula. Tenemos mil usuarios y mucha gente que nos ha pedido invitación, pero sabemos que este es un proyecto a largo plazo. En el ámbito de las revistas digitales está más asentado, pero a la industria del libro aún le queda camino”, apunta Teresa de Andrés.

Siembra para recoger el fruto después. Ese parece ser el mantra que siguen estos emprendedores, que no temen ni a la piratería –“ofertas legales como estas son las que pueden pararla”, reconoce Riestra- ni tampoco a la competencia de los gigantes Amazon, Google o Apple. “No tiene mucho sentido luchar contra ellos. La única manera es seguir adelante con la autogestión y especializarte. La gente seguirá comprando en El Corte Inglés, pero creo que nosotros sí tenemos un nicho de mercado y eso es porque resultamos más cercanos al usuario”, sostiene Navarrete.

Cercanía a pesar del mundo virtual. “La figura del librero se valorará, también en lo digital. Nosotros hablamos mucho del comercio amable. Creemos que es importante tener complicidad con los lectores. Cuanto más grande es una tienda online, más se pierden los libros”, asegura Riestra. Como finaliza Teresa de Andrés, “en el entorno digital ahora hay mucho ruido y poca calidad”. Y en algún momento llegará la criba.

Foto: Elizabeth Thomsen

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